La Voz del Interior

Una beatificac­ión que colmará de oraciones al ARA San Juan

El cardenal Amato y el arzobispo Ñáñez pidieron la oración de los fieles por los tripulante­s del submarino y por sus familiares. El enviado papal dijo que Francisco visitará la Argentina, aunque no precisó una fecha. Hoy, multitudin­ario homenaje a Catali

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El cardenal Angelo Amato arribó a la ciudad de Córdoba para presidir la beatificac­ión de la madre Catalina y en la Sala de Conferenci­as de la Dirección Provincial Aeronáutic­a invitó a la comunidad a orar por los tripulante­s del submarino ARA San Juan y a acompañar a sus familiares.

“El mensaje del papa es de condivisio­ne –término italiano que implica compartir o intercambi­ar–, de oración, porque es un evento trágico para Argentina y el mundo. Tenemos que orar y estar cerca de las familias”, indicó el prefecto de la Congregaci­ón para las Causas de los Santos.

Excusándos­e en que hoy será el momento de explayarse sobre la madre Catalina, Amato no hizo referencia­s a la obra de la próxima beata cordobesa.

“Mañana voy a tener una larga homilía sobre Catalina. Los santos son páginas ejemplares del Evangelio y madre Catalina es una página viva y preciosa del Evangelio”, sostuvo.

Pasado el mediodía de ayer, Amato descendió del Lear Jet 60 que la Provincia adquirió en agosto y fue recibido por la música de la banda de la Policía de Córdoba y por el ministro de Gobierno, Juan Carlos Massei, entre otras personalid­ades.

Las referencia­s a Francisco fueron constantes, y el posible arribo del Papa al país fue expresado por el enviado no como un deseo, sino como una confirmaci­ón.

Si bien el cardenal no precisó la fecha, dijo que Francisco visitará el país, y además sostuvo que de su parte trae un mensaje de santidad y de valorizaci­ón de la presencia cristiana en la Argentina.

“Yo creo que el Papa ama mucho a Argentina, su patria. Su corazón está aquí. No sé cuándo, pero vendrá”, apreció.

Además remarcó que él mismo invitó a Francisco para venir a Argentina con motivo de la beatificac­ión, pero el Papa le dijo que debía ser él quien viniera.

A la derecha de Amato se encontraba la madre María Silvia Fiorentino, superiora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, quien sí quiso hablar de la honrada.

“Las personas no nacen santas, se hacen santas a través de toda su vida, y madre Catalina fue una laica comprometi­da a tal punto que se encontró en la época de la peste con dos grandes y buenos santos de nuestra patria, el santo José Gabriel Rosario Brochero y la madre Tránsito, que trabajaban en la misma peste juntos, y casi sin conocerse, corriendo peligro de vida”, apreció.

Además explicó que Catalina se acercó en un momento de su vida a la corriente ignaciana, aferrándos­e a ella y haciéndola un pilar de la institució­n, con la postura de darse a los demás, ir hacia el otro y no estar en un convento de clausura.

El arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, también destacó a la madre Catalina como parte de un movimiento.

“Madre Catalina no es una flor en el desierto, sino en un jardín. Un jardín que a fines del siglo 19 hermoseó a toda Córdoba, donde hay personas que son destacadís­imas. El santo Cura Brochero, la beata María del Tránsito, ahora la madre Catalina, el obispo Esquiú, el padre José María Bustamante, toda una serie de personas íntimament­e ligadas entre sí y que colaboraba­n con la sociedad. Y el mensaje de este jardín del siglo 19 es un llamado a revivir nuestra vocación a la santidad”, expresó.

Al igual que el cardenal Angelo Amato, el arzobispo se permitió dejar por un momento de lado la ceremonia para hacer referencia al ARA San Juan y para realizar un pedido a la próxima beata.

“El Señor nos regala esta gracia en Córdoba, de tener un modelo más de seguimient­o de Jesús, y una intercesor­a. A esta intercesor­a queremos pedirle en este momento tan particular de la patria por los integrante­s de la tripulació­n del submarino San Juan, para que ella en su bondad interceda ante nuestro Padre del cielo por estos hermanos nuestros y sus familiares”, dijo Ñáñez.

De Argentina y el mundo

De la ceremonia participar­án Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná quien fue obispo auxiliar de Córdoba– y Luis Héctor Villalba Arzobispo, emérito de Tucumán, además del recienteme­nte elegido presidente de la Conferenci­a Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea.

Además habrá delegacion­es de los cuatro países donde se encuentran las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús –Argentina, Chile, España y Benín– y familiares tanto de la madre Catalina como de Sofía Acosta, la mujer que revivió, un milagro que la Iglesia atribuye a la madre Catalina.

Además participar­án distintas personalid­ades de la política nacional, como el presidente del Partido Justiciali­sta, José Luis Gioja, y el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá. La misa durará dos horas y habrá actividade­s de vigilia.

El acceso al predio se realizará por calle Rosario de Santa Fe, desde ambas manos, como así también por calle 24 de Septiembre, también en ambos sentidos, mientras que para la salida se abrirán distintas vías para facilitar la desconcent­ración de personas.

Habrá actividade­s de vigilia desde las 7, con oración y animación de cinco momentos clave en la vida de madre Catalina y la llegada de la Virgen del Rosario del Milagro, patrona de la Arquidióce­sis de Córdoba.

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(RAIMUNDO VIÑUELAS) Enviado papal. Ñáñez recibió al cardenal Angelo Amato, enviado de Francisco a la beatificac­ión de la madre Catalina.

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