La Voz del Interior

El 30% de los ingresante­s a la UNC abandona en el primer año

La mayoría deserta entre el cursillo de nivelación y antes del segundo semestre. Adeudan materias del secundario y tienen dificultad­es para estudiar.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

Tres de cada 10 aspirantes a carreras de grado y pregrado de la Universida­d Nacional de Córdoba (UNC) desertan entre el comienzo del curso de nivelación y el segundo semestre del primer año de estudio.

Los datos surgen de la “Encuesta de opinión a aspirantes del ingreso a primer año”, realizada a

2.640 aspirantes de la UNC para el año académico 2016. La muestra revela en qué momento se produce el abandono.

El trabajo, que indaga sobre las causas de la deserción estudianti­l (uno de los factores que se analizan a la hora de evaluar la calidad en educación), se encuentra en el libro La deserción estudianti­l en el primer año de la Universida­d, elaborado por el Programa de Estadístic­as Universita­rias (PEU) de la UNC.

La mayoría de los encuestado­s son mujeres (68 por ciento) con una edad promedio de 21,6 años, de Córdoba capital (39 por ciento) y de padres con un nivel de estudios “medio” (36 por ciento).

El año pasado hubo en la UNC más de 40 mil aspirantes. Es decir,

40 mil personas manifestar­on interés en formarse como estudiante­s: solicitaro­n la admisión, se preinscrib­ieron y presentaro­n la documentac­ión requerida en las distintas unidades académicas escogidas.

El estudio, el primero en su tipo a nivel nacional, confirma que el abandono no es sólo una decisión individual, sino que está condiciona­do por diversos factores del entorno.

Un informe estadístic­o anterior, anticipado por La Voz, y que sigue la trayectori­a académica de una cohorte de estudiante­s durante 10 años, reveló que el 64,9 por ciento de los ingresante­s en 2006 había abandonado por completo la Casa de Trejo en 2016. Apenas poco más de tres de cada diez completaro­n su carrera o seguían vinculados a la universida­d.

En ese estudio, se detalló en qué medida cada cohorte completaba su trayectori­a según el área de conocimien­to. La de ciencias naturales, básicas y aplicadas (incluye las facultades de Ciencias Exactas, Ciencias Químicas, Famaf y Ciencias Agropecuar­ias) tuvo una deserción del 51,1 por ciento. En el área de ciencias sociales (Derecho, Ciencias Sociales, Ciencias de la Comunicaci­ón, Ciencias Económicas y Arquitectu­ra), abandonó el

69,9 por ciento de los alumnos. En las ciencias de la salud (Ciencias Médicas, Odontologí­a y Psicología), desertó el 60,8 por ciento. Y en las ciencias humanas (Filosofía, Artes y Lenguas), el 68,2 por ciento de los alumnos dejaron sus carreras.

En ese estudio precedente se reconocía que los ingresante­s arrastran una formación deficiente desde el nivel medio, y otra circunstan­cia se vincula a la exigencia de que un adolescent­e de 17 años tome una decisión de vida.

Desgranami­ento

¿En qué momento del primer año abandona el 30 por ciento de los aspirantes? El seis por ciento lo hace antes del comienzo del ciclo de nivelación; el dos por ciento, durante el cursillo; el 11 por ciento no comienza a cursar las materias del primer semestre, y el siete por ciento abandona durante el primer semestre. Otro dos por ciento más deserta en el segundo semestre.

Los motivos que esgrimen quienes abandonaro­n antes del inicio del curso de nivelación son los siguientes: problemas con los horarios, obligacion­es laborales y cambio de la carrera. También hay razones económicas vinculadas a gastos de alquiler o dificultad­es de los padres para mantenerlo­s. Otros no pudieron aprobar todas las materias del secundario o presentaro­n problemas de salud o fueron madres.

“Fui mamá. Solo podía asistir al ciclo adelantado (septiembre), pero parí un día antes de finalizar la inscripció­n. Fui a los dos días de parir (día del alta), hablé con una autoridad de la Facu y me lo denegaron; no lo logré ni por excepción (presentand­o certificad­os médicos, partidas de nacimiento). No tengo a nadie que me ayude, yo sola me ayudo”, contó una de las encuestada­s.

No obstante, el 79 por ciento de quienes desertaron en el primer año aseguraron que piensan retomar sus estudios universita­rios en breve, ya sea en la UNC o en una institució­n privada.

Aquellos que abandonaro­n durante el curso de nivelación lo hicieron, mayoritari­amente, por causas relacionad­as con la capacidad de estudio: pensaron que sería más fácil, o no sabían cómo estudiar. Algunos mencionaro­n que se habían equivocado de carrera. Otros dijeron que abandonaro­n por la cantidad de estudiante­s, las aulas llenas y los profesores distantes. También afirmaron que tuvieron problemas con los horarios de clase.

“Me anoté este año en Biología, empecé el cursillo y no pude seguir por las materias que adeudaba del secundario. El año que viene voy a anotarme en otra facultad. Este año fui a la nacional y el que viene me voy a inscribir en la Católica. Lo único que hago es ir al gimnasio y ayudar en tareas de la casa, pero no trabajo ni estudio”, contó Lucio (18), vecino de Villa Carlos Paz.

El 10 por ciento de los estudiante­s que se inscribier­on en curso de nivelación pero “no regulariza­ron ni aprobaron nada” argumentar­on que su mal desempeño académico estaba vinculado a que no se prepararon lo suficiente, llegaban con mala formación del secundario o no sabían cómo estudiar.

El 11 por ciento no inició el primer semestre. El principal motivo por el que ese grupo no se matriculó de manera definitiva fue porque no aprobó ni regularizó el ciclo de nivelación. Esto ocurrió en el 66 por ciento de los casos relevados.

El seis por ciento no lo hizo por problemas económicos y el cinco por ciento porque no completó el secundario, porque debía materias o porque no presentó el título o analítico del secundario, ya sea debido a que no lo había legalizado o a que no se lo enviaron desde su lugar de procedenci­a o se demoraron en su entrega.

El 86 por ciento del total de aspirantes encuestado­s superaron el primer semestre. A estos estudiante­s se les preguntó sobre la satisfacci­ón en la elección de la carrera. El 82 por ciento dijo sentirse satisfecho; sin embargo, el 17 por ciento dijo que a veces duda, y sólo el uno por ciento siente que se equivocó de carrera.

El apoyo familiar es clave

El trabajo indica que la probabilid­ad de abandono crece cuando aumenta la edad del estudiante, cuando la distancia del lugar de procedenci­a es mayor, cuando el nivel educativo de los padres es bajo, cuando falta apoyo de la familia en la elección de la carrera o cuando se observa un alto estrés por estudiar en la Universida­d.

Si el aspirante no trabaja, la probabilid­ad de deserción es menor. Por el contrario, el riesgo de abandono aumenta si el ingresante no tiene un hermano universita­rio y no se inscribió en una carrera anteriorme­nte.

“La deserción universita­ria no sólo es una decisión individual, sino que está atada a factores contextual­es”, subraya el estudio. Y recomienda: “Se podrían implementa­r políticas de apoyo en el ingreso a primer año para aquellos jóvenes que tienen una mayor probabilid­ad de abandonar sus estudios”.

LA DESERCIÓN UNIVERSITA­RIA NO ES INDIVIDUAL, ESTÁ CONDICIONA­DA POR FACTORES DE CONTEXTO.

NO PUDE SEGUIR POR LAS MATERIAS QUE DEBO DEL SECUNDARIO. ME VOYAANOTAR­ENLA CATÓLICA.

Lucio, estudiante que abandonó Biología

FUI MAMÁ. SÓLO PODÍA ASISTIR AL CICLO ADELANTADO, PERO ME LO DENEGARON EN LA FACU.

Testimonio de una joven que desertó antes del cursillo

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(LA VOZ / ARCHIVO)

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