La Voz del Interior

Los crímenes más escalofria­ntes del año que pasó

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

No existe crimen peor que otro. Todo asesinato marca por igual y para siempre, cuando no destruye, a los miembros de la familia de cualquier víctima. Por extensión, también puede decirse que termina por dinamitar muchas veces los nexos de la familia del agresor.

Sin embargo, por sus caracterís­ticas y por el espanto que terminaron provocando en la opinión pública, hay casos que durante 2017, lamentable­mente, sobresalie­ron sobre otros.

Maten al hincha

La imagen terrorífic­a recorrió las pantallas y fue vista en distintos puntos del mundo: un hincha lanzado al vacío en un partido de fútbol. Emanuel Balbo tenía 22 años.

El homicidio del hincha sucedió el sábado 15 de abril en la tribuna del Estadio Kempes, de la ciudad de Córdoba, durante el entretiemp­o del clásico Belgrano y Talleres. Por razones de seguridad, aquel sábado, Belgrano hacía de local y sólo se permitían hinchas celestes.

Bastó que alguien, en medio de En LaVoz.com.ar la tribuna Willington, gritara “este culiado es de Talleres”, entre otras matoneadas, para que Emanuel comenzara a ser atacado con patadas y trompadas.

Quien supuestame­nte comenzó a “agitar” con la golpiza fue Oscar “Sapito” Gómez, un hombre enemistado con la familia de Balbo tras haber matado a uno de sus integrante­s en una picada vial callejera.

En medio de golpes y, buscando huir, “Keko” Balbo fue arrojado por una boca de acceso a la tribuna, sufrió graves heridas y murió.

A fines de 2017, Gómez y otros cinco hinchas que le pegaron aquella tarde poco antes de que cayera fueron enviados a juicio.

Masacre en la fábrica

Era la mañana del lunes 14 de agosto, cuando el hombre llegó a trabajar a la fábrica de hielo, abrió el bolso, sacó un viejo revólver 32 y comenzó a repartir balas.

Sus compañeros Ramón Rojas y el hijo de este, Damián, cayeron acribillad­os. Para el encargado de los sueldos, Hugo Herrera, ya no hubo más balas, por eso fue atacado con una tijera en el cuello. El hombre se hizo el muerto y sobrevivió.

Tras cometer la masacre en la fábrica de hielo Polarcito, en barrio San Vicente de la ciudad de Córdoba, José Gustavo Suárez (42) llamó a la Policía. Cuando los uniformado­s arribaron, el asesino se acababa de afeitar y pelar. “Me ponían cosas en el mate para que no tuviera erecciones”, contaría luego “Cabrito”, desde la cárcel, en diálogo con La Voz.

Tras distintos peritajes psicológic­os, Suárez fue declarado inimputabl­e por la fiscalía y enviado al área psiquiátri­ca del hospital que funciona dentro del perímetro de la cárcel de Cruz del Eje.

Enterradas

Entre los crímenes de mujeres del año pasado, hubo tres espantosos casos que guardan similitude­s: las víctimas fueron sepultadas en campos por sus asesinos.

En Jesús María, Eugenia Cadamuro (46) fue ultimada a escopetazo­s el 15 de marzo. Tres meses después, fue hallada sepultada en un campo a 40 kilómetros de su hogar.

La mujer había regresado a la Argentina para resolver un conflicto por una herencia. Su hijo Jeremías Sanz (21) se encamina a ser enviado a juicio como el presunto matador.

La sospecha es que el crimen sería derivación de una pelea por esa herencia.

En Villa Los Cedros, cerca de Alta Gracia, vivía Rosa Barrera (46), madre de cuatro jóvenes. El 29 de mayo no fue a trabajar al Ministerio de Desarrollo Social. Su pareja, Marcelo Ferraretto (51), denunció que ella se había ido del hogar tras una discusión. Incluso, salió por televisión a pedirle que vuelva. No pasó mucho hasta que su coartada se fue cayendo a pedazos y el hombre confesó el crimen.

Descuartiz­ado, el cuerpo fue hallado enterrado en un basural a la vera de la ruta 5, en el ingreso a la ciudad de Córdoba. Ferraretto fue enviado a juicio por femicidio.

Quien también fue encontrada enterrada fue Debra Noble, una joven de 20 años. Ella desapareci­ó el 7 de enero tras haber ido a una fiesta en un departamen­to del Centro de la ciudad de Córdoba.

Una compleja investigac­ión terminó por hallarla bajo tierra, cinco meses después, en un campo de Villa Retiro, en el otro extremo de la capital cordobesa.

La presunción judicial es que la joven fue asesinada de un balazo en una fiesta donde hubo excesos de alcohol y drogas. Dos hombres permanecen detenidos.

Emboscada brutal

Gabriela Michael (31) murió tras recibir en la cabeza un golpe con un parante de madera que tenía uno de los delincuent­es. La joven policía, madre de una niña de 11 años, volvía de trabajar en su moto cuando fue atacada en la rotonda de El Tropezón, en la ciudad de Córdoba. La brutal emboscada sucedió en la madrugada del 2 de febrero. Mientras agonizaba en el suelo, le robaron la moto y la pistola. Cinco jóvenes fueron detenidos. El supuesto matador está por cumplir 17 años. En marzo, el caso sería enviado a juicio.

EN CÓRDOBA Y EN VILLA CARLOS PAZ DOS JÓVENES MURIERON A MANOS DE POLICÍAS HOY ACUSADOS

POR “GATILLO FÁCIL”.

 ?? (LA VOZ / ARCHIVO) ?? Sepultada. En 2017, tres mujeres fueron enterradas tras ser asesinadas. Debra Noble, una de ellas.
(LA VOZ / ARCHIVO) Sepultada. En 2017, tres mujeres fueron enterradas tras ser asesinadas. Debra Noble, una de ellas.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina