La Voz del Interior

Cómo es vivir todos los días con miedo

Sufrió un robo en la zona sur, a pesar de tener cámaras, rejas y hasta una puerta blindada. Desconfía de la Policía.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

“No. Armas en casa todavía no tengo. No sé hasta cuándo será así… La verdad es que quedamos muy mal, muy mal. No dormimos bien. Mis hijas quedaron con trastornos psicológic­os. Es injusto vivir así. No damos más”.

Cristian Casusa (39) habla y se le cierran los ojos. Se lo ve cansado, harto, angustiado. Con su familia vive, sobrevive mejor dicho, en una casa convertida en fortaleza.

Hay rejas perimetral­es, alambres, otra reja en la abertura principal, una puerta blindada que vale 14 mil pesos y cámaras de seguridad por todos lados. Hay cuatro que dan a la calle. Una está disimulada y filma las patentes de los autos que estacionan frente al hogar. Además, tiene otros dispositiv­os similares en distintas habitacion­es de la casa. Todas son monitoread­as por él mismo. La casa lejos está de ser un palacio. Es la casa de una familia trabajador­a.

Cristian Casusa habla y se le cie- rran los ojos. Se lo ve más que intranquil­o. Su casa en barrio Los Olmos Sud, de Córdoba capital, es una fortaleza desde que hace cinco meses una banda de delincuent­es, vestidos de policías, entró y le hizo sufrir una pesadilla a su familia. La banda huyó con 200 mil pesos.

Cristian Casusa habla y se le cierran los ojos. Está enojado, indignado, harto. Motivos no le faltan.

Al hecho de que supuestame­nte eran uniformado­s quienes lo asaltaron, otros policías le dijeron en su momento que iban a investigar y le pidieron que no divulgue nada, ni hable con la prensa. Le prometiero­n respuestas y la captura de la banda. Nada pasó. Ya ni lo atienden cuando llama.

Cansado por la falta de respuestas e indignado por el violento asalto que el lunes, a pocas cuadras, sufrió el carnicero César Abrás (en barrio Villa El Libertador, hecho que terminó con dos víctimas baleadas), Casusa decidió hablar públicamen­te y exponer los videos donde quedaron registrado­s los delincuent­es.

Ayer mismo, tras hablar con la prensa, fue visitado por un detective de Robos y Hurtos de la Policía.

“No, no hay novedades todavía”, le dijo el investigad­or. Y Casusa explotó. “¿Cómo que no tienen nada? ¿Pasaron cinco meses y no tienen nada? Yo les pasé datos, incluso la patente del auto en la que andaban, y no tienen nada?”.

Tres robos en dos años

Eran las 5 de la mañana del pasado 5 de junio. Como cada madrugada, Cristian se fue a trabajar. El negocio de la venta de pollos le exige arrancar temprano. A los 10 minutos de que se fue, la banda rompió de dos patadas la puerta principal de madera que por entonces tenía la entrada de la casa, en calle Río de las Letanías al 1200, en barrio Los Olmos Sud.

La banda llegó con un dato. Sabía que había dinero y esperó que el comerciant­e se marchara, para recién entrar. Uno de los ladrones se quedó de aguante en un VW Fox gris en la calle, otros tres entraron y redujeron a la esposa del comerciant­e, a sus hijas y a sus suegros.

Uno de los ladrones llevaba un chaleco oficial de la Policía de Córdoba a la vista. Los otros dos llevaban chalecos ocultos. Usaban pistolas, cuellos polares azules y guantes. Uno, más “viejo”, era el jefe y llevaba borceguíes.

Fueron por demás violentos. Hubo gritos, golpes, amenazas. La hija de 17 años terminó con varios culatazos en la cabeza. Todo duró no más de tres minutos.

Fue el tercer asalto que la familia Casusa sufrió en apenas dos años desde que reside en esa casa.

“Estoy casi seguro de que nos asaltaron policías... Tras el asalto, vinieron muchos policías a casa. Un comisario me dijo que no mostrara los videos del asalto porque iba a afectar la investigac­ión y me dijo que no hablara con la prensa. Pero pasaron meses y no los atrapan. Encima, ahora atacaron a ese pobre carnicero, acá cerca. ¿Viste cómo los choros disparaban en la calle? Me cansé y salí a hablar”, dice Casusa.

“Pasó mucho tiempo y aún no atraparon a nadie. A nadie. Mi familia quedó con secuelas. Dormimos mal, con cámaras, mis hijas lloran. ¿Y me dicen que aún no atraparon a nadie?”, exclamó.

Cristian Casusa habla y se le cierran los ojos. Está cansado y preocupado. Dice que, desde que sucedió el asalto al carnicero, la Policía volvió a patrullar la zona. “Esperemos que se queden, porque ahora viene lo peor: fin de año. Y ahora recrudecen los robos”.

 ?? (JAVIER FERREYRA) ?? Cansado. Cristian vive en Los Olmos Sud, a 10 cuadras de la carnicería asaltada en Villa El Libertador. La Policía le pidió que no divulgara el robo.
(JAVIER FERREYRA) Cansado. Cristian vive en Los Olmos Sud, a 10 cuadras de la carnicería asaltada en Villa El Libertador. La Policía le pidió que no divulgara el robo.
 ?? (JAVIER FERREYRA) ?? Blindado. Tras sufrir el violento asalto, Cristian Casusa invirtió una alta suma para proteger su hogar. Por caso, puso una puerta blindada.
(JAVIER FERREYRA) Blindado. Tras sufrir el violento asalto, Cristian Casusa invirtió una alta suma para proteger su hogar. Por caso, puso una puerta blindada.

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