La foto completa que no se puede sacar
Alo largo de la historia, la prensa escrita dejó grabada en sus páginas una parte de la historia de una ciudad, de una comunidad, del mundo.
Los diarios de papel de ayer estaban destinados a convertirse en los archivos de esas memorias colectivas.
La realidad cambió en las últimas décadas de manera vertiginosa, radical, y a todo lo anterior se sumó ese inmenso espacio digital, que compone el soporte de los contenidos de un medio de comunicación.
Las posibilidades son hoy mucho más vastas, y más expansivas también son las posibilidades de dejar grabados en la memoria los acontecimientos que nos atraviesan. Pero ni en uno ni en otro caso es posible reflejar la realidad completa, la visión totalizadora, la verdad reveladora, la foto completa de los hechos.
Eso no obsta que se lo haga con la mayor seriedad y amplitud posibles, tratando de acercarse a la ver- dad como meta, aun cuando ya sabemos que eso, como absoluto, no es posible.
Esto puede aplicarse al seguimiento de casos como el del submarino ARA San Juan y sus 44 tripulantes, o al de Santiago Maldonado, cuyas novedades se publican en distintas secciones de esta edición.
Más allá de los esfuerzos por
A VECES, ALGUNOS PRETENDEN QUE LOS MEDIOS TRADUZCAN EUFEMISMOS Y DIGAN LO QUE OTROS NO SE ANIMAN A DECIR.
mostrar cada punto de vista, cada detalle, cada lectura e interpretación de los hechos, siempre faltará una pieza del rompecabezas.
Puede que esto suceda por diferencias de criterios, por omisiones involuntarias, por falencias propias, por imposibilidad de rellenar partes que le corresponden a la Justicia, al poder político, a la propia sociedad.
A veces, algunos pretenden que los medios traduzcan eufemismos y digan lo que otros no se animan.
Como sea, al rompecabezas del ARA San Juan le faltan muchísimas piezas y llevará mucho tiempo agruparlas. Y cada uno deberá cumplir su función.
Nuestro compromiso es módico, pero sincero: intentar que nada de eso caiga en el olvido.