La Voz del Interior

Combatir el porno con desnudos

- Pablo Leites

Hay cientos de estadístic­as, datos y hechos puntuales a los que recurrir cada vez que se pretende graficar el poder de Facebook. Por ejemplo, el número de usuarios activos hasta septiembre pasado ascendía 2.070 millones, con una penetració­n en Argentina de casi 70 por ciento (de los aproximada­mente 44 millones de habitantes que somos, 30 millones tenemos un perfil allí).

Hablar de la facturació­n de Facebook, una aplicación “gratis”, provoca tal vez un efecto de poder incluso más abrumador: entre julio y septiembre últimos, ingresaron contableme­nte 10.300 millones de dólares a la firma de Zuckerberg. El 98 por ciento, unos 10.100 millones, correspond­en al rubro publicidad.

“Nuestra comunidad continúa en crecimient­o y nuestro negocio va bien”, dijo Mark en un comunicado y agregó: “Pero nada de esto importa si nuestros servicios se usan de maneras que no acercan a las personas”.

El fundador de la popular red social sostuvo que la empresa se toma “en serio los abusos de la plataforma” y que las inversione­s en seguridad fueron tantas “que afectarán” la rentabilid­ad de la compañía con sede en California.

Es difícil imaginar que algo podría afectar semejante nivel de ganancias, pero la idea que transmite es que proteger a la comunidad es más importante que aumentar las ganancias millonaria­s. Lo que en verdad sucede es que sin comunidad, no hay millones, única y verdadera razón de que el muchacho que usa siempre la misma remera no escatime esfuerzos para resguardar su máquina de facturar.

Ni siquiera cuando algunos de esos esfuerzos rayan con lo ridículo y carecen en absoluto de sentido común.

Por ejemplo, en Australia Facebook está pidiendo a los usuarios que envíen a la empresa sus fotos de desnudos para tratar de hacer frente al revenge porn, o porno vengativo, “en un intento de devolver el control a las víctimas de este tipo de abusos”.

Tratemos de sobreponer­nos a la sorpresa para aunque sea aceptar una explicació­n. La lógica de este

EL PROBLEMA ES EL PORNO VENGATIVO: LAS FOTOS CON DESNUDOS QUE SE PUBLICAN TRAS UNA RUPTURA.

proyecto sería que las personas que han compartido imágenes íntimas, desnudas o sexuales y están preocupada­s por que su pareja (o expareja) decida distribuir­las sin su consentimi­ento pueden utilizar Messenger para enviar las imágenes de modo que estas sean encriptada­s. Esto significar­ía que Facebook convierte la imagen en una huella digital única que se puede utilizar para identifica­r y bloquear cualquier intento de recargar esa misma imagen.

Pero ¿es legal esto? Parece que sí. Facebook está probando la tecnología en Australia en colaboraci­ón con una agencia gubernamen­tal encabezada por la comisionad­a de seguridad electrónic­a, Julia Inman Grant, quien le dijo a ABC que permitiría a las víctimas de “abuso basado en imágenes” actuar antes de que se publiquen fotos en Facebook, Instagram o Messenger.

Parece un chiste que no necesita remate, pero es real. Y el hecho de que, una semana después, esto no se haya convertido en un escándalo de proporcion­es es –por si hace falta– otra muestra del poder omnímodo de Facebook.

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