Hamas llama a una nueva intifada y la violencia se impone
Las protestas estallaron en ciudades de Cisjordania y en la Franja de Gaza. Al menos 80 palestinos resultaron heridos en incidentes. Israel atacó bases islamistas en la Franja tras la caída de dos proyectiles.
GAZA, RAMALLAH. La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel desató ayer disturbios y ataques que dejaron decenas de heridos a ambos lados de la frontera de ese Estado con los Territorios Palestinos, donde el grupo radical Hamas llamó a una tercera intifada (levantamiento).
El Ejército israelí atacó ayer bases del Movimiento Hamas en la Franja de Gaza, después de que dos cohetes lanzados desde el enclave palestino explotaron en el sur del territorio hebreo. “Responsabilizamos a Hamas por actividades hostiles desde la Franja de Gaza dirigidas contra Israel”, indicó un comunicado de las Fuerzas Armadas.
Al menos 80 palestinos resultaron heridos ayer en enfrentamientos con la Policía en Ramallah (sede de la Autoridad Nacional Palestina), Hebrón y Belén, ciudades todas de Cisjordania. También se registraron disturbios cerca de la Franja de Gaza, según datos del Ministerio de Sanidad palestino. En algunos lugares, manifestantes se enfrentaron a los soldados israelíes lanzando piedras y neumáticos en llamas. La Policía israelí reaccionó con balas de goma y gases lacrimógenos.
Un palestino resultó herido de gravedad por un disparo en el abdomen cerca de Gaza, según informes de fuentes palestinas. Por su parte, una portavoz militar israelí explicó que los soldados dispararon contra los principales instigadores de la protesta cuando se negaron a detenerse .
La Autoridad Palestina, que preside Mahmud Abbas, declaró una huelga en repudio a los últimos acontecimientos. Los negocios, escuelas, bancos e instituciones públicas permanecieron cerrados en Gaza, Cisjordania y Jerusalén oriental, mientras Israel reforzaba la presencia de su Ejército en puntos sensibles por su conflictividad.
El Estado Mayor decidió trasladar batallones adicionales a Cisjordania y aumentó la cifra de quienes están en estado de alerta.
Viernes de ira
Estas medidas adicionales de seguridad se enmarcan en los temores de que la situación podría escalar a partir de hoy, día para el que Hamas convocó a un nuevo levantamiento, o tercera intifada contra Israel. El anuncio de Trump equivale a una “declaración de guerra contra los palestinos”, declaró ayer el líder de la organización islamista, Isamil Haniye, en Ciudad de Gaza.
“No importa lo que diga Trump, Jerusalén nunca será la capital de Israel”, afirmó por su parte Jamal Muheisen, miembro de la ANP, durante un mitin en Ramallah.
En Irán, la autoridad de propaganda islámica convocó también para hoy a protestas tras el rezo del viernes en las mezquitas de la capital, Teherán.
A su vez, la milicia somalí Al Shabab, cercana a la red terrorista Al Qaeda, instó a los musulmanes a luchar contra Estados Unidos e Israel. Los talibanes de Afganistán sugirieron que la decisión de Trump acentuará las reacciones.
En el consulado general de Estados Unidos en Estambul se produjeron en las últimas horas airadas protestas contra la decisión de Trump. Manifestaciones similares agitaron a Jordania y Túnez.
Para hoy, además ha sido convocada una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, que deliberará sobre la situación, que rompe con la política seguida por Washington en las últimas décadas y con el consenso internacional sobre la Ciudad Santa. Ese consenso consiste en esperar a que el estatus de la ciudad se decida en las demoradas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Rusia advirtió a Estados Unidos sobre un posible fracaso en el proceso de paz en Cercano Oriente al considerar que puede minarlo, dijo el Kremlin en un comunicado tras una conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco Recep Tayyip Erdogan.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, dijo que comunicó a su par estadounidense, Rex Tillerson, la preocupación de países árabes sobre la decisión de la Casa Blanca. “Tenemos muchas preguntas”, dijo Lavrov tras un encuentro con Tillerson en Viena, según medios rusos.