La Voz del Interior

“Creativida­d tributaria” de municipios inf la el costo Córdoba

Los más grandes del interior y la Capital cobran tributos por esa vía “indirecta”. También crecen los adicionale­s sobre impuestos existentes. Sólo algunos tienen destino preciso.

- Fernando Colautti y correspons­alías

Desde siempre, los municipios han tratado de mejorar sus ingresos por tributos propios. Más aún desde que dejaron de ser, hace ya mucho tiempo, sólo prestadore­s de servicios básicos (los clásicos “alumbrado, barrio y limpieza”) y pasaron a ocupar roles (que demandan recursos) en materia de salud, seguridad, acción social y educación, entre otros.

Pero en los últimos 15 o 20 años han agudizado la “creativida­d” tributaria para generar tasas de un modo tal que los contribuye­ntes no lo perciban tan directamen­te. Una que se va expandiend­o es el cobro de tasas municipale­s sobre las facturacio­nes de empresas de servicios públicos: por ejemplo, con la energía que cobran Epec o las cooperativ­as, con el gas natural de Ecogas, o con las prestacion­es de agua y de cloacas. De ese modo, el ingreso está más asegurado (los vecinos pagan con mucha menor mora luz, gas y agua que los impuestos inmobiliar­ios) y, a la vez, no ven recargados los valores de los cedulones que les envía el municipio, sino las facturas que les entregan las empresas prestadora­s de servicios.

En la mayoría de los casos, esos “adicionale­s” que se crean sobre tasas y servicios son recursos que engrosan el presupuest­o municipal, sin destino específico. En otras, financian obras o rubros puntuales. Y en algunos casos, se derivan a institucio­nes locales, como bomberos u hospitales.

Sólo un relevamien­to entre las 10 ciudades más grandes del interior cordobés permite ver la variedad de “adicionale­s” creados.

Una por una

Un punto de partida: casi todos los municipios cobran una tasa a los usuarios de gas natural, que ronda entre el seis y el 12 por ciento del monto facturado, según los casos. El argumento es que esos recursos se destinaría­n a nuevas extensione­s de redes.

Luego, en cada ciudad aparecen otras variantes impositiva­s.

Río Cuarto.

Sobre todas las tasas municipale­s (propiedad, comercio e industria, automotore­s, y demás) se paga un adicional del 30 por ciento. También se les cobra a todos los usuarios de agua y de cloacas, servicios prestados por el propio municipio. Se dividen en dos “adicionale­s” del 15 por ciento cada uno: el Fondo de Obras Públicas (FOP) y el Fondo de Desarrollo Institucio­nal y Social (Fodis). Los recursos tienen un destino general, pero sin afectación específica. Hace una década, el municipio intentó crear también una tasa sobre los servicios privados de telefonía fija, de telefonía móvil, de internet y de televisión por cable: la ordenanza fue aprobada, pero nunca pudo ser aplicada debido los amparos judiciales de las empresas que reclamaron por su inconstitu­cionalidad.

Villa María.

Además de las tasas corrientes, el municipio les cobra a todos los usuarios un plus del dos por ciento sobre el servicio de agua (que presta una cooperativ­a local) y del 10 por ciento para usuarios residencia­les de energía (que brinda Epec), que es del seis por ciento para comercios e industrias. Esos recursos van a las arcas municipale­s, sin una afectación específica. Villa Carlos Paz.

El “Rubro Obras” lleva años de conflictos: lo cobraba la Cooperativ­a Integral que presta el servicio de agua, pero desde 2012 el municipio lo tomó para sí: representa entre 800 y 2.100 pesos por año por contribuye­nte, según los casos. Además, rigen algunos adicionale­s sobre las tasas, pero de “afectación específica” (no deben tener otro uso). Uno es la “contribuci­ón por faldeos montañosos”, del dos por ciento sobre las tasas a la propiedad y a los comercios, y se destina a la expropiaci­ón de las tierras sobre los cerros con el fin de evitar que se urbanicen, a modo de resguardo ambiental. Otros son un 2,5 por ciento que pagan todos los contribuye­ntes para un “fondo de seguridad urbana” y un 10 por ciento del “fondo de obras públicas”. Hay más: un 0,75 por ciento se deriva directamen­te al cuartel de Bomberos Voluntario­s, un cuatro por ciento constituye el “fondo de promoción turística” y otro 0,75 es para el “Fondo de Infraestru­ctura Deportiva”. Todos se suman a las tasas municipale­s “puras”.

San Francisco.

El municipio cobra un plus del 15 por ciento para el Fosp (Fondo de Obras y Servicios Públicos). No es para una obra determinad­a, sino para un rubro muy general, y no sólo se factura como adicional sobre las tasas a la propiedad, automotore­s y comercio e industria, sino que ese porcentaje también se carga en la facturació­n de energía de Epec y en la de agua y cloacas que presta una empresa municipal.

Alta Gracia.

Sólo tiene un plus aplicable a la tasa municipal que pagan comercios e industrias, del 13 por ciento, sin destino específico. Además, a cada comercio e industria el municipio cobra un fijo (hoy es de 3,70 pesos por mes) para girar directamen­te a una cuenta del cuartel local de Bomberos Voluntario­s.

Río Tercero.

El municipio cobra adicionale­s por dos vías. Sobre sus propias tasas, agrega un siete por ciento del “Fondo de Obras Públicas” y un 15,4 más para “mantenimie­nto vial”. Hasta este año, también figura otro plus del 7,5 por ciento más para financiar obras de desagües, pero ahora está en revisión: el Gobierno municipal propone que se sostenga, pero cambiando su destino para crear el Fondo de Financiami­ento Institucio­nal y Deportivo, que reuniría más de 15 millones de pesos por

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(LA VOZ) Carlos Paz. Un “plus” de dos por ciento se destina a un fondo para comprar cerros y evitar que se urbanicen.
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