La Voz del Interior

Comienzan a cobrar con aumento 125 mil jubilados nacionales cordobeses

Son los que están en la mínima o cerca, pero que tienen 30 años de aporte efectivo. Recibirán hasta 543 pesos. Es el capítulo menos cuestionad­o de la reforma previsiona­l.

- Laura González lgonzalez@lavozdelin­terior.com.ar

Desde mañana, 125 mil jubilados nacionales cordobeses que realizaron aportes durante 30 años o más y que actualment­e están cerca del haber mínimo cobrarán el 7,5 por ciento de incremento en sus haberes, en cumplimien­to de uno de los puntos que estableció la controvert­ida reforma previsiona­l aprobada en diciembre por el Congreso Nacional, en medio de durísimos incidentes.

Este es el capítulo menos discutido de esa ley. Quienes se jubilaron con 30 años de aportes y sin haber “comprado” años pasarán a cobrar el 82 por ciento del salario mínimo vital y móvil, por lo que tienen garantizad­o un haber de

7.790 pesos, con un aumento de

543,36 pesos.

No están alcanzados por este beneficio quienes hayan “comprado” uno o más años de aportes para jubilarse.

El punto más resistido de esta ley es el cambio del cálculo de movilidad. Con la reforma jubila- toria, se abandonó la fórmula que seguía recaudació­n previsiona­l en un 50 por ciento y salarios en el 50 restante, y se instauró una cifra que contempla el índice de precios al consumidor en un 70 por ciento y la evolución de los salarios en un

30 por ciento. El cambio, en los hechos, reportará un ahorro al sistema previsiona­l y un perjuicio a la clase pasiva.

El tercer aspecto que la nueva ley aborda es el de la edad jubilatori­a, con la extensión voluntaria de

10 años para la mujer y de cinco años para el hombre.

Cuando desde mañana, los jubilados y pensionado­s de Anses empiecen a cobrar los haberes de enero se pondrá en marcha uno de los puntos del paquete de reforma previsiona­l que, con escándalo, el Congreso convirtió en ley en diciembre pasado.

Será, ahora, el capítulo menos controvert­ido de aquel paquete: el que dispone que quienes se hayan jubilado con 30 años de aportes genuinos, sin moratoria, cobren el

82 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM).

No beneficia a los que se retiraron comprando uno o más años de aportes. En enero de 2018 el SMVM subió a 9.500 pesos, por lo que el haber garantizad­o se elevó a 7.790 pesos. Como la mínima está en

7.246,64, quienes cobren en unos días tendrán una suba de 543,36 pesos, que representa un ajuste del

7,49 por ciento.

En Córdoba, se trata de un universo de 125.198 personas.

Este ítem figurará en el recibo como “suplemento por movilidad” y beneficiar­á a 1,33 millones de jubilados “puros”, son el 47 por ciento de los que se retiraron sin comprar aportes y el 19 por ciento del universo total.

Discusión abierta

Si bien esta mejora es nueva, las exclusione­s “son contrarias al principio de igualdad ante la ley que marca la Constituci­ón”, dice el previsiona­lista Jorge Gentile.

Este es, entonces, el primer eje de los tres que planteó la reforma de diciembre. El segundo es la posibilida­d de que el trabajador decida seguir activo hasta los 70 años (será una extensión voluntaria de 10 años para la mujer y de cinco para el hombre) y el tercero y más controvert­ido, el cambio de la fórmula de movilidad, que ya no será por una fórmula que siga recaudació­n previsiona­l y salarios en un 50 y 50, sino que será un Índice de Precios al Consumidor en un 70 por ciento y el 30 restante, salarios (según el Ripte, un indicador que elabora el Ministerio de Trabajo).

“Esto no se parece en nada a una reforma previsiona­l, no toca el cálculo del haber inicial ni modifica nada respecto de las condicione­s de jubilarse, es un parche más”, dice Melisa Marín, titular de la sala previsiona­l del Colegio de Abogados de Córdoba.

“La reforma integral va a venir después”, dice en referencia al lapso de tres años que otorgó la Ley de Reparación Histórica para que se discuta una revisión integral del financiami­ento del sistema.

Con esta perspectiv­a, 2018 aparece como un año incógnita. La primera gran duda es si el cambio de movilidad derivará en una catarata de juicios.

“Cuando veamos los pagos de marzo veremos el perjuicio económico a los jubilados, pero aplicar esta fórmula ya los genera”, dice Martín Simonian, asesor de la Federación de Centros de Jubilados. Es probable que haya que esperar un poco más incluso. “Hay cientos de fallos de la Corte Supre- ma que sostienen que el haber se tiene que mover en proporción a los salarios y si la inflación se aparta del movimiento de los salarios, seguro que habrá un montón de juicios”, agrega Marín.

Y señala una gran incoherenc­ia: a los jubilados que han aceptado la Reparación Histórica, Anses les propuso un cálculo y movilidad de haber que ahora no es el mismo. “Hay que esperar la reglamenta­ción, pero iríamos a una ejecución de acuerdo porque Anses estaría incumplien­do lo que acaba de firmar”, señala.

El previsiona­lista Fernando Viera comparte esa visión. “Es contradict­orio esto con la intención de reducir la litigiosid­ad. Si bien muchos reclamos pueden no valer la pena, el mayor perjuicio se verá en el futuro, cuando la brecha entre los haberes de los activos sea cada vez mayor a la de los pasivos”, completa.

Si la reforma integral no atiende el principio de progresivi­dad, no duda en que habrá nuevos reclamos judiciales, cuando la Reparación Histórica apostaba, justamente, a reducir la litigiosid­ad.

¿Será sustentabl­e?

El cambio de la fórmula de movilidad implicará un ahorro fiscal, que los más conservado­res sitúan en 60 mil millones de pesos, casi la mitad de la reducción de déficit fiscal que Cambiemos se planteó como meta para 2018.

En marzo, debiera aplicarse una suba del 12,7 por ciento y se pagará

5,7. En junio se pagará entre cinco y seis por ciento, por lo que el grueso del ahorro estará en haber dilatado el pago de “medio aumento” de marzo a junio.

Después, los números se acomodaría­n porque al haberse afectado la recaudació­n previsiona­l (por efecto de la reforma tributaria) la ley vieja daría para septiembre un alza que sería inferior a lo que ahora se otorgue, siguiendo la inflación. Pero para el segundo semestre, cualquier proyección es hacer futurologí­a. “Sólo el tiempo dirá si está modificaci­ón resultó más beneficios­a o no”, apunta Viera.

La cuestión de fondo, que es la falta de sustentabi­lidad del sistema, seguirá sin resolverse. En

2019, esa comisión (que integran los ministerio­s de Hacienda, Trabajo, cámaras empresaria­s y gremios) deben elevarle propuestas al Congreso, para su debate. Desde Cambiemos insistiero­n en que ese proyecto de reforma sigue en pie y que se hará dentro de un sistema público, de reparto y solidario.

¿Qué habría que modificar? “El problema no es que hay muchos jubilados, son pocos los activos”, dice Marín.

Los números así lo revelan: hay 6,8 millones de jubilados y pensionado­s (más 1,1 millones de pensiones no contributi­vas) y 11,73 millones de trabajador­es que aportan. Hay alrededor de cinco millones de cuentaprop­istas o empleados en “negro”, un núcleo duro del 33 por ciento de la fuerza laboral que se ha convertido en estructura­l en Argentina.

El blanqueo laboral, que forma parte de un proyecto de reforma que no está claro si podrá avanzar en el Congreso, aspira a formalizar unos 200 mil trabajador­es en un año. Lejos está de resolver el problema.

“También podrían revisarse las cotizacion­es al sistema de los autónomos y monotribut­istas. Los monotribut­istas en la categoría A aportan 384 pesos mensuales para obtener un beneficio de 7.246 pesos. Así no hay sistema que aguante”, dice Viera. Los trabajador­es activos aportan el 11 por ciento su salario a la Anses, más el aporte del empleador.

Para 2018, el Estado aportará 956 mil millones de pesos para pagar jubilacion­es y pensiones, sin contar otros programas de Anses, como las asignacion­es familiares y pensiones no contributi­vas. Eso representa el 42 por ciento del presupuest­o total. Entre semejante aporte y la autosusten­tabilidad hay un larguísimo trecho.

 ?? (ANTONIO CARRIZO / ARCHIVO) ?? Lado positivo. El ajuste por la incidencia del salario SMVM contrasta con la quita que habrá con la nueva fórmula de actualizac­ión.
(ANTONIO CARRIZO / ARCHIVO) Lado positivo. El ajuste por la incidencia del salario SMVM contrasta con la quita que habrá con la nueva fórmula de actualizac­ión.

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