Una certeza y cuatro interrogantes
Chile va hoy a las urnas para elegir presidente y renovar su Congreso. Las séptimas elecciones presidenciales desde el retorno de Chile a la democracia (1989) tienen como protagonistas principales al expresidente Sebastián Piñera (Chile Vamos), de tendencia de centroderecha, y al senador independiente por Antofagasta Alejandro Guillier, periodista y expresentador de televisión, que encabeza a la oficialista Fuerza de la Mayoría.
Hay otros seis candidatos presidenciales, dos de ellos mujeres (Carolina Goic, de la Democracia Cristiana, y Beatriz Sánchez, del Frente Amplio), pero sin posibilidad de pasar a un eventual balotaje.
La única certeza para hoy es que Piñera ocupará el primer lugar, como anticipan todas las encuestas. El resto son todos interrogantes.
Primer interrogante: si Piñera será elegido presidente en primera vuelta (poco probable, pero no imposible) o si habrá necesidad de balotaje. Y si hubiera segunda vuelta, ¿qué posibilidad existe de que haya reversión de resultado?
Cabe recordar que cuatro de las seis elecciones presidenciales que tuvo Chile desde el retorno a la democracia tuvieron que definirse en segunda vuelta (Lagos, Bachelet, Piñera y Bachelet). Sólo Aylwin y Frei no necesitaron balotaje. En ninguna de las segundas vueltas se produjo una reversión de resultado.
Segundo interrogante: si el nivel de participación electoral de estas elecciones será significativamente bajo, como anticipan las encuestas.
Hay que tener presente que la participación electoral en Chile ha venido cayendo de manera abrupta desde la reforma de 2012: del 85 por ciento de participación al 48 por ciento en la primera vuelta de 2013 y al 33 por ciento en las municipales de 2016.
El nivel de participación electoral guarda estrecha relación con el primer punto. En efecto, un nivel alto de abstencionismo beneficiaría a Piñera y lo podría hacer ganar en primera vuelta, ya que los sectores que menos votan (según un estudio reciente del Pnud Chile) son los jóvenes, los pobres y quienes viven en las ciudades. Es decir que la fragmentación de la izquierda y un alto
LA FRAGMENTACIÓN Y UN ALTO NIVEL DE ABSTENCIÓN SON UNA COMBINACIÓN LETAL PARA LA CONTINUIDAD DE LA CENTROIZQUIERDA EN EL PODER.
abstencionismo son una combinación letal para la continuidad de la centroizquierda en el poder.
Tercer interrogante: si el nuevo presidente tendrá mayoría propia en ambas cámaras del Congreso.
Las reformas introducidas al sistema electoral durante el actual gobierno de Michelle Bachelet (sustitución del sistema binominal por uno de representación proporcional moderado) hacen muy difícil que el próximo presidente cuente con mayoría propia en ambas cámaras, lo cual anticipa una gobernabilidad compleja. Si gana Piñera, deberá buscar apoyo parlamentario de sectores que están fuera de su grupo político, ya sea mediante el armado de una coalición estable o bien ley por ley.
Cuarto interrogante: si estas elecciones (en caso de ganar Piñera) deberán ser interpretadas como el fin de un largo ciclo de gobiernos de centroizquierda (cinco de los seis entre 1989 y 2017) y el inicio de un nuevo ciclo de gobiernos de centroderecha, en línea con la nueva tendencia presente en América del Sur que inauguraron Mauricio Macri en Argentina y Pedro Pablo Kuczynski en Perú.
Se trata de gobiernos más moderados ideológicamente que sus antecesores neoliberales de los años ’90, más de centro y pragmáticos, con una agenda que pone énfasis en el crecimiento económico, en la generación de empleos y en tratar de dar respuesta a crecientes demandas de una clase media cada día más empoderada y exigente.
El desafío
En resumen, quien salga elegido hoy o, lo más probable, el próximo 17 de diciembre tendrá como principal desafío liderar la “segunda transición”, en términos del excanciller Alejandro Foxley, que permita a Chile mejorar la calidad de su democracia, revertir la creciente desafección de la ciudadanía con sus representantes y hacer avanzar al país por la senda del desarrollo con inclusión y cohesión social.
Sujeto a lo que pase durante la campaña de cara a un probable balotaje, Piñera está más cerca de liderar esta responsabilidad. Pero en comicios con segundas vueltas no hay que descartar sorpresas, como vimos en las elecciones ganadas por Macri y Kuczynski.