El embarazo de 18 meses
uál es la duración de un embarazo humano normal? Nadie dudaría en responder nueve meses. Pero ¿ese lapso es suficiente para llevar a cabo lo que en verdad significa una completa gestación?
En términos biológicos, gestación es el tiempo que demanda a los mamíferos alcanzar el crecimiento y la maduración suficientes para poder desplazarse y procurar alimento de manera autónoma, y, en verdad, todos los mamíferos lo consiguen al nacer, excepto el humano.
Este nace sin dichas capacidades porque el embarazo –en comparación– es más breve.
Recién entre los 8 y 9 meses los bebés logran desplazarse y alimentarse por sí, completando entonces –bajo este enfoque– la gestación.
Esta idea se comprende mejor con datos antropológicos.
El cerebro humano actual –que nos distingue de las demás especies– es extraordinariamente grande en comparación con otros animales. Con 1.350 centímetros cúbicos de volumen promedio, supera en mucho los 200 cm³ de mamíferos grandes o los 600 cm³ del hombre primitivo. Obtener este tamaño requirió progresivas adaptaciones durante millones de años.
Cargar, mover y nutrir este cerebro condicionó a los homínidos a poderosos cambios evolutivos: el principal, la adopción de la posición erecta, diferenciando patas delanteras (hábiles) de patas traseras (transportadoras).
Luego, a modificar la masa muscular para la búsqueda de comida, a perder olfato y a ganar una excelente visión estereoscópica.
Discordancia
En las mujeres, la bipedestación modificó las caderas, reduciendo el canal de parto, al tiempo que el cráneo fetal se agrandaba. Esta discordancia de tamaño dificultaba el parto y causaba lesiones y muertes.
La hominización entonces intentó salvar el problema redondeando la cabeza: se achicó el área masticatoria (retrayendo el mentón) y aumentó el área frontal. Así, la biomecánica del parto logró hacer transitar un cuerpo redondo (el cráneo) por un conducto estrecho (la pelvis).
Mientras tanto, la historia transcurría y el resto de los mamíferos cuadrúpedos conservaba cabezas pequeñas y alargadas.
Pese a los cambios, seguía sin resolverse el aún hoy llamado “dilema obstétrico” (desproporción feto-pélvica). La respuesta adaptativa fue anticipar el parto, para que ocurriera cuando el feto tenía cráneo más pequeño y flexible.
Fue así como la selección natural determinó nacimientos humanos anticipados, pero más seguros.
Bajo esta visión antropológica, todos los recién nacidos nacen inmaduros: dependen de forma absoluta de otros para completar su maduración inicial, incapaces de conseguir alimento o de trasladarse sin ayuda.
Meses iniciales
Comprender la gestación humana como un período de al menos 18 meses –nueve adentro y nueve afuera del útero– explica la importancia de los meses iniciales de crianza. Embarazo y los primeros nueve meses de edad son dos etapas unidas (no separadas) por el nacimiento, con una continuidad biológica irrefutable.
Porque no antes de esa edad posnatal los bebés alcanzan una gestación comparable con la de otros mamíferos.
Esta maduración se confirma en dicha edad, cuando los lactantes afianzan sus primeras independencias, la motriz y la afectiva.
La primera (emancipación física) se evidencia con el gateo, los movimientos autónomos para alimentarse y los desplazamientos voluntarios de exploración.
La segunda (diferenciación psicológica entre madre e hijo) se expresa durante el llamado “período de angustia de separación”, en el que aparecen humor cambiante, quejas continuas, pesadillas y extrema dependencia con la madre.
Considerar que un embarazo dura 18 meses es una idea desafiante; pero el cambio de paradigma no persigue modificar las conductas de las embarazadas, sino de todos aquellos que las rodean: parejas disponibles que acompañen activamente los primeros meses; empleadores que consideren la importancia de la lactancia prolongada. Y legisladores interesados en tratar licencias laborales prolongadas para todas las familias: las tradicionales, las monoparentales, las homoparentales y también las adoptantes.
Todo podría redundar en un mayor apego con el recién llegado, determinando consistencia durante la crianza inicial, ingrediente indispensable para un futuro saludable.
* Médico