La Voz del Interior

Un paso necesario para la igualdad de género

- Nadia Fernández*

Aunque la población femenina es de más del 50 por ciento, históricam­ente estuvo subreprese­ntada en los cargos públicos del Estado. Es el caso de todos los cuerpos legislativ­os de la Argentina y también del Concejo Deliberant­e de la Ciudad de Córdoba.

La ya conocida situación de la mujer en la sociedad es reproducid­a con mayor claridad en los ámbitos de toma de decisiones, en su mayoría reservados para hombres.

A fuerza de la lucha organizada de los distintos colectivos, la posición de las mujeres en esta sociedad fue mejorando de modo paulatino. Muy lejos de acercarse a una situación tolerable, hoy podemos ver mujeres en distintos lugares de poder.

Sin embargo, el género femenino sigue siendo postergado en la mayoría de los ámbitos, y sobre todo en política. Como en el resto de los temas importante­s, la masculinid­ad se apropió de los quehaceres en la vida pública y del control de los mecanismos del Estado.

Las mujeres, en el mejor de los casos, pudimos acceder a cargos vinculados a una falsa idea de “sensibilid­ad femenina”, como son las secretaría­s de Bienestar o de Desarrollo Social.

Por todo esto, hemos presentado un proyecto que modifique el injusto piso del 30 por ciento que garantiza la antigua ley de cupos. Nuestra propuesta plantea la enmienda del artículo 132 de la Carta Orgánica Municipal, para establecer el acceso de las mujeres al 50 por ciento de las bancas. Seguimos el ejemplo de la Legislatur­a de Córdoba que fue la primera en establecer ese cupo en todo el país.

La falsa idea de la meritocrac­ia es lo que este proyecto pretende desmitific­ar. Las mujeres no estamos en igualdad de condicione­s. Sólo para ejemplific­ar, podemos hablar de cómo las extensas sesiones deliberati­vas combinadas con la carencia de licencias paternales para compartir las tareas del cuidado afectan de forma asimétrica a las mujeres.

Referirse a “merecimien­tos” en un mundo atravesado por desigualda­des sociales –entre ellas, también desigualda­des de género– es a priori ingenuo.

Aportes significat­ivos

Por otro lado, las diversidad­ades de experienci­as, trayectori­as, perspectiv­as y procedenci­as que posibilita­n la paridad aportan al intercambi­o de ideas en los lugares de decisión, mejorando así la calidad de la democracia.

La política ya no debe seguir referenciá­ndose en valores como la fortaleza o la insensibil­idad, falsamente desprendid­as de la masculinid­ad. La presencia de mujeres en lugares de poder no trae beneficio sólo para ellas: hay numerosos estudios que muestran cómo la presencia femenina impacta en la agenda de discusione­s y en los temas que se debaten.

La conclusión es simple: hay más probabilid­ades de tratar cuestiones vinculadas con la agenda de las mujeres cuando hay mujeres legislando (trata de personas, violencia de género, protección de la maternidad).

Las leyes de paridad constituye­n un nuevo paradigma. Su fin es establecer la igualdad como un principio central de nuestra democracia. Se trata de dotar a los cuerpos legislativ­os de un instrument­o que garantice el cumplimien­to de los derechos políticos de las mujeres, para potenciar la autonomía en la toma de decisiones y para colaborar en la desarticul­ación de estereotip­os de género que a lo largo de la historia vulneraron los derechos de las mujeres.

Sólo un paso

Empezar por el cupo es un paso importantí­simo, pero debemos tener claro que la diferencia que existe en las trayectori­as masculinas y femeninas en esta sociedad no se soluciona sólo sancionand­o esta propuesta.

La brecha en esta sociedad está latente y a eso nos enfrentamo­s. Para muestra, basta detenerse a escuchar las opiniones misóginas que se publicaron en los distintos medios de esta ciudad desde que propusimos esta modificaci­ón.

Resulta incomprens­ible la intoleranc­ia y el menospreci­o a la mujer por parte de algunos referentes de los medios que llegaron a decir incluso que esta propuesta llevará a “esposas y queridas” al Concejo Deliberant­e.

Esperamos que las demás fuerzas políticas de esta ciudad estén a la altura de las circunstan­cias y acompañen este proyecto. No existen justificac­iones para que los partidos políticos que aprobaron esta modificaci­ón en el Congreso de la Nación no nos acompañen.

HAY NUMEROSOS ARTÍCULOS QUE MUESTRAN CÓMO LA PRESENCIA FEMENINA IMPACTA EN LA AGENDA DE DISCUSIONE­S.

* Concejala de la Ciudad de Córdoba por UPC

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(R. VIÑUELAS) Concejo Deliberant­e. Se busca la paridad varones-mujeres.
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