DESOLADOS
Los familiares de los 44 tripulantes del submarino estallaron de bronca y de dolor cuando se confirmó que hubo una explosión y que aún se está lejos de hallar la nave. Cuáles son las hipótesis. La búsqueda sigue, pero la esperanza se desvanece. El enojo c
Desolados, tristes y con bronca salieron de la Base Naval de Mar del Plata los familiares de los 44 submarinistas cuando representantes de la Armada les confirmaron que el miércoles 15 de noviembre, tres horas después de perder contacto, el ARA San Juan sufrió una explosión.
“El jefe de mi hijo me confirmó que están todos muertos porque la explosión fue entre los 200 y mil metros de profundidad hace ocho días”, expresó con la voz entrecor- tada Luis Tagliapietra, padre de Damián, un bonaerense teniente de corbeta de 27 años.
Itatí Leguizamón, esposa del sonorista Germán Suárez, contó que los familiares tenían “bronca” porque les habían “mentido” durante una semana. “No nos dijeron que murieron pero nos dicen que están a tres mil metros (de profundidad). Son unos desgraciados perversos”, afirmó.
Esa información no fue confirmada ni por el vocero de la Armada, Enrique Balbi, ni por funcionarios del Ministerio de Defensa, que conduce el cordobés Oscar Aguad, quien ayer se reunió a solas con el presidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos.
“Hasta que no sepamos dónde está el submarino no podemos concluir con una afirmación contundente”, respondió Balbi anoche al ser consultado sobre si los submarinistas pudieran haber fallecido.
La información oficial no coincide con lo que sostienen los familiares.
“Adiós amor”, fue el desgarrador mensaje que escribió en mayúsculas Jésica Gopar en su cuenta de la red social Twitter. Esas dos palabras fueron las elegidas por la joven mujer al dar por muerto a su marido, el cabo principal Fernando Santilli, nacido en Mendoza.
“Evento anómalo”
El drama que parece ser final se desató cuando Balbi habló con la prensa, cerca del mediodía, para confirmar un dato que había anticipado en forma preliminar el miércoles: “Hubo un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión”.
La información había llegado una hora antes a manos de Aguad y del canciller Jorge Faurie desde el embajador argentino en Austria, Rafael Grossi, quien además está a cargo del organismo dependiente de la ONU que monitorea los ensayos nucleares en todo el mundo.
Se trata de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés), que el 15 de noviembre detectó la explosión a las 10.51, 201 minutos después de que el submarino se comunicara por última vez desde el Golfo de San Jorge.
La explosión fue detectada por la CTBTO en el punto de latitud 46.12 y longitud -59.69, que se ubica a 60 kilómetros del último punto donde fue registrado el submarino por la Armada Argentina, en su camino desde Ushuaia hacia Mar del Plata. La señal fue detectada en las bases de Isla Ascension (entre América y África) y de Islas Crozet (sur del océano Índico).
La CTBTO explicó que fue difícil identificar esas señales porque fueron demasiado leves.
“El planeta produce ruidos todo el tiempo. Es un desafío filtrar sonidos relevantes del ruido”, sostuvo a la agencia de noticias DPA la portavoz de CTBTO, Elisabeth Waechter, en Viena.
La vocera precisó que envió “los detalles a las autoridades argentinas para colaborar en la búsqueda del sumergible”.
El organismo que confirmó lo peor, monitorea “los latidos” de la Tierra a través de una inmensa red global de estaciones sísmicas, de detección de radionucleidos en la atmósfera, infrasonido e hidroacústicas con micrófonos especiales en el fondo del océano.
Fue la misma “anomalía hidroacústica” que Balbi anticipó el miércoles cuando también la jueza de la causa, Marta Yáñez, dijo que había información que por el momento era “secreto de Estado”.
Maniobras investigadas
Anoche, la jueza dijo que su tarea ahora es investigar “si las maniobras desplegadas por todos ellos” fueron acordes con lo que indicaba el protocolo de actuación, y determinar las causas que motivaron la explosión.
Yáñez se esperanzó con que se puedan hallar “restos” del submarino para hacer estudios porque el navío no cuenta con caja negra para analizar.
Al menos hasta ayer, en la Armada no había indicio alguno sobre un eventual ataque externo al ARA San Juan.
El día de la desaparición, el capitán del submarino, Pedro Fernández, informó “un principio de avería” en el sistema de baterías.
Según expertos, el problema pudo haberse producido por la entrada de agua a través de la tubería del snorkel, que pudo haber generado un cortocircuito en la alimentación de baterías.
El operativo de búsqueda liderado por la Argentina y la Armada de los Estados Unidos era mantenido ayer aguas adentro para
intentar dar con el submarino, después de haber cubierto por aire ya unos 500 mil kilómetros cuadrados sin que se haya establecido comunicaciones con el navío ni señales de pedido de socorro.
Búsqueda de evidencias “Hasta no tener certezas y otros indicios que se pueden llegar a corroborar, vamos a seguir buscando al ARA San Juan y a los 44 tripulantes”, dijo Balbi y aclaró que hasta que no existan “evidencia certeras” del destino del submarino no se podían realizar “afirmaciones concluyentes”.
Seguían en el operativo 6 buques que hacían un barrido del fondo del mar, tres destructores y una corbeta, más tres aeronaves.
En ese sentido, el canciller Faurie sostuvo que una de las tareas de la Cancillería es brindar la coordinación “para que puedan concretarse los apoyos muy generosos que hemos recibido” en las tareas de búsqueda.
“Son 13 los países que se sumaron al proceso de búsqueda con distinto tipos de equipamiento, a los que estamos muy reconocidos y agradecidos por este esfuerzo que han llevado adelante”, concluyó el funcionario.
MATARON A MI HERMANO PORQUE LOS SACAN A NAVEGAR (CON TODO ATADO) CON ALAMBRE.
Del hermano de uno de los miembros de la tripulación, en la base naval de Mar del Plata
NINGUNA UNIDAD DE LA ARMADA ZARPA SI NO ESTÁ EN CONDICIONES OPERATIVAS DE NAVEGAR O VOLAR CON TOTAL SEGURIDAD. De Enrique Balbi, vocero de la Armada
“Va toda nuestra solidaridad con la gente que está trabajando en esto, con los familiares de todos los marinos que están en el ARA San Juan, y estamos con las mayores esperanzas en la evolución de este trabajo que lleva adelante el Ministerio de Defensa”, indicó.
Dolor y enojo
En medio del drama, algunos familiares de los tripulantes denunciaron que se les ocultó información durante ochos días, con la sospecha de que la Armada tenía el dato de la explosión desde el mismo día de la desaparición.
“Mataron a mi hermano porque los sacan a navegar (con todo atado) con alambre”, dijo un joven quebrado en llanto.
Balbi, en tanto, sostuvo que “ninguna unidad de la Armada zarpa si no está en condiciones operativas de navegar o volar con total seguridad. La antigüedad de las naves no implica su obsolescencia”.
Unas horas antes Jésica Gopar había expresado un reclamo desesperado a la comunidad: “No nos dejen solos”.
“No sabemos dónde está el submarino y nuestra gente”, declaró Balbi.