A Temer, ser impopular le sirve para las reformas
El presidente de Brasil, Michel Temer, aseguró ayer que aprovecha su impopularidad para llevar adelante reformas estructurales que han generado un fuerte rechazo en vastos sectores de población.
“Aprovecho la impopularidad para hacer lo que Brasil necesita”, afirmó al jefe de Estado brasileño al diario O Estado de São Paulo, tras un discurso en la ceremonia de asunción de nuevas autoridades de la Confederación de Agricultura y Ganadería.
El mandatario defendió la reforma del sistema jubilatorio, un proyecto que debido a su impopularidad ante la opinión pública los parlamentarios de la base aliada del Gobierno se han negado a votar.
Temer sostuvo que no hay razones para que los diputados no voten la reforma, que entre otras medidas propone elevar la edad mínima de jubilación de los 60 años actuales a 65 para los hombres, y de 60 a 62 para las mujeres, además de aumentar el tiempo de contribución de 15 a 25 años.
Desde que asumió el año pasado después de un controvertido proceso de destitución de la expresidenta Dilma Rousseff (2010-2016, del izquierdista Partido de los Trabajadores), Temer impulsó reformas reclamadas por los mercados y el sector industrial de Brasil.
El Gobierno de Temer sancionó una ley de tercerización total, que les permite a las empresas no contratar de forma directa empleados para efectuar su actividad, congeló las inversiones públicas por 20 años y aprobó una controvertida flexibilización laboral que entró en vigor el 11 de noviembre. Temer tiene entre el tres y el cinco por ciento de popularidad.