El tiempo de la Justicia y el reloj de la sociedad
El Palacio de Tribunales cerrará sus puertas por un mes en enero, como lo hace otro medio mes en julio y como cada día hábil queda vacío poco después de las 13, mientras el tiempo de permanencia de las causas irresueltas en las estan- terías judiciales exaspera a quienes esperan una sentencia.
Hay términos, instancias y procesos judiciales que son muy complejos de entender, pero también hay preguntas sencillas que cualquier ciudadano que debe recurrir a un juez se hace y que toda la complejidad del Poder Judicial no logra responder con claridad: ¿por qué la demora de las causas crece cuando todo se acelera en el mundo?
Esa es una de las preguntas que nos hicimos al iniciar el informe periodístico que abre la edición de hoy. En el transcurso de su producción, surgió una novedad importante: el Poder Ejecutivo provincial –a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos– asumió que la lentitud de la Justi- cia es un problema grave en el acceso de los cordobeses a ese servicio fundamental y envió a la Legislatura provincial un paquete de reformas procesales que apunta justamente a agilizar la Justicia.
Esos cambios propuestos suponen en todos los casos la incorporación de tecnología a los efectos de aportar velocidad y eficiencia: la digitalización de los expedientes
HAY PREGUNTAS SENCILLAS QUE TODA LA COMPLEJIDAD DEL PODER JUDICIAL NO LOGRA RESPONDER CON CLARIDAD.
y la ejecución on line de numerosos trámites judiciales. También incluyen la mediación obligatoria en el fuero Civil y la creación de la Justicia vecinal –que estará en manos de jueces de Paz letrados–, a los efectos de bajar los niveles de litigiosidad. Y suman la instauración de plazos fatales que deberán respetar los jueces y fiscales en los trámites procesales, a riesgo de ser enjuiciados por mal desempeño.
Esas reformas no incluyen en ningún capítulo el régimen de trabajo de los judiciales. Como tampoco nunca el sistema se preguntó por su nivel de productividad y sus remuneraciones.
En esta edición hay algunas respuestas que son mucho más sencillas que la intrincada jerga judicial.