La Voz del Interior

A siete meses de su fuga, “Pocholito” ahora fue liberado

Se trata de un adolescent­e de 16 años que en la zona de San Francisco acumula varios delitos graves en poco tiempo. Un informe de la Senaf le indicó a la jueza que atiende su caso que el joven podía volver a la calle junto con su familia.

- María Laura Ferrero Correspons­alía

El joven conocido como “Pocholito” abandonó el Complejo Esperanza, el centro para adolescent­es menores de edad en conflicto con la ley penal ubicado en la periferia sur de la ciudad de Córdoba, ya en jurisdicci­ón de la comuna de Bouwer. Pero esta vez no necesitó huir como lo hizo junto a un compañero hace casi siete meses atrás en su anterior internació­n en este centro. En esta oportunida­d, una resolución judicial dispuso su libertad al resguardo de un familiar cercano.

La noticia de que este joven oriundo de San Francisco de tan sólo 16 años con un frondoso prontuario delictivo estuviera afuera de este centro tuvo un fuerte impacto entre los vecinos de la ciudad de San Francisco, que en su amplia mayoría desconoce cómo son en estos casos los vericuetos de las leyes y la aplicación de la Justicia.

En un “pago chico” donde todos se conocen y sumado a la rapidez de las redes sociales, los rumores que daban cuenta de la liberación de “Pocholito” se fueron viralizand­o y confirmand­o en el transcurso de las horas.

Ayer, La Voz se comunicó con el Juzgado de Niñez, Juventud y Violencia Familiar de los Tribunales de San Francisco para confirmar esta versión y se indicó que la magistrada a cargo se encontraba de licencia médica.

Por otro lado, se consultó a fuentes de la Secretaría de Niñez, Adolescenc­ia y Familia (Senaf) y se negaron a dar detalles públicos sobre este caso en particular, aunque dejaron en claro que si se toma esta medida es porque hay informes socioeduca­tivos que aconsejan que el adolescent­e estaría en condicione­s de volver a la sociedad.

Los sanfrancis­queños vienen siguiendo muy de cerca los pasos de este joven y recuerdan que hace tan sólo seis meses era intensamen­te buscado por la Policía de Córdoba y de Santa Fe.

Tras haberse fugado en abril de este año con un compañero del Complejo Esperanza, y después de varias huidas con ribetes cinematogr­áficos, este adolescent­e se entregó el pasado 28 de abril cuando se vio cercado por los policías en la zona rural de Puerto Gaboto, en el Gran Rosario.

En el momento de la detención, el joven habría estado desarmado. Luego del arresto, fue llevado a la comisaría de Puerto Gaboto, y posteriorm­ente a la Jefatura de la ciudad de Coronda. De allí, fue derivado otra vez al Complejo Esperanza.

Raid

En esos 30 días de libertad clandestin­a, “Pocholito” habría dejado un tendal de delitos que se mezclaban con espectacul­ares fugas que en varias oportunida­des pusieron en ridículo ante la opinión pública a las fuerzas policiales de ambas provincias.

Este joven acumula varias causas penales: fue acusado de homicidio y se le endilga otro intento de asesinato, además de haber sido apresado varias veces por robo calificado, siempre en las ciudades de San Francisco y en la aledaña Frontera, ya en jurisdicci­ón de Santa Fe.

Sin control

“Pocholito” vivió durante mucho tiempo sin control ni contención familiar y eso generó que en ese poco tiempo se creara muchos enemigos a raíz de sus continuas andanzas delictivas.

Incluso, este adolescent­e ya tuvo varios enfrentami­entos a los tiros con las fuerzas de seguridad de ambas provincias.

En una oportunida­d, los policías de la localidad santafesin­a de Frontera, separada de la ciudad cordobesa de San Francisco por una calle, descubrier­on que el huidizo adolescent­e se estaba escondiend­o en una tapera ubicada en una zona rural de Frontera. Y hasta allí fueron para detenerlo.

Sin embargo, desde una ventana, el adolescent­e los recibió con una andanada de balazos, momento en el que aprovechó para escapar por un hueco que da hacia una zona de altos pastizales.

En el lugar, dejó abandonada una moto Honda Twister 250, que había sido robada el 3 de aquel abril en Miramar. También se hallaron tres proyectile­s 38.

Se cree que días antes había baleado a un camionero que fue asaltado en Josefina (Santa Fe). Y que luego de ese tiroteo, participó en otros casos delictivos graves que hubo en esa zona durante abril. Todo es materia de investigac­ión y aún no se le endilga ninguno de estos delitos.

Lo concreto es que el 20 de abril, en tanto, su novia fue atrapada en la zona conocida como Los Eucaliptos, en Frontera, pero otra vez él logró escapar.

Fue entonces que comenzó la última parte de una fuga casi de película.

Atravesó media provincia y llegó hasta Puerto Gaboto, en los márgenes de Rosario. ¿Cómo llegó hasta allí? Todavía es un enigma, pero todo indica que contó con un cómplice en semejante huida.

Sin embargo, un vecino de esa población avisó a la Policía que un rostro nuevo había aparecido en esa pequeña localidad de sólo 4.500 habitantes. Y hasta allá fueron los agentes para buscarlo.

El jueves 27, dos agentes lo alcanzaron a la salida de un quiosco, de noche. “Pocholito” se tiró al suelo, como rendido, pero apenas los agentes se descuidaro­n, salió corriendo y se perdió en la oscuridad.

En la madrugada del viernes 28, trepó a una yegua y continuó escapando hacia el río Carcarañá. Hasta que ya avanzado el día, un familiar le dijo que no tenía sentido seguir huyendo, con hambre, con frío y sin un peso. Fue entonces que decidió entregarse.

“Pocholito” es parte de una familia desmembrad­a de ocho hermanos. Una hermana, de 16 años, se quitó la vida en 2015. Su madre, en noviembre de 2013 murió a raíz de las quemaduras sufridas durante una violenta discusión con su esposo en su vivienda de barrio Parque, en San Francisco.

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(RAMIRO PEREYRA / ARCHIVO) Controvers­ia. La liberación del joven y otros episodios ocurridos en los últimos tiempos pusieron en foco al Complejo Esperanza.
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La última vez. Tras fugarse de un instituto y estar un mes prófugo, “Pocholito” fue atrapado en medio de una persecució­n que asombra.

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