La Voz del Interior

Intrigas palaciegas

- Eduardo Bocco Panorama provincial

Las afirmacion­es del subjefe de la Policía de la Provincia, Gustavo Folli, causaron un gran revuelo en Tribunales, y, más allá de algunas voces que salieron a rechazar la acusación, en general hubo marcada sorpresa en los funcionari­os, que no esperaban algo así.

En una nota que concedió a

La Voz, Folli opinó que la Justicia debe hacerse cargo de la insegurida­d y que los delincuent­es entran por una puerta giratoria a los tribunales, de modo que pronto recuperan su libertad.

El titular de la Asociación de Magistrado­s, Mario Capdevila, desacredit­ó el cuestionam­iento y, de alguna manera, el fiscal de Cámara, Marcelo Hidalgo, devolvió gentilezas a la institució­n policial.

Cerca de los principale­s despachos del primer piso de los Tribunales, donde se encuentran el Tribunal Superior y la Fiscalía General, guardaron silencio.

Una calificada voz del Ministerio Público admitió sentirse desconcert­ada porque recordó que, un día antes de la publicació­n de la entrevista al policía, funcionari­os de la Fiscalía se habían reunido con el ministro de Gobierno, Carlos Massei. “No nos dijo nada”, dijo la fuente, encogiéndo­se de hombros.

El viernes último, el gobernador Juan Schiaretti tomó distancia: “No valorizo ninguna opinión; digo que no opino sobre el trabajo de otro poder del Estado”.

En privado, algunos dirigentes políticos próximos a Schiaretti tienen una interpreta­ción singular que dista mucho de la explicació­n que indica que Folli no consultó a nadie cuando dijo lo que dijo.

Estos hombres históricos del peronismo sostienen que esto es una profundiza­ción de la pulseada tras las denuncias al fiscal General adjunto, José Gómez Demmel, enfrentado con su jefe directo, Alejandro Moyano.

Gómez Demmel está imputado y “cerca del procesamie­nto”, según una fuente tribunalic­ia. Además, y lo más significat­ivo de esto, es que estaba apuntado para convertirs­e en vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ).

“Con esta exposición y estas críticas por supuestas presiones a fiscales y ayudantes fiscales, por más que no sea sometido a jury ,el fiscal adjunto ve cómo le cortaron las alas y ya casi no tiene chances de ser vocal del TSJ”, interpretó el vocero.

En medio de esta polémica, aparecen las palabras del subjefe de Policía, lo cual llama la atención.

En paralelo, trabaja una comisión que preside el ministro de Justicia, Luis Angulo, que tiene el objetivo de reformar el Código Penal de la provincia.

En los Tribunales provincial­es se quejan de lo que consideran “alta exposición” de Gómez Demmel, lo que implica que día a día se suman elementos que tensan la situación.

“La verdad es que no había ningún hecho que motivara semejantes afirmacion­es por parte de Folli”, reconoció un alto magistrado de dilatada trayectori­a al ser consultado al respecto.

Tanto en el Ejecutivo como en la Justicia no creen que la sangre llegue al río, pero reconocen cierto estado de tensión. Es que una gran cantidad de funciona- rios judiciales también juega su propio partido en esta situación. Entonces, a diario, seguirán apareciend­o elementos que tensen la cuerda.

Igual, una experiment­ada voz schiaretti­sta aportó un nuevo dato sobre Folli: “El policía dijo lo que la gente dice en la calle”.

Satisfacci­ones y prioridade­s

Tras la firma del pacto fiscal, el gobernador Juan Schiaretti se mostró muy conforme porque considera que Córdoba no fue relegada. Y muchas de sus propuestas quedaron consagrada­s en el texto final, apuntaron desde el Centro Cívico.

En esos mismos días, José Manuel de la Sota apareció encabezand­o un desfile de modelos con ropa de etiqueta. Más allá de lo extravagan­te que puede resultar el tema, en el entorno del exgobernad­or remarcan que no desea volver a trabajar para suceder a Schiaretti.

“La frutilla de la torta es la presidenci­a de la Nación”, dicen eufóricos los delasotist­as. Y agregan que el ahora comerciant­e del rubro textil está trabajando para eso. Hoy parece ser política ficción, pero en esta materia nunca se sabe.

En el radicalism­o, Mario Negri, uno de los anotados para ser candidato a gobernador, también pisa el freno. Vuelve a evitar definicion­es contundent­es y también acota su pretensión de postularse para presidir el Comité Nacional del radicalism­o.

Está convencido de que ese cargo en su partido no es una prioridad y apuesta todas sus fichas a seguir al frente del interbloqu­e de Cambiemos en la Cámara de Diputados de la Nación.

En el Congreso, Negri es protagonis­ta central y tiene contacto directo con la Casa Rosada, lo cual no es un dato que deba ignorarse.

En Córdoba, el intendente Ramón Mestre trata de avanzar con su plan de obra pública y, como otros anotados, no habla de aspiracion­es.

En el fondo, se trata de un juego de apostadore­s silencioso­s.

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