La Voz del Interior

En motos, cerca de hacer historia para Argentina

- Mariano Iannacone Especial

Los 4.200 metros de altura y las temperatur­as por debajo de los 10 grados fueron una clara señal de que el rally Dakar había llegado a La Paz (Bolivia) tras cinco días de competenci­a en Perú.

Pero ni la intensa lluvia ni el caos reinante en las calles (varias arterias estuvieron cortadas por manifestac­iones para demandar la revocación del Código Penal) frenaron la pasión de los bolivianos, que coparon las rutas para darles su apoyo a los pilotos.

Tras un especial de más de 300 kilómetros, los pilotos debieron recorrer otros 450 kilómetros de enlace para llegar de Arequipa a La Paz. Porque el Dakar ya dejó atrás la arena y el desierto de Perú para abordar las montañas bolivianas. A partir de ahora, las pistas se vuelven rápidas y apenas dejan tiempo para mirar de reojo los numerosos lagos que se encuentran en el camino. La entrada al altiplano boliviano les exige a los competidor­es adaptarse a la altitud y al frío, por lo que se esperan muchos más abandonos antes de que el lunes la carrera ingrese a nuestro país por Salta. Hoy será jornada libre.

El precio de las dunas

Cuando se lanzó la presente edición del Dakar, sus organizado­res anticiparo­n que sería la versión más exigente de las disputadas en Sudamérica. Y el retorno de Perú al itinerario de esta competenci­a hizo cumplir esa promesa cuando aún no se ha disputado ni siquiera la mitad de la carrera.

La arena peruana les jugó una mala pasada a más de 70 pilotos, que dijeron adiós antes de que el rally llegara a Bolivia. Tan exigentes fueron esos desiertos que entre los desertores hay varios competidor­es que en la previa asomaban como candidatos a subirse al podio en Córdoba el sábado 20.

Por lo menos en dos categorías este año habrá nuevo campeón: el británico Sam Sunderland, último ganador entre las motos, quedó fuera de la competenci­a en San Juan de Marcona. No podrá repetir su título y alimentó el sueño del salteño Kevin Benavides de ser el primer sudamerica­no en consagrars­e. Tras la etapa de ayer, el norteño quedó como líder y se agiganta su ilusión.

Y si bien los accidentes fueron muy comunes entre los motociclis­tas, el que se llevó la peor parte fue el checo Ondrej Klymciw, quien permanece internado en estado reservado en Lima.

Otros que no veremos

El ruso Sergei Kariakin, campeón en 2017 en cuadricicl­os, fue otro de los que dijo “basta” en las dunas peruanas. Lo mismo le pasó a Rafal Sonik, ganador en 2015.

Entre los autos, abandonaro­n dos grandes pilotos del equipo Peugeot, como el español Nani Roma (dos veces ganador del Dakar) y el francés Sébastien Loeb (nueve veces campeón del WRC). Y ayer le tocó al mendocino Orly Terranova (Mini).

Las dunas también terminaron con los sueños de Andre Villa-Boas (ex-DT del Chelsea) y del estadounid­ense Bryce Menzies, quien destruyó su buggy en Pisco.

Y seguro Bolivia será el punto final para muchos pilotos que ni podremos ver en Argentina. Porque el Dakar, ese legendario rally que se hizo famoso por su dureza, volvió con todo para celebrar su edición 40. Ya nadie duda de eso.

En 38 ediciones del rally Dakar disputadas, entre 1979 y 2017 inclusive –y sin contar la de 2008, que aunque lista para su desarrollo debió cancelarse por razones de seguridad–, siempre han ganado europeos en la categoría motos. La única excepción sucedió en 2016, cuando dominó el australian­o Toby Price (KTM). Los franceses llevan la delantera en número de triunfos. Y por lejos. Reúnen nada menos que 22. Desde Cyril Neveu, quien venció en el primer Dakar, con una Yamaha XT 500, y cuatro veces más (otra con Yamaha y tres con Honda); hasta Cyril Despres, con cinco triunfos (todos, con KTM) y último francés en quedarse con el trofeo hasta hoy; pasando por Hubert Auriol (dos, con BMW), Gilles Lalay (ganó en 1989, se mató en la edición del ’92 y fue el último ganador con Honda hasta hoy), Stephane Peterhanse­l (seis triunfos, con Yamaha) y Richard Sainct (tres, dos con BMW y uno con KTM, murió en el Rally de los Faraones 2004). El resto de los títulos fueron para Bélgica (Gaston Rahier, dos con BMW), España (Nani Roma, uno; Marc Coma, cinco; ambos pilotos, siempre con KTM), Italia (Edi Orioli, cuatro; dos con Cagiva, uno con Honda y otro con Yamaha; Fabrizio Meoni, dos con KTM), Australia (el de Price) y Gran Bretaña (Sam Sunderland, en 2017, con KTM).

Argentina entró en carrera dentro de las motos recién en 1998. El primer piloto de nuestro país que se animó fue Cristian Romero. OriundodeB­uenosAires,se anotó con una Honda XR 600; se la alquiló lista para largar a un equipo español, que también lo asistiría durante el rally. Pudo completar más de la mitad del París-Granada-Dakar, antes de tener que abandonar cerca de Atar, Mauritania; en el desierto del Sahara y por problemas mecánicos. Más adelante, Pablo Levalle, un mendocino radicado en Chile, se convirtió el 16 de enero de 2005 en el primer argentino que completó el Dakar en Motos. Para aquel BarcelonaD­akar, formó equipo con su coterráneo Orly Terranova, quien también debutaba ese año en la odisea; los dos, con KTM 660. Para 2007, la última edición en África, Marcelo Mitti fue el primer cordobés en dos ruedas; el de Río Ceballos sufrió una fuerte caída en Marruecos y quedó afuera, aunque en 2009, para el primer Dakar en América del Sur, tuvo revancha y fue el mejor argentino de la general de Motos. Con la carrera en estas tierras, se irían sumando cada vez más argentinos; entre ellos, los cordobeses, con Pablo Pascual, hoy entre los tres latinoamer­icanos con más ediciones iniciadas (nueve).

Ahora, se trata de conseguir el primer triunfo absoluto en la categoría. Y con Kevin Benavides (Honda), estamos cada vez más cerca de lograrlo. El 40° Dakar llega al Día de Descanso permitiend­o que podamos soñar con la primera victoria nacional que, a la vez, sería la primera de un americano en la epopeya del deporte motor.

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