Cuatro preguntas, muchas dudas
¿Qué significan los resultados de las elecciones del 21D?
Las fuerzas que lanzaron el plan soberanista suman mayoría absoluta en el nuevo parlamento regional. Junts per Catalunya (JxCAT), la lista del expresidente Carles Puigdemont, junto con Esquerra Republicana (ERC) y el partido antisistema Candidatura de Unidad Popular (CUP), reúnen 70 de los 135 escaños de la Cámara. La participación récord de casi un 82 por ciento es interpretada como “un mensaje nítido de los ciudadanos”, como dijo el propio Puigdemont desde Bruselas.
¿Tienen consecuencias a nivel nacional?
El Partido Popular (PP) de Rajoy perdió ocho y se quedó con sólo tres escaños, en unos resultados interpretados como un estrepitoso fracaso de su intervención en la crisis catalana. Sin embargo, descartó asumir consecuencias a nivel nacional y convocar elecciones antes de que termine la legislatura, como le insinuó la oposición.
¿Pueden gobernar de nuevo los independentistas?
Sí. Juntos suman la mayoría necesaria tanto para investir presidente como para legislar, pero antes deben resolver algunos interrogantes. La ventaja del partido de Puigdemont despeja el referente al futuro presidente. La clave es ahora si compartirán un proyecto de gobierno común y si este pasará por volver a impulsar un plan de independencia. De ello depende también el apoyo de un partido que vuelve a ser clave, la antisistema CUP, pese a que sólo tiene 4 escaños. Ayer, se mostró dispuesto a hacerlo si el nuevo Ejecutivo asume un programa político basado en “construir” una república independiente catalana.
¿Seguirá adelante el nuevo gobierno con el plan de independencia?
Es la gran incógnita. Los independentistas interpretan su victoria en las urnas como un respaldo ciudadano a ese plan: “La República ha ganado”, señaló la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Sin embargo, algunos analistas apuntan a una relativa distensión, después de que ERC y JxCAT apuntaran en las últimas semanas a un regreso al marco Constitucional. En ese caso, sólo la CUP sería partidaria de la vía unilateral. El plan soberanista, que vivió su momento álgido con la declaración independentista en el parlamento el 27 de octubre, fue respondido con dureza: el Ejecutivo de Rajoy aplicó el artículo 155 de la Constitución, destituyó el Gobierno regional y disolvió el Parlamento.