La Voz del Interior

Decir Klimowicz es decir Instituto

Los hermanos Diego, Javier y Nicolás pasaron por la Gloria años atrás. Ahora Mateo juega en la primera y en las inferiores se vienen tres más: Luca, Matías y Thiago.

- Agustín Caretó acareto@lavozdelin­terior.com.ar

Diego, Mateo y cinco más, parte de una generación de pura cepa albirroja.

Desde comienzos de la década del ’90 hasta el día de hoy es casi imposible pasar por La Agustina y no toparse con algún Klimowicz jugando para Instituto. La historia de esta familia con orígenes polacos está íntimament­e ligada al club de Alta Córdoba desde el día en que Julián Klimowicz decidió que sus hijos Diego, Javier y Nicolás jugaran en la Gloria.

“El Granadero” fue el primero en debutar: lo hizo en 1993 y volvió en 2011 para retirarse en el club de sus amores. Jugó 95 partidos y metió 45 goles con la albirroja. Su talento, su físico y su olfato goleador hicieron que el Rayo Vallecano pusiera los ojos en él y comprara su pase en una transacció­n polémica. Con el tiempo, Diego se convirtió en uno de los goleadores más importante­s de la historia del Wolfsburgo y en el argentino con más tantos en el fútbol alemán.

Luego hubo otra historia. Corría 1995 cuando el arquero Javier se sumó al plantel profesiona­l de Instituto, en el cual permaneció hasta 2002. Titular indiscutid­o en el equipazo que armó Gerardo Martino, el “1” sumó 54 partidos en el arco glorioso con 56 goles en contra. Tiene 40 años y desarrolló casi toda su carrera en Ecuador, donde se retiró el año pasado y ahora trabaja como entrenador (es DT en la reserva del Emelec).

Y la frutilla del postre para Julián Klimowicz llegó unos años después: su hijo Nicolás también pudo jugar un partido en la primera de Instituto. El otro delantero entre los tres hermanos permaneció en el plantel superior entre 2003 y 2007, aunque la mayoría de los encuentros los disputó en el equipo de Liga Cordobesa.

Al mismo tiempo que esa generación comenzaba a despedirse de la Gloria, la nueva comenzó a decir presente: este año debutó Mateo (hijo de Diego) en la B Nacional, luego de haber tenido grandes actuacione­s en las inferiores de AFA.

Con apenas 16 años, el enganche se puso la albirroja por primera vez en Gualeguayc­hú y jugó varios partidos de titular en el presente torneo. Incluso marcó un gol ante Aldosivi, de Mar del Plata, y dejó claro que hay motivos de sobra, aparte de su apellido, para ilusionar a todos por Alta Córdoba.

Y aunque parezca mentira, acá no terminan los vínculos entre Instituto y los Klimowicz. Thiago, hermano de Mateo, asoma como un delantero para tener en cuenta pese a sus ocho añitos.

“Es goleador nato, se cansa de meterla. Es gigante, una bestia el tamaño que tiene para la categoría”, explicó Mateo al contar las caracterís­ticas de su hermanito, que se entrena con los “cebollitas” del club.

Pero hay más impulsos para que los hinchas sueñen con seguir viendo a algún “polaco” por el Monumental.

En las inferiores, hay un romperrede­s de 13 años llamado Luca Klimowicz. Es ecuatorian­o, ya que su padre Javier atajaba allí cuando nació. Hace un par de años deslumbró a todos al meter cinco goles en un partido para el Corazón de María en el torneo televisado de El Doce y ahora la mete seguido en La Agustina.

Es un típico “9” de área, potente, de gran físico y mucho olfato goleador. Juega para Instituto en pre-AFA y en la octava división de la Liga Cordobesa.

Y para que al abuelo Julián no le falten partidos para ver los “findes”, su nieto Matías (hermano de Luca) juega como delantero para la 11° categoría de la Gloria en la Liga Cordobesa de Fútbol.

Pero como buen hijo de Javier, “Mati” también se le anima al arco y este año fue de las figuras del Corazón de María, que llegó a la final en el televisado de El Doce.

“Matías es muy hábil, quizá sin tanta potencia, pero hace goles seguido en Instituto. Y en el arco se defiende muy bien”, contó su primo Mateo.

Pero más allá del talento que muestran en la cancha, los Klimowicz también han sido ejemplo de buen comportami­ento en el campo de juego.

El único que recibió una roja fue Diego y en una sola ocasión: ocurrió en un partido televisado ante Douglas Haig. “El Granadero” hoy es el mánager del fútbol en la Gloria y disfruta de compartir horas y horas en La Agustina con sus hijos y sobrinos.

“Lo que nos pasa con el club es algo que siempre soñé. Me acuerdo cuando mis hermanos y mis hijos eran chiquitos y yo les decía: ‘Cuando vos juegues en Instituto, va a pasar tal o cual cosa’. Y bueno, hoy se dio que no sólo mis dos hermanos y yo, sino que mis dos hijos y mis dos sobrinos están en el club. La verdad es que me pone muy contento. Es un sueño. El apellido Klimowicz ya es parte de Instituto”, le dijo Diego a Mundo D.

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 ?? (GENTILEZA FAMILIA KLIMOWICZ) ?? Gloria, en polaco, se dice Klimowicz. Thiago, Mateo, Diego, Luca y Matías, unidos para llevar arriba el prestigio familiar.
(GENTILEZA FAMILIA KLIMOWICZ) Gloria, en polaco, se dice Klimowicz. Thiago, Mateo, Diego, Luca y Matías, unidos para llevar arriba el prestigio familiar.
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