La Voz del Interior

Municipale­s faltan el doble que los empleados privados

En 2017, el ausentismo en la comuna fue del 7,7% contra el 3,6% del sector privado. En la administra­ción provincial, la tasa fue del 4,57%. Los dos gobiernos mejoran los controles.

- Virginia Guevara y Pablo Petovel politica@lavozdelin­terior.com.ar

Según datos oficiales, la tasa de ausentismo de los trabajador­es de la Municipali­dad de Córdoba fue en 2017 del 7,7 por ciento, más del doble del registro de inasistenc­ias de los empleados del sector privado, que marcan 3,6 por ciento.

En tanto, en la administra­ción provincial, la tasa de ausentismo ascendió al 4,57 por ciento.

Pese a la distancia que separa al empleo público del privado en este aspecto, la Municipali­dad ha logrado reducir el ausentismo considerab­lemente, ya que en 2016 había arrojado un 9,30 por ciento.

Ambas administra­ciones aseguran que están fortalecie­ndo los mecanismos de control.

En diciembre pasado, por primera vez, el Gobierno nacional pagó un bono por presentism­o a los empleados de la administra­ción pública que no faltaron nunca a su trabajo durante el período juliooctub­re. El adicional fue de 5.200 pesos, pero lo cobraron apenas tres de cada 10 empleados.

El operativo de control laboral impulsado por el Ministerio de Modernizac­ión de la Nación abarcó a más de 110 mil empleados nacionales, y los que no tuvieron faltas en cuatro meses fueron sólo 36.131 agentes.

En Córdoba, hace 19 años que se eliminó el presentism­o en la administra­ción pública, y el ausentismo de los agentes públicos es casi un tema tabú: los datos oficiales al respecto siempre fueron escasos, y en paralelo se mantiene la idea de que los controles son laxos. Ambas cosas parecen estar cambiando.

Tanto la Provincia como la Municipali­dad de Córdoba fortalecie­ron en los últimos años los sistemas de control de la asistencia a los lugares de trabajo y, a pedido de La Voz, mostraron sus indicadore­s de ausencias del personal.

En el municipio, la tasa de ausentismo es del 7,7 por ciento y en la Provincia es del 4,57 por ciento. Se trata de datos oficiales surgidos –según indicaron ambas administra­ciones– de sistemas de control biométrico­s. Las tasas tienen en cuenta, de manera ponderada, los días (o las horas, en el caso de los docentes) de trabajo que faltó cada agente en promedio, en relación con los días totales que su cargo le impone. Se consideran los días no trabajados por cualquier motivo, incluyendo enfermedad y faltas justificad­as o no.

Ambas tasas del sector público cordobés son superiores a las que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación –sobre la base de la Encuesta de Indicadore­s Laborales– calculó para las empresas privadas del Gran Córdoba: en el segundo semestre de 2015, la tasa promedio de ausentismo de las empresas privadas del centro de la provincia fue de 3,6 por ciento y estuvo por debajo de la media nacional, que fue de 4,1 por ciento.

En todos los casos, las cifras oficiales son inescrutab­les, dado que los indicadore­s surgen de informació­n a la que no se puede acceder por ninguna otra fuente que la propia administra­ción pública. Tomando por rigurosos y válidos esos indicadore­s, se observa que, mientras el ausentismo en la Provincia supera en un 25 por ciento el indicador de las empresas privadas, el del municipio lo duplica con creces: 113 por ciento superior.

“Importante baja”

La serie de tasas de ausentismo publicada ayer por el municipio abarca el período 2012-2017. Los indicadore­s de los tres primeros años oscilan arriba del ocho por ciento, y en los años 2015 y 2016 suben a 9,53 y 9,30 por ciento, respectiva­mente. En 2017, en tanto, se observa una baja a 7,70 por ciento.

“Lo decisivo en esa reducción fue el descuento de las horas no trabajadas en asambleas y paros, y el control con planillas volantes en el transcurso de la jornada de trabajo. Ambas medidas mejoraron el presentism­o este año, pese a que el control biométrico de ingreso ya está en marcha desde hace varios años”, indicó Daniel Arzani, secretario General del municipio.

Además, el funcionari­o indicó que el 46,5 por ciento de las ausencias se vinculan con tratamient­os médicos de largo plazo, y que en esos casos puede existir un error de registro que eleve la tasa general. Según ese registro, las faltas injustific­adas apenas representa­n el 1,76 por ciento del total.

El municipio cuenta con relojes biométrico­s en todas las dependenci­as –sólo faltan en dispensari­os recién inaugurado­s y en nuevos jardines maternales–, y en los dos primeros años de la gestión de Ramón Mestre más de 50 empleados quedaron cesantes por faltas.

En toda la administra­ción pública provincial también rige el registro biométrico de ingreso y egreso en todas las dependenci­as y en el

70 por ciento de las escuelas. Según la Provincia, entre 2012 y

2017, ese control permitió bajar de

5,04 a 4,57 por ciento la tasa de ausentismo.

Además, en la Provincia las carpetas médicas –principal causa de faltas– se tramitan vía web o telefónica­mente y son gestionada­s a través de un sistema de médicos domiciliar­ios, que los funcionari­os también consideran clave para el control efectivo.

EL CONTROL BIOMÉTRICO ES CASI TOTAL. HAY PLANILLAS VOLANTES Y ESTAMOS BAJANDO LOS ÍNDICES. Daniel Arzani, secretario General de la Municipali­dad de Córdoba

LAS FALTAS DOCENTES SON UN MITO. LOS CONTROLES BIOMÉTRICO­S NO MODIFICARO­N LAS CIFRAS DE AUSENTISMO. Oscar Ruibal, secretario de Coordinaci­ón de la UEPC

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(LA VOZ) Reconocimi­ento facial. En el municipio y en la Provincia, existen controles biométrico­s de asistencia.

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