Río Cuarto ya tiene un equipo de rugby en la cárcel: las Águilas del Imperio
Es la primera réplica local de la experiencia de los Espartanos, de Buenos Aires. Aseguran que la práctica baja la reincidencia y forma en valores para la vida.
Se llaman “las Águilas del Imperio”. Son el nuevo equipo de rugby de la Unidad Penitenciaria 6 de Río Cuarto. Tomaron su nombre de una fuerte historia de lucha y renovación. Aquella que cuenta que estas aves pueden vivir 70 años, pero, a la mitad de su vida, su pico y sus garras se ponen tan débiles que no pueden comer y tienen una drástica opción: o se dejan morir o vuelan a la montaña y aceptan, durante 150 días, el sacrificio de la transformación.
El relato dice que las águilas deben arrancarse las plumas, y golpear su pico y sus uñas contra la roca hasta hacerlos desaparecer, para permitir la renovación. Cuando logran un nuevo plumaje, abren sus alas y vuelan a vivir la segunda etapa de sus vidas, acaso la más maravillosa de su existencia.
Un video que tiene casi tres millones de reproducciones en YouTube, y que cuenta esta historia de renacimiento, es el signo y el emblema de este grupo de internos a quienes los reúnen un deporte y una nueva fe.
Unos 15 voluntarios, profesores y exjugadores de rugby lograron replicar en Río Cuarto la experiencia de la Fundación Espartanos, el reconocido equipo de rugby de la Unidad Penitenciaría 48 de San Martín, provincia de Buenos Aires.
La iniciativa ya ha llegado a 37 lugares del país y cambiado la vida de innumerables internos, gracias al deporte, a la espiritualidad, a la educación y al trabajo formal que promueve.
“La estadística general es que entre el 65 y el 70 por ciento de los que están privados de la libertad reinciden. Entre los espartanos, el porcentaje baja al uno por ciento”, destaca Máximo Deym, ingeniero e impulsor de la iniciativa en la ciudad. Cuenta que conoció por casualidad a alguien de la Fundación del penal porteño y enseguida consiguió voluntarios para desarrollar el proyecto en la ciudad. No hay otro caso, aún, en la provincia de Córdoba. Segunda oportunidad
Uno de los primeros en sumarse a la experiencia es un cura que también es rugbier: Darío Pérez. El párroco cuenta que se inició en el rugby en La Carlota y que, cuando salió del Seminario, se sumó al Jockey Club Río Cuarto. “Esto es una apuesta en la vida, es creer en las personas, más allá de adónde lo llevaron las circunstancias y opciones personales. Creer en que siempre debe haber una segunda oportunidad”, dice Pérez.
El 6 de septiembre de 2017, se realizó el primer entrenamiento de rugby en la cárcel de Río Cuarto, y contó con el testimonio de Fabián Vásquez, un espartano porteño que ya recuperó la libertad.