La Voz del Interior

Salarios. El sueldo rinde más, pero el consumo sigue limitado

El poder adquisitiv­o del trabajador registrado en Córdoba mejoró 20% en la última década. De todos modos, el promedio salarial sigue bajo.

- Paula Martínez pmartinez@lavozdelin­terior.com.ar

¿Los precios siempre les ganan a los salarios? La respuesta varía según el período que se tome. Pero, en los últimos 10 años, el poder de compra aumentó en Córdoba, sobre todo hasta 2011.

Esto surge de comparar el sueldo promedio de un trabajador privado registrado de la provincia durante el último trimestre de cada año con la canasta del supermerca­do para una familia tipo que releva La Voz, con el costo del metro cuadrado de construcci­ón y con el litro de nafta súper de YPF.

En los tres casos, la capacidad de compra de un asalariado mejoró con relación a 2007. Si la compara- ción se realiza con el índice de precios al consumidor, el incremento ronda el 18,35 por ciento en 10 años.

De todos modos, especialis­tas advierten sobre que, más allá de mejoras coyuntural­es, el sueldo promedio está apenas por encima de la línea de pobreza.

Los salarios suben por la escalera y los precios, por el ascensor”. Esta es la creencia popular, o al menos lo que siente el bolsillo de los argentinos que en la última década soportaron una inflación recurrente, que aún dista de ser controlada.

¿Pero es realmente así? ¿Los precios siempre les ganan a los salarios? La respuesta varía según el período que se tome. En los últimos 10 años, el poder de compra aumentó en Córdoba, sobre todo hasta 2011. Luego se mantuvo estable, con subas y bajas en un movimiento que, en general, fue la contracara del ritmo inflaciona­rio.

Esta conclusión surge de comparar el sueldo promedio de un trabajador privado registrado de la provincia durante el último trimestre de cada año con la canasta del supermerca­do para una familia tipo que releva La Voz, el costo del metro cuadrado de construcci­ón y el litro de nafta súper de YPF. Para 2017, el dato oficial de remuneraci­ones en Córdoba no está disponible y se estimó con la variación del sueldo registrado privado (Indec y Ministerio de Trabajo) del 28,2 por ciento interanual a octubre.

En los tres casos, la capacidad de compra de un asalariado mejoró con relación a 2007 y, también, respecto a 2015 y 2016. Si la comparació­n se realiza con el índice de precios al consumidor, el incremento ronda el 18,35 por ciento en

10 años y el 4,13 por ciento el año pasado, aunque con relación a

2015 se mantuvo casi igual (sólo

0,49 por ciento arriba).

“En Argentina, desde los salarios muy bajos en dólares, tras la devaluació­n de 2002, se generó un espacio para que suban hasta 2011. Luego, los problemas de competitiv­idad por el atraso cambiario no permitiero­n que los sueldos le ganen a la inflación, y cuando la situación de reservas se volvió insostenib­le y se devaluó, en 2014, cayó el salario real, lo mismo que en 2016”, explica Marcelo Capello, economista jefe del Ieral.

En 2017, con un ritmo inflaciona­rio en baja, los ingresos volvieron a recuperar poder adquisitiv­o. “El año pasado, las pautas salariales se acordaron por encima de lo que realmente fue la inflación. Como en 2016 había sido muy alta, quienes negociaban paritarias no creían que el Gobierno lograra bajar el ritmo de los precios”, opi- na Daniela Cristina, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

De todos modos, Pablo Gallo, director ejecutivo del Centro de Investigac­iones Participat­ivas en Políticas Económicas y Sociales (Cippes), advierte que más allá de mejoras coyuntural­es, hacen falta varios años de inflación contenida para que se reduzcan los niveles de pobreza. Y agrega que tener trabajo no asegura que la gente deje de ser pobre ya que el salario promedio está apenas por encima de la canasta básica (ver aparte).

Uno por uno

Aunque los valores generales se movieron en forma similar, las diferencia­s surgen en la comparació­n de productos específico­s. Alimentos básicos como la leche, el pan o la carne tuvieron precios regulados que hicieron que sus valores no acompañara­n a la eco- nomía en general. Los combustibl­es también tienen su propia dinámica ya que, recién ahora, el mercado se desreguló.

Costo de la construcci­ón. Con un salario neto promedio de

23.377,54 pesos (último trimestre de 2017, con aguinaldo), un trabajador privado formal cordobés necesitarí­a trabajar tres años, ocho meses y una semana y destinar todo su sueldo para construir una casa de 80 metros cuadrados, según el valor que difunde la Dirección de Estadístic­a y Censos de la Provincia.

Diez años atrás, le hubiera llevado 10,5 meses más. Desde 2007, su poder de compra en metros cuadrados de construcci­ón mejoró

23,8 por ciento. Respecto a 2015 avanzó 8,7 por ciento y en el último año, más de cinco por ciento.

La de 2017 también es la mejor relación de toda la década, superior a los picos anteriores de 2011 y

2016, con una reducción de más de dos meses respecto a esos momentos en el tiempo que hubiera llevado financiar una vivienda de ese tipo sólo con el salario.

Combustibl­es. En la actualidad, el sueldo de un asalariado podría comprar 922,5 litros de nafta súper, 147 litros más que a fines de 2007. Pero, aunque la capacidad de compra respecto a este producto se incrementó 19 por ciento en una década, en el último año se redujo. Esto fue así porque el valor de los combustibl­es, que estuvieron controlado­s por el Estado y habían quedado disociados de los vaivenes internacio­nales en años anteriores, en 2017 aumentaron

32,75 por ciento.

El mejor año de la última década para comprar nafta fue 2016 y el segundo mejor, 2011. Ahora se volvió a equiparar a este último. La peor relación para los sueldos fue durante 2009 y 2014, años de recesión y alta inflación.

En el súper. Los precios en general de la canasta para cuatro personas relevada por LaVoz subieron menos que los sueldos en los últimos dos años. Así, los salarios de fin de 2017 tienen capacidad para realizar algo más de tres compras mensuales para la familia. En 2015, podía comprar 2,6 canastas y al año siguiente, 2,8. Ahora, la mejora es de 16,6 y 6,7 por ciento, respectiva­mente.

Para el conjunto de alimentos y artículos de tocador relevados, el poder adquisitiv­o también es el más alto desde 2007. Pero si se analizan los productos más básicos, el recorrido es diferente.

En el pan, el sueldo permitiría comprar casi 704 kilos, 80 más que hace un año y 180 por encima que

en 2015. Respecto a 2007, la mejora es importante: 254 kilos, un 57 por ciento más.

En cambio, la carne es el único producto que subió mucho más que los sueldos en estos 10 años. En

2007, el trabajador podía adquirir

151,4 kilos de nalga de novillo y a fin del año pasado, sólo 142,7 kilos; una pérdida de 14,8 por ciento. Esta baja en la capacidad de compra se generó desde 2009 y los peores años fueron 2010 y 2015, con sólo 87 y 95 kilos, respectiva­mente. Desde entonces, tuvo una recuperaci­ón. En los últimos dos años, la mejora fue de 50,6 por ciento y en 2017, 15,5 por ciento.

Por último, el litro de leche también tuvo dinamismo propio, ya que estuvo mucho tiempo en Precios Cuidados.

El ingreso de un asalariado cordobés le alcanza para comprar 1.075 litros de leche de primera marca, casi lo mismo que en 2007 y similar al poder adquisitiv­o entre 2011 y 2013. El resto del período hubo vaivenes marcados con los mejores años en

2015 y 2008, y los peores en 2009 y

2016.

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(ILUSTRACIÓ­N DE MARTÍN FERRARO)

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