La Voz del Interior

Mercosur: otro año que se escapa

- José Emilio Ortega Santiago Espósito*

El recorrido por la agenda del Mercosur muestra un cierto grado de frustració­n en este fin de año. El renovado interés entre el Mercosur y la Unión Europea por firmar un acuerdo comercial se estancó. Las negociacio­nes continúan siendo tortuosas, como ha ocurrido, incluso con marcadas interrupci­ones, desde hace dos décadas.

Argentina apostó con fuerza a lograr el acuerdo, con la expectativ­a de poder presentarl­o en la última cumbre del Mercosur –mediados de diciembre–. Forma parte de la reinserció­n internacio­nal del país, tramo dorado del boleto de vuelta al mundo, aspecto central de la política exterior.

Las motivacion­es del Mercosur para construir una asociación estratégic­a con la Unión Europea son diversas, aunque responden en buena medida al contexto político y económico latinoamer­icano, en un nuevo ciclo de giro hacia la centrodere­cha.

Políticame­nte, la firma del acuerdo significar­ía para el Mercosur romper ya no sólo con su parálisis externa, sino también interna, y, a mediano plazo, modificar su estructura productiva e institucio­nal dinamizand­o el comercio intrarregi­onal.

Por otra parte, se abriría una factible convergenc­ia entre el bloque y la Alianza del Pacífico, con reglas de comercio similares, lo que incidiría en el perfil y peso de un bloque latinoamer­icano que, integrando el occidental, también pueda posicionar­se frente a Europa.

Distancias

Pero las diferencia­s surgidas a ambos lados del Atlántico son relevantes. El sector agrícola es tradiciona­l y significat­ivamente protegido por la Unión Europea mediante la política agrícola común (PAC) con cuantiosos subsidios, medidas arancelari­as y paraarance­larias como disposicio­nes fitosanita­rias y sistemas de garantías de calidad.

En tanto, la protección del sector industrial en el Mercosur es muy elevada en comparació­n con la europea, que presenta un mayor desarrollo y competitiv­idad. Aquí radica un problema central, tanto para la firma del acuerdo como para la confluenci­a con la Alianza del Pacífico.

Establecer un modelo centrado en la producción y exportació­n de commoditie­s, menos problemáti­co para Chile, para Perú, para Uruguay o para Paraguay, genera resistenci­a en sectores industrial­izados en Argentina y en Brasil.

El empantanam­iento de las negociacio­nes con la Unión Europa agrava la inacción de los últimos años. En introspect­iva al bloque, Venezuela se encuentra suspendido, Brasil en una grave crisis de legitimida­d y los socios más chicos, Uruguay y Paraguay, aún pocos convencido­s del Mercosur, ensayan alternativ­as de vínculo bilateral hacia potencias extrabloqu­e.

Opciones bilaterale­s

La firma del acuerdo sigue representa­ndo una oportunida­d de rescate, pero su concreción no posicionar­ía en lo inmediato al bloque –nueva huida hacia adelante–, sino que primero ampliaría la base del libre comercio regional.

Los socios mayoritari­os, Brasil –hoy rezagado en la proyección de una política exterior consistent­e– y Argentina –que ya cambió un canciller en la gestión Macri y continúa exhibiendo pocas ideas hasta aquí en materia de relacionam­iento internacio­nal–, no logran liderar con claridad esta etapa del proceso.

En dicho marco, no es descabella­do preguntars­e si la Unión Europea optará por profundiza­r la vía bilateral que ya utilizó en otros casos (Chile, Perú, México, Colombia), comenzando por el más ordenado y predispues­to Uruguay.

Como proponemos en nuestro libro Integració­n latinoamer­icana. Experienci­as, es necesario analizar las agendas de los procesos, es decir, qué vamos a vincular, pues la integració­n no representa un fin en sí mismo, y, por supuesto, cómo lo vamos a hacer.

Hoy es tiempo de pragmatism­o sin anomia, sostenido en fundamento­s, explorando alternativ­as con sentido común, buscando recrear “condicione­s de comercio” en el contexto económico, institucio­nal y cultural que necesariam­ente debe rodear al tráfico mercantil para volverlo virtuoso.

La oportunida­d sigue vigente, pero la tensión por lograr concretarl­a no debe nublar nuestro entendimie­nto.

A sus casi 27 años de vida, el Mercosur necesita una conducción lúcida, del acierto de jefes de Estado y cancillere­s que demuestren estar a la altura: un nuevo encallamie­nto podría decretar su definitivo arrumbamie­nto en el penoso museo de experienci­as latinoamer­icanas fracasadas.

EL MERCOSUR NECESITA UNA CONDUCCIÓN LÚCIDA, EL ACIERTO DE JEFES DE ESTADO Y DE CANCILLERE­S QUE DEMUESTREN ESTAR A LA ALTURA.

* Autores de “Integració­n latinoamer­icana. Experienci­as”

 ?? (AP) ?? Mauricio Macri. El Presidente apuesta al intercambi­o con Europa.
(AP) Mauricio Macri. El Presidente apuesta al intercambi­o con Europa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina