Lamentamos haber salido 20 segundos antes
La noticia sorprendió a la muy flemática British Broadcasting Corporation y se ganó un lugar entre sus titulares: el tren japonés Tsukuba Express cometió un pecado imperdonable. Salió unos segundos antes del horario previsto para su partida.
Estaba programado para ponerse en marcha a las 9 con 44 minutos y 40 segundos. Se fue 20 segundos antes. “Lamentamos profundamente los inconvenientes causados”, dijeron los responsables de la línea.
Ahora que el macrismo cree estar manejando el Tsukuba Express, puede mirar a la cordillera de los Andes y decirles a los vecinos chilenos que lamentamos haber salido unos segundos antes en un tren parecido al de ellos, que no quiere saber más nada con ninguna clase de populismo: hoy habrá elecciones en Chile y todos predicen un triunfo del expresidente Sebastián Piñera.
Sería injusto incluir a Michelle Bachelet en la lista de líderes que durante la década pasada se enseñorearon con los recursos públicos de la región para luego entregar un legado de corrupción y pobreza de simétrica magnitud.
Pero se está yendo con escasa popularidad, a la sombra de aquel clima de época. Dicen que por haber intentado un plan de reformas institucionales sin medir adecuadamente el costo.
Este último dato debería llamar a la reflexión a los exitosos gerenciadores de la marca Cambiemos. Que, según dicen, no necesita ser partido, ni coalición, ni asemejarse a ninguna estructura democrática de decisión colectiva.
Ninguna reforma es sin costo. El gobierno de Mauricio Macri está intentando algunas, todavía con tibieza. En pocos días más habrá cumplido la mitad de su mandato.
La revista The Economist recordó esta semana que, comenzando con la elección chilena de hoy, siete países latinoamericanos elegirán presidente en los próximos 12 meses. Entre ellos, dos gigantes de la región: México y Brasil.
El mandatario mejicano, Enrique Peña Nieto, llegará a las urnas jaqueado por conflictos de alta intensidad. Su país persiste estragado por la lucha contra el narcotráfico y su alianza estratégica con Estados Unidos sufrió un daño irreversible con el acceso de Donald Trump al poder. En la oposición lidera las encuestas el populista Andrés López Obrador.
Aún jaqueado por el mayor escándalo de corrupción de la historia reciente en Latinoamérica, el nombre de Lula Da Silva –seudónimo con el que gobernó Marcelo Odebrecht– es el mejor posicionado en las encuestas brasileñas. Frente a eso, la política más racional no consigue todavía oponer un candidato y crece la figura de Jair Bolsonaro, el ultraderechista multado por declarar que “los negros ya no sirven ni como reproductores”.
En Venezuela, cuando todo parecía conducir al colapso del régimen chavista, un grave error táctico de la oposición oxigenó a la dictadura de Nicolás Maduro.
Le aceptaron elecciones como si hubiese una remota posibilidad de transparencia electoral.
Ahora Maduro busca recomponer relaciones con Trump, aliviar sus finanzas con el apoyo de Vladimir Putin y deshoja la margarita viendo si cumple su promesa de convocar a elecciones presidenciales en diciembre de 2018. Sus opositores intentan huir de la persecución rabiosa de un chavismo recompuesto. Antonio Ledezma, que fue alcalde de Caracas (como Macri de Buenos Aires, en tiempos de Cristina), se acaba de exiliar en España.
Es el mismo que los militares se llevaron a empujones de su departamento, en piyama celeste, meses atrás. Cuando a jueces del sistema interamericano de derechos humanos como Eugenio Zaffaroni no les inquietaban para
EL TREN RÁPIDO EN EL QUE SUPONE IR MACRI PUEDE SUMAR A PIÑERA, PERO EL RESTO DE LA REGIÓN ES UNA CURVA INCIERTA EN LAS VÍAS.
nada esos repudiables procedimientos.
El tren rápido en el que supone ir el gobierno de Macri sumará posiblemente al chileno Piñera, pero el resto de la región es una incierta curva en las vías.
Cambiemos no tiene todo el tiempo del mundo para aplicar con plenitud su plan de reformas y conducirlas con éxito.
El tiempo pasa rápido.
Un día se despierta –es un decir– Joan Manuel Serrat, mira el calendario y cae en la cuenta de que faltan 45 días para que venza el contrato de Lionel Messi con el Barcelona. Entonces toma su pluma, como hizo ayer, y le escribe al presidente del club: “Si este chiquito gambeteador se va de esta institución, señor Bartomeu, no le arriendo a usted las ganancias”. Así de fugaz y esquivo es el voto. Pregúntenle a Bachelet.
NINGUNA REFORMA ES SIN COSTO. EL GOBIERNO ESTÁ INTENTADO ALGUNAS, TODAVÍA CON TIBIEZA. A CASI DOS AÑOS DE MANDATO.