La mayoría de los certificados de discapacidad son de menores de 15 años
La cantidad de certificaciones creció 318% en nueve años. Las principales deficiencias son mentales e intelectuales y motoras. Según el Censo 2010, el 12,5 por ciento de los cordobeses es discapacitado. Hoy se conmemora el Día Internacional de la Discapa
En la provincia de Córdoba, 157.700 personas poseen un certificado que acredita alguna discapacidad y determina las prestaciones que necesitan, según lo previsto por ley. Tres de cada diez certificaciones son de niños y adolescentes menores de 15 años, y la mayoría de las deficiencias son mentales, motoras e intelectuales.
Según lo confirman datos oficiales, el pedido y la emisión del certificado único de discapacidad (CUD) han crecido de manera constante y exponencial en los últimos años. Desde 2008 y hasta agosto de 2017, la cantidad de documentos otorgados (nuevos o por renovación) creció 318 por ciento.
En 2008 se otorgaron 4.500 certificados y en 2016, 18.804. El 65 por ciento fueron emitidos por primera vez, y el resto son renovaciones, revelaron desde la Subsecretaría de Discapacidad, Rehabilitación e Inclusión, que depende del Ministerio de Salud de la Provincia.
La subsecretaria, Marité Puga, sostiene que el aumento en el número de certificados está relacionado a una creciente demanda por parte de la población y, a la vez, a la mayor capacidad de respuesta desde los organismos gubernamentales. “Se observa que estas problemáticas están cada vez más visibles. No se ocultan como antes, cuando la discapacidad era casi un secreto familiar”, subraya Puga.
En la Capital e interior se otorgan 2.500 turnos mensuales promedio para gestionar el certificado en alguna de las 31 juntas de certificación de discapacidad de la provincia.
Se estima que, en el mundo, el 15 por ciento de la población vive con alguna discapacidad: más de mil millones de personas. En Córdoba, según el Censo 2010, es el 12,4 por ciento de la población total.
Deficiencias mentales
La mayoría de los CUD emitidos el año pasado fueron por deficiencia mental (39 por ciento), discapacidad motora (36 por ciento), intelectual (10 por ciento), auditiva (seis por ciento), visual (cinco por ciento), visceral o fallas de órganos vitales como pulmones, corazón o hígado (cuatro por ciento).
Desde el año pasado, el Servicio Nacional de Rehabilitación diferencia las discapacidades mentales, que incluyen perturbaciones psicopatológicas (esquizofrenias, por ejemplo), de las intelectuales, que engloban los diagnósticos de retraso mental.
Hace 25 años la prevalencia se asentaba en las discapacidades motoras, pero, en la actualidad, el mayor porcentaje corresponde a las mentales e intelectuales.
La mayor cantidad de certificados se otorgan a menores de 15 años (35,48 por ciento); a personas de 46 a 65 años (20,27 por ciento) y de 15 a 30 años (17,55 por ciento); a mayores de 65 años (14 por ciento), y a personas de entre 31 y 45 años
(12,61 por ciento).
Por otra parte, hay más varones
(58 por ciento) que mujeres con certificado de discapacidad. La mayoría posee obra social (75 por ciento), aunque no la tiene el 75 por ciento de quien se atiende en alguno de los 10 centros de rehabilitación provinciales.
Problemas en edad escolar
Los equipos de psicodiagnóstico de la Subsecretaría de Discapacidad trabajan con niños en edad escolar. Los datos oficiales revelan que la discapacidad intelectual es la mayor deficiencia que se observa en el 44 por ciento de los casos que llegan al consultorio (aunque no todos requieran un certificado de discapacidad).
Los diagnósticos realizados en
310 consultas revelaron que, además de las dificultades intelectuales, que figuran en primer lugar, el
12 por ciento de los chicos atendidos presenta trastornos de lenguaje; el 13 por ciento, trastornos mentales y de conducta, y el 31 por ciento, problemas de habilidades escolares. “Esta última cifra nos da una dimensión del abandono de los chicos, que no tienen ayuda desde el hogar”, apunta Puga.
En los últimos años, según las estadísticas, se observa un aumento de los problemas vinculados con los déficits intelectuales asociados a problemas serios de aprendizaje.
“Las familias están llevando los chicos de manera temprana a la consulta y eso les abre posibilidades para adquirir habilidades. Vamos a trabajar en escuelas marginales porque queremos saber por qué los chicos no pasan de grado”, indicó Puga.
Contacto. La línea es gratuita:
(0800) 888-4466, de lunes a viernes
de8a18.
EN 2008 SE ENTREGARON 4.500 CERTIFICADOS DE DISCAPACIDAD. EN 2016, LA CIFRA LLEGÓ A 18.800, Y LA MAYORÍA DE LAS CERTIFICACIONES FUERON POR DEFICIENCIA MENTAL.