¿Hamburguesa mata parrilla?
El plato de moda va por todo: O’Campo es un restó que se dedica a las hamburguesas gourmet. Hasta hace un mes y con otro nombre ofrecía parrilla y platos tradicionales argentinos.
La avanzada de la hamburguesa gourmet se lleva puesto casi todo. En todos los barrios de la ciudad ya hay una hamburguesa que toma protagonismo en las cartas de los bares en detrimento de otras preparaciones. Eso habla de un boom, de una moda, de un caso para respetar.
Pero aquí en O’Campo tenemos un caso paradigmático. Hasta hace un poco, este local de 24 de Septiembre y Costanera se dedicada a la parrilla y a los platos tradicionales argentinos. Llegamos hasta aquí con las papilas gustativas imaginando el contacto con bifes de chorizo, mollejas y chinchulines; dosis justas de sal, grasa y vino, pero todo acabó con una gran sorpresa.
Sí. Hubo un cambio de rumbo en los planes. Tal vez porque el perfil barrial y austero del lugar entraba en contradicción con los costos de la carne, o tal vez porque la gente de la zona buscaba eso que tanto suena en otros barrios. O tal vez por las dos cosas. Lo cierto es que época de crisis seguramente es mucho menos costoso elaborar y pagar por una hamburguesa.
Salir a comer afuera platos elaborados o el clásico asado argentino ya demanda una inversión que la ajustada clase media cordobesa quizá ya no pueda solventar.
Albahaca fresca
Ante la sorpresa dudamos, pero nos quedamos. Y preguntamos: ¿qué se puede comer entonces? Además del medallón de carne entre dos panes, se anuncian tablas, ensaladas y pizzas a la parrilla. ¡Pizzas a la parrilla! Habían pasado de moda, pero aquí se mantienen en pie. Y esa es una buena noticia.
¿Por qué? Porque la pizza a la parrilla realmente es una particularidad argentina. ¿En qué otro país podrían hacer semejante cosa? Pues bien, esas parrillas que estaban en desuso son reutilizadas para este clásico de clásicos mundial. Si hasta algunos extranjeros que llegan a Córdoba ya oyeron previamente hablar de ella (de la pizza a la parrilla) y preguntan en dónde pueden probarla.
Entonces preguntamos si para la variedad Capresse ($ 150 la pizza chica) se utilizaba albahaca fresca. Y nos dijeron que sí. Entonces pasarla bien no iba a ser tan laborioso. Como complemento, ordenamos luego una hamburguesa O’Campo ($ 160), la más completa, que lleva pan brioche, ternera, jamón ahumado, queso cheddar, huevo, cebolla caramelizada y papas fritas.
Patio cervecero
La cena se acompañó con Campari Soda ($ 90), uno de los aperitivos más refrescantes que se puedan encontrar. Bajo el enorme bananero, en el patio cervecero del local, la noche realmente se deja disfrutar, mirando el tránsito de 24 y Costanera, con el nuevo puente del barrio como testigo.
Cuando llega la pizza nos encontramos con una masa sabrosa, salsa de tomate, queso y tomates cherries (un buen gesto) pero sin nuestra albahaca fresca. ¡Una lástima! Para levantar todavía más aromas, siempre recomendamos incorporar al servicio aceite de oliva extra virgen a la mesa.
Luego probamos lo mejor de la noche, la famosa hamburguesa del local. Es un muy buen producto, fresco, maleable y además cumple con todas las expectativas de lo que se espera de una buena preparación.
Antes de irnos (y del postre) descubrimos en nuestra visita un baño ejemplar: impecable, con disperser de jabón líquido y hasta uno automático para las toallas descartables. Una grata sorpresa (lo mismo descubrir en ese ida y vuelta que el patio tiene vista al río).
Por último, nos vamos con unas Frutillas con crema ($ 70), fruta que lamentablemente está diciendo adiós a la temporada. En este caso no estaban muy maduras, pero el complemento de la crema las dejó disfrutables.
En fin, O’Campo (antes llamado Cholula) dejó atrás la parrilla, se abrió a la moda de las hamburguesas, y sale bien parado. Es un lugar que con pocos ajustes en el servicio y en la experiencia general (¿parrillas a la vista?) puede darle mucho más a un barrio que necesita de estos servicios.