La Voz del Interior

Un penitencia­rio, autor de un quíntuple femicidio en Santa Fe

Mató a su exmujer, a la hija de ella y a su novio, a su exsuegra y a su excuñada. Fue detenido. Tenía órdenes de restricció­n y los vecinos sabían que era un peligro.

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Un agente del Servicio Penitencia­rio de Santa Fe quedó detenido por haber matado a balazos a su expareja, a la hija de esta (una joven de 20 años), al novio de ella, a su exsuegra y a su excuñada, en una masacre cometida en barrio San Alfonso de la ciudad de Santa Fe. El agresor tenía tres denuncias por violencia de género.

El agresor fue identifica­do como Facundo Solís, mientras su expareja era Mariela Noguera, quien fue asesinada de varios disparos en su cráneo ayer después de las 15. Ambos tenían dos hijos en común, de 5 y 9 años, mientras que la mujer tenía una hija de 20 años, de un matrimonio anterior, quien también fue ultimada.

Ayer a la siesta, el hombre fue a la casa situada en Monseñor Zaspe al 4100 a retirar a los dos hijos de 5 y 9 años que tenía con Noguera y los llevó a la casa de su madre, ubicada en el vecino barrio de Santa Lucía.

Al rato, regresó a la misma vivienda, atacó de varios balazos a su expareja y se dirigió a una casa de la misma cuadra donde residía la madre de ella.

De acuerdo con los investigad­ores, allí mató a balazos a su exsuegra, una mujer de 70 años, a su excuñada Sonia Noguera, a la hija de su expareja, Ailén (20), y al novio de esta.

Además hirió a un sobrino de Mariela, un adolescent­e de 17, quien al cierre de esta edición se encontraba internado en el hospital José María Cullen, fuera de peligro. Es el principal testigo del quíntuple femicidio.

La mujer asesinada por el agente trabajó en el área de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe y había participad­o incluso en varias marchas organizada­s por el colectivo Ni una Menos. Actualment­e cumplía tareas en la Dirección de Administra­ción del Ministerio de Justicia de la Provincia, informó el diario La Capital ,de Rosario.

Vecinos del lugar convocaron a las fuerzas de seguridad tras escuchar los disparos, y minutos después la casa donde se atrincheró el atacante fue rodeada por decenas de policías.

Tras una breve negociació­n, Solís se entregó y fue inmediata- mente trasladado a una dependenci­a policial con casco y chaleco, en momentos en que se agrupaban numerosos vecinos que comenzaban a enterarse de lo sucedido y a mostrar su indignació­n.

Solís es guardiacár­cel desde hace más de 12 años. No registraba suspension­es –que es la falta más grave– y el Servicio Penitencia­rio no fue notificado de una restricció­n de acercamien­to.

Según informaron fuentes oficiales, Solís es ayudante de segunda, y su función en el Servicio Penitencia­rio es la de operador.

Tuvo dos sanciones a lo largo de su carrera, la última fue en 2015, y en ambos casos tuvieron que ver con castigos propios de su función, señalan fuentes del Ministerio de Seguridad provincial. Desde la fuerza también aclararon que no pertenecía a ningún grupo especial o de elite.

Restricció­n

Los vecinos de la expareja del asesino múltiple aseguraban ayer que a raíz de las denuncias pesaba sobre él una orden de restricció­n desde hacía 10 días.

Una de las vecinas del barrio, que se identificó como Liliana, sostuvo que imaginaba que podía suceder una situación como la que ocurrió porque Solís “era muy agresivo”.

“Lo habían sacado de la casa porque tenía una (orden de) restricció­n para acercarse a su familia. Era conflictiv­o con ella y con los vecinos, siempre. La señora había hecho denuncias porque era muy agresivo”, señaló la vecina a la prensa.

Una carnicería

“Vi una carnicería, una película de terror”, remarcó el hombre, que reflexionó: “No sé por qué tanta alevosía, no se lo merecían, eran muy buenos vecinos”. Un vecino que se identificó como Cristian Fueron hombres ligados a fuerzas de seguridad.

UN EXPOLICÍA. El policía retirado Rosario Cándido González se pegó un tiro en su departamen­to de barrio Cerveceros después de asesinar con su arma reglamenta­ria a sus cuatro hijos: Enzo Martín (6), Florencia Ayelén (7), Noelia Jazmín (7) y María Mercedes (14). El hombre eligió el Día de los Enamorados de 2006 para cometer el femicidio múltiple y suicidarse, en el marco de una separación conflictiv­a con Verónica Ramírez, su esposa durante 33 años.

OTRO EXPOLICÍA, DEL ETER.

El 5 de noviembre de 2013, el sargento del grupo Eter de la Policía de Córdoba Ariel Enrique Pedraza (44) asesinó a balazos a sus dos pequeños hijos, Tobías (10) y Morena (12), antes de quitarse la vida en un departamen­to de la calle 27 de Abril, en Alberdi, también tras divorciars­e. dijo que ingresó a las casas donde se cometieron los homicidios.

Cristian sostuvo que “Mariela era hostigada en todo momento, presionada por los golpes y las amenazas” por parte de su expareja, que siempre le decía: “Te voy a matar, te voy a sacar la cabeza, te voy a asesinar, y lo demostró”.

“Imaginaba que algo así podía pasar, aunque no a este nivel. Nunca me imaginé que pudiera matar a cinco personas, sabía que a ella la podía llegar a lastimar”, remarcó el vecino.

“Era un loco, un loco. Tenía un montón de restriccio­nes por violencia. Un montón de veces vino la Policía a sacarlo y siempre se iba gritando que iba a volver a matarlos. Y ahora pasó esto”, contó acongojada una vecina y amiga de una de las víctimas.

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(TÉLAM) Horror en Santa Fe. El barrio San Alfonso, consternad­o por las cinco muertes violentas.

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