“Suárez es un monstruo que nos destrozó la familia”
Los familiares de Ramón y de Damián Rojas protestaron por la inimputabilidad del autor de la masacre en la fábrica de hielo. Van a apelar la resolución y reclaman que se realicen de nuevo los peritajes.
“Suárez es un criminal, un monstruo, porque nos destrozó la familia”, dice Gloria Viviana Flores, quien perdió a su marido Ramón Rojas (59) y a su hijo Damián (28) en la masacre de la fábrica de hielo Polarcito, en agosto pasado en barrio San Vicente. A su lado, junto a una decena de familiares y amigos que la acompañaron a Tri- bunales 2, de la ciudad de Córdoba, está Carolina Rojas, hija de Ramón y única hermana de Damián.
En la manifestación que se congregó ayer en la sede del fuero Penal, ambas hablan con indignación cuando se refieren al matador que ultimó de varios disparos a sus dos compañeros de trabajo e hirió de gravedad a Hugo Herrera (60) con una tijera en el cuello.
De ese tono enérgico cuando hablan del “monstruo” pasan sin consuelo a las lágrimas, al recordar que no cuentan más con la mitad de su familia. Los hombres, papá e hijo, ya no están; ellas, mamá e hija, quedan solas, sin más compañía que ese dolor absurdo.
“Venimos a pedir justicia hasta el final”, dicen mientras se alzan pancartas que dicen “Suárez asesino”.
Según la causa que instruyó el fiscal Alfredo Villegas, José Gustavo Suárez (42) ingresó en la fábrica aquella mañana del 14 de agosto pasado y encontró a Damián en la cámara de frío. Allí le disparó en el tórax y luego, ya muerto, lo baleó tres veces a la cabeza.
Luego, el matador se dirigió adonde estaba el padre. En la fábrica predominan diversos ruidos, por lo que el hombre no advirtió que la matanza había comenzado. Ramón estaba arrodillado, indefenso, y le disparó dos veces en la cara. Luego lo apuñaló. Finalmente, cargando su pistola, se topó con el administrativo Hugo Herrera (63), a quien le clavó una tijera en el cuello. Este salvó su vida porque fingió haber muerto.
“Que lo declaren imputable”
“Queremos que sea declarado
imputable”, reclamaron la viuda y su hija, que temen que en poco tiempo Suárez salga de su encierro en el pabellón psiquiátrico del hospital Aurelio Crespo, de Cruz del Eje.
“Él conoce dónde es mi casa y qué pasa si me lo cruzo por la calle”, sostiene Carolina.
Más allá de esos temores, se quejan porque la declaración de inimputabilidad tras el peritaje psicológico y psiquiátrico fue realizada en poco más de una hora y no se corresponde con lo que ellas entienden es el estado mental de Suárez.
Las mujeres señalaron que el detenido había tenido una relación de amistad con Damián y con Ramón. Jugaban al fútbol y lo invitaban a las reuniones familiares, hasta que hace unos cuatro años cambió su actitud. Aseguran que, además de acusarlos de envenenarlo, Suárez casi no les dirigía la palabra y no acataba las directivas de trabajo.
Viviana y Carolina dicen que en la fábrica los responsables conocían esa situación y que Suárez tenía problemas con sus compañeros. “La situación era insostenible; no se aguantaba más”, apunta la viuda.
El reclamo de la madre y de la hija es para que Suárez sea declarado imputable y reciba prisión perpetua.
Un “border line”
En el peritaje que discuten las mujeres, el psiquiatra Miguel Colazo actuó como perito de con- trol en representación de las querellantes y objetó el informe de los forenses oficiales y de la defensa.
Para Colazo, se aceptó el delirio persecutorio con extrema rapidez, para concluir que Suárez no comprendía la criminalidad de sus actos.
Colazo señala que, según “se plantearon los hechos, cómo fue programando, fue mucho más lo que comprendió que lo que no comprendió”.
Según el perito, el sujeto “no es psicótico, sino psicópata, un
border line”.
A partir de la decisión de la jueza de Control María Celeste Ferreyra de sobreseer a Suárez por inimputable, la abogada que representa a las querellantes, Violeta Saltiva, anticipó que el próximo martes presentará el pedido de apelación.
De ser aceptado, el análisis del caso quedará en manos de la Cámara de Acusación. Se abriría así la última puerta a la que se aferra la familia para reclamar que Suárez no recupere la libertad.
MADRE E HIJA RECLAMARON AYER QUE JOSÉ SUÁREZ FUERA JUZGADO Y TERMINARA CONDENADO A PRISIÓN PERPETUA.