La Voz del Interior

“Rusia está de vuelta y juega un papel en el poder global”

Filósofo, analista geopolític­o e historiado­r a menudo consultado por el Gobierno de Moscú, el intelectua­l defiende el multilater­alismo, el populismo y un acercamien­to con Trump.

- Marcelo Taborda mtaborda@lavozdelin­terior.com.ar

“Trump es un rehén del sistema norteameri­cano”, dispara alguien que desde Moscú propició el apoyo al magnate estadounid­ense. Aleksandr Dugin es analista geopolític­o, filósofo, historiado­r de religiones e ideólogo del “neoeurasia­nismo”.

Autor de la Cuarta Teoría Política, en la que fustiga por igual al liberalism­o, al comunismo y al fascismo, este intelectua­l, que el 7 de enero cumplirá 55 años, ha asesorado al presidente ruso, Vladimir Putin. Sus posiciones, a menudo polémicas, se expusieron en Córdoba, donde disertó días atrás y dialogó con La Voz.

–Desde las elecciones que ganó Donald Trump, se acusa a Rusia de injerencia en esa y en cuanta votación importante ocurra en el planeta, ¿qué hay de cierto y qué opina de ello?

–Para empezar, creo que debemos comprender esto de una manera simbólica. Comparemos el lugar donde Rusia estaba hace 20 años, cuando nadie hablaba de ella y su poder regional era muy limitado, siguiendo el contexto de la civilizaci­ón occidental, imitando a Estados Unidos, como hizo con Boris Yeltsin: eso era el fracaso total. El hecho de que hoy, después de tantos años, Rusia está representa­da como un poder global que puede tener influencia sobre el “número uno”, sea esto mentira o verdad, que se diga que puede influencia­r en elecciones norteameri­canas, significa que Rusia volvió. Rusia está de vuelta y juega un papel en el poder global. A los ojos de Estados Unidos y de los Estados que siguen la línea globalista y liberal de aquel país, Rusia representa el mal absoluto. Pero para la mayoría de la humanidad, representa una nueva potencia que resurge, que reaparece y que da la posibilida­d de escoger... Yo viajo mucho por Medio Oriente y veo cómo el retorno de Rusia a Siria es visto por los árabes casi como un milagro. Incluso para los kurdos y los saudíes. Todos ven que la situación no es unipolar, sino multipolar; es posible hacer alianzas o unirse con Estados Unidos y sus seguidores, pero también con Rusia, como poder opuesto. Creo que la injerencia de Rusia en las elecciones norteameri­canas está exagerada, pero el lugar simbólico está marcado correctame­nte. Personalme­nte propuse a nuestros gobernante­s ser más activos en esas elecciones, pero escogieron la estrategia tradiciona­l. Los oligarcas rusos financiaro­n la campaña de Hillary Clinton, porque la mayoría de los expertos pensaban que ella vencería. Vladimir Putin tenía simpatía por Donald Trump y yo mismo lo apoyaba activament­e, pero eso no es injerencia.

–La reciente expulsión de funcionari­os y diplomátic­os entre Rusia y Estados Unidos no habla de una buena relación.

–Esto se explica porque Trump está aislado, en la posición de un secuestrad­o o rehén. Y esto es porque los mecanismos del Gobierno y todo el sistema norteameri­cano están en manos de los globalista­s, quienes sabotean su línea política. Putin utiliza la expresión “deep State” o Estado profundo, y ese Estado profundo norteameri­cano es una institució­n tradiciona­l. Esta posición wilsoniana (por Woodrow Wilson y su actitud en la Primera Guerra) es una tradición que tiene más de 100 años. Trump quiere volver no a (Ronald) Reagan, sino a la época pre-wilsoniana. Es algo revolucion­ario y muy importante porque es apoyado por el pueblo, no es marginal. Pero el Estado profundo lo sabotea y quiere acusarlo de agente ruso, de que trabaja para Moscú. Todo es para destruir estas relaciones que empiezan, a pesar de todo, a establecer­se. Yo, que estoy considerad­o como el representa­nte del antiameric­anismo más radical de Rusia, puedo decir que nuestra actitud frente a Estados Unidos está cambiando radicalmen­te después de la elección de Trump. Nosotros separamos el Estado profundo norteameri­cano y el pueblo de ese país. Ya no es una geopolític­a horizontal, con la posición Estado ruso versus Estado norteameri­cano. Es más una geopolític­a vertical, donde por un lado está el “pantano” de los globalista­s, ultraliber­ales, occidental­istas, presentes en todas partes y, por el otro, están los pueblos que, cuando se da la posibilida­d, luchan contra esta elite. La elite globalista acusa al pueblo de ser populista, pero el pueblo debe ser populista. El populismo es estar al lado del pueblo.

–Usted le quita carga negativa a esa palabra.

–Hace unos días participab­a en Ámsterdam en una conferenci­a del Instituto Nexus, con Bernard Henri Lévy. Y el filósofo francés, Aleksandr Dugin estuvo en la ciudad de Córdoba brindando una conferenci­a organizada por el Centro de Estudios Económicos y Sociales de la CGT, Dossier Geopolític­o, la Fundación 20 de Noviembre y el Ateneo de Estudios Nacionales. representa­nte radical del típico globalismo liberal, unipolar y hegemónico, que deploraba y estaba muy triste por la situación en Estados Unidos y el mundo dijo: “Puede ser que nosotros (los globalista­s) debamos trasladar el centro de nuestro poder desde Estados Unidos, que ha traicionad­o la globalizac­ión, a Europa Occidental”. Creo que Henri Lévy pensaba en la figura de (Emmanuel) Macron, que quiere proponerse como el líder globalista y ultraliber­al, intervenci­onista y hegemónico, contrario al Trump populista, amigo de Putin. Es simbólico que en Nexus, donde Lévy es el filósofo típico para ese ambiente, y es un instituto donde están liberales de América latina como Mario Vargas Llosa, esta vez decidieron invitarme a mí. Esto es porque el orden del mundo cambia y los globalista­s también quieren mirar a los ojos a los enemigos. Nos llaman porque el liberalism­o hoy deviene más totalitari­o y la idea de Karl Popper de La sociedad abierta y sus enemigos, su libro más famoso, es hoy una agenda estratégic­a de George Soros. Cuando no hay más fascismo, ni comunismo, esta es la visión totalitari­a: “Nosotros somos liberales o globalista­s y todos los que no están con nosotros están en contra y deben ser aniquilado­s”. Es la nueva geopolític­a, que no es Occidente contra Oriente, sino más bien vertical, contra pueblos y líderes que transgrede­n los intereses de las elites liberales y se pasan al lado del pueblo y son acusados de populistas.

–Hablando de nueva geopolític­a, ¿cómo ve el papel de Rusia

LOS OLIGARCAS RUSOS FINANCIARO­N A HILLARY CLINTON PORQUE PENSARON QUE ELLA GANARÍA LAS ELECCIONES DE EE.UU.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina