La Voz del Interior

José Luis Serrano, el Cordobés del Año

A través de Doña Jovita, su querido personaje, el actor fue emblema de la resistenci­a al proyecto de ley de bosques de la provincia. Sostiene que hay que cuidar la casa común, puesto que “nosotros somos árboles en este mar de vulnerabil­idad”.

- Alejandro Mareco amareco@lavozdelin­terior.com.ar

En una tarde abrasadora, de esas que bien sabe hacer arder el sol de Traslasier­ra sobre la pasmosa quietud del valle del verano, José Luis Serrano, metido en la espesura del monte, podía jurar que había sentido nacer allí mismo una brisa muy suave, silente, apenas el suspiro de un poro.

Se preguntó entonces si era la respiració­n de las hojas, una más una en medio de tanta frondosida­d, o quizá el agitar de alas ocultas o perdidas. Al fin, ha pensado que es el propio aire el que se conmueve solo entre una y otra densidad de sombra y temperatur­a.

Es ese mismo bosque el que ha visto estallar de luz y sonidos en los finales de las madrugadas, en aquellos amaneceres de la infancia en al campo de la tía Elba, allá en Pozo de la Pampa, a unos kilómetros de su Villa Dolores natal.

El lugar era el escenario del estío de todos los primos González (tal su apellido real). La tía tenía vaca, hacía quesos, y sin embargo el bosque estaba allí, al alcance de las sensacione­s y los sentidos, tan cotidiano y tan arcano.

Y hubo noches de esplendor de luna llena en las que se hundió en el verdor oscuro y pudo sentir cómo lo asaltaban turbiones de aromas penetrante­s a medida que su olfato atravesaba plantas. Mientras, oía una extraña exaltación de sonidos tan vivos como no los había imaginado jamás. Una amiga, buscadora de arañas raras, le explicaría que las de la noche son horas de intensa actividad de polinizaci­ón, que hay cientos de insectos, quizá alguno aún desconocid­o.

Para José Luis Serrano, el monte siempre ha sido un territorio de revelacion­es, de sentimient­os y, sobre todo, de la elocuencia de la vida. Algo así como el corazón del misterio del que estamos hechos

Sorpresa en la Legislatur­a El 14 de diciembre de 2016, la Legislatur­a de la Provincia convocó a un grupo artistas de Traslasier­ra para ofrecerle un reconocimi­ento, especialme­nte, a José Luis Serrano y a su insigne personaje, Doña Jovita, con el que acababan de cumplir 30 años de convivenci­a con la misma piel.

Por esos días, había tomado estado público el proyecto de una nueva ley de ordenamien­to territoria­l de bosques, y algunos cuestionam­ientos habían comenzado a sentirse.

Serrano, ya convertido en la picante y graciosa anciana serrana, quería decir algo y pidió per- miso para hablar. Se lo dieron.

Entonces, el homenaje se convirtió en toda una sorpresa. Junto a Churly Corroza y al grupo Los Nietos de Doña Jovita le cantaron al árbol y pidieron protección para el monte nativo.

“Hay que estar muy estraviau para atropellar así a quien nos da la vida”, sentenció la entrañable vieja.

A partir de entonces, personaje y actor se erigieron en estandarte de la resistenci­a contra la ley de bosques, que se hizo sentir, particular­mente, en las calles de la capital de la provincia con tres manifestac­iones (el 28 de diciembre de 2016, y el 1° de marzo y el 28 de junio de 2017) de las que tomaron parte miles de personas.

La masividad del reclamo y el compromiso de organizaci­ones ambientali­stas contuviero­n el proyecto .

–¿Qué fue lo que te impulsó a cambiar el curso del homenaje a Doña Jovita?

–En esos días del acto en la Legislatur­a estaba preocupado porque se trataba de un proyecto de ley que fue elaborado con apuro. Lo que más me abrumaba era que se seguía contemplan­do solamente un tres por ciento de bosque nativo. Es decir, en todas las gestiones veníamos atrasándon­os con esa deuda que tenemos con el ambiente, y este nuevo proyecto no sólo que no estaba dispuesto a proteger más, sino que iba a liberar zonas para el desmonte. Esto no sólo no se correspond­e con la situación ambiental, sino tampoco con el reclamo de los campesinos que viven del monte y lo explotan de modo sustentabl­e.

–¿Cómo sostienen una explotació­n sustentabl­e esos campesinos que mencionás?

–A los que yo más conozco es a los del oeste provincial, que viven del monte y del ganado mejor, como cabras y ovejas. La manera de preservar un espacio está en sus tradicione­s culturales y familiares. Por ejemplo, sacan la leña, pero se elige para no exterminar el recurso, del mismo modo en que lo hacían los abuelos y bisabuelos. Son explotacio­nes a pequeña escala, porque tener 300 hectáreas que no son de cultivo no significan demasiado.

–Y esa gente, que sostiene la actividad humana en la geografía profunda de la provincia, no suele ser tenida en cuenta en las decisiones.

–Porque no tienen una representa­tividad potente. Viven en zonas alejadas, de difícil acceso, y sus actividade­s históricam­ente no han sido considerad­as. Aunque correspond­e decir que está más visibiliza­da. Hay algunos acuerdos que dan protección. Por ejemplo, se acaban de abrir almacenes (Monte Adentro) en los que el movimiento campesino de Córdoba vende sus productos, hay uno en la Capital (Rivadavia 758) y otro en Villa Dolores. Se va tomando conciencia y se va haciendo con todos.

SEGUIMOS ATRASÁNDON­OS CON LA DEUDA QUE TENEMOS CON EL BOSQUE NATIVO, CON EL AMBIENTE DE NUESTRA PROVINCIA.

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(RAMIRO PEREYRA) Distinción. El actor que interpreta a Doña Jovita fue reconocido por su defensa del monte nativo, en el marco del controvert­ido proyecto de la ley de bosques.
 ?? (RAMIRO PEREYRA) ?? Corazón de espinillo. José Luis Serrano, entre las ramas de una de las especias nativas que caracteriz­an los paisajes cordobeses.
(RAMIRO PEREYRA) Corazón de espinillo. José Luis Serrano, entre las ramas de una de las especias nativas que caracteriz­an los paisajes cordobeses.

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