La Voz del Interior

El “Monse”, un imán para inmigrante­s

La mayoría de los alumnos son peruanos y bolivianos o hijos de familias extranjera­s. Según una investigac­ión, se destacan por el buen rendimient­o y por el respeto a las normas.

- Mariana Otero motero@lavozdelin­terior.com.ar

“Con una buena educación se puede conseguir lo que uno quiere. Estoy muy agradecido y orgulloso por las oportunida­des que nos ha dado el colegio”. De esta manera explica Edwin Benítez por qué decidió apostar por una educación de calidad para sus hijas.

Edwin, peruano –oriundo de Cuzco–, vive en Córdoba junto con su esposa limeña desde hace más de 30 años. Su hija Tamara acaba de egresar del Colegio Nacional de Monserrat. “Mi esposa cursó tres años de medicina y yo hago trabajos particular­es. Queremos un buen futuro para nuestras hijas y buscamos el mejor colegio porque con una buena base van a lograr lo que deseen”, asegura.

Tamara se anotó en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física (Famaf) y su hermana cursa tercer año de Bioquímica en la Universida­d Nacional (UNC). “Demasiado buena la enseñanza que recibieron. Estoy muy satisfecho. Para nosotros el estudio es una forma de ver la vida”, enfatiza. La historia de Edwin es una muestra de la importanci­a que los inmigrante­s latinoamer­icanos le otorgan a la educación de sus hijos en la tierra que eligieron habitar.

Este año, el 7,2 por ciento de los aspirantes a ingresar al Monserrat son extranjero­s. La mayoría, peruanos y bolivianos; pero también hay europeos, africanos y de otros lugares. Hubo 1.015 aspirantes argentinos, 49 peruanos, 17 bolivianos, dos argelinos, un paraguayo, un venezolano, un español, un panameño y un canadiense. “Mi apreciació­n es que vienen de una cultura de valoración al esfuerzo y a la educación. Los padres lo tienen claro”, dice Aldo Guerra, director del Monserrat.

Oportunida­des e integració­n “Para los inmigrante­s de antes, y para los de ahora, tener un hijo doctor era el mayor logro. Toda persona que tiene la valentía de dejar todo y empezar de nuevo en otro país, la mayoría de las veces lo hace pensando en sus hijos, para darles más oportunida­des que las que él tuvo. Por eso le da mucha importanci­a al estudio y se esfuerza el doble para que sus hijos puedan acceder a colegios de renombre. Y si no lo consiguen sus hijos, intenta con sus nietos”, subraya Marta Guerreño López, presidenta de la Unión de Colectivid­ades de Inmigrante­s de Córdoba (Ucic).

Además, agrega Guerreño, lo que intentan es insertarse. “Estar en un colegio como el Monserrat los hace casi cordobeses y esa integració­n es muy valiosa, sobre todo los que desde siempre han sufrido discrimina­ción por su aspecto indígena. Ingresar en un colegio público de renombre es demostrar a todos que es uno más, y está en ese lugar por su capacidad y dedi- cación”, apunta la titular de Ucic.

Guerreño López destaca que muchos latinoamer­icanos renuncian incluso a viajar a fin de año para encontrars­e con sus familiares, para pagar profesores particular­es y preparar a sus hijos para el ingreso. “Los que dejan su patria para instalarse en otra, buscan razones para convencers­e de que vale la pena el desarraigo y tener un hijo profesiona­l es, tal vez, la que más los convence”, agrega.

Esfuerzo y respeto

Una investigac­ión publicada el año pasado por la Facultad de Educación de la Universida­d Católica de Córdoba sobre la creencia de los docentes primarios acerca de migración, realizada en el marco del Programa de Investigac­ión, Docencia y Proyección Social, revela que los docentes destacan el buen rendimient­o de los estudiante­s de familias migrantes y el respeto a las normas. Sin embargo, el estudio muestra que, en ocasiones, persisten actitudes de rechazo.

En base a ese trabajo, la UCC presentó en 2016 un material al Ministerio de Educación, titulado “Más diversidad, menos prejuicios”, con actividade­s para erosionar las creencias que sostienen prejuicios. En Córdoba hay 7.494 alumnos extranjero­s. La mayoría es oriunda de Bolivia y de Perú. La cifra creció en los últimos cuatro años, pero representa menos del uno por ciento del total de la matrícula en todas las escuelas.

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(NICOLÁS BRAVO) Monserrate­nses. Glenda, Abraham y Melina son peruanos. Apostaron a tener la mejor educación en Córdoba, y lo lograron. El 7,2% de los aspirantes al Monserrat son inmigrante­s.
 ?? (NICOLÁS BRAVO) ?? Estudiosos. Abraham (22), Melina (16) y Glenda (19) son peruanos y monserrate­nses. Apostaron a tener la mejor educación en Córdoba.
(NICOLÁS BRAVO) Estudiosos. Abraham (22), Melina (16) y Glenda (19) son peruanos y monserrate­nses. Apostaron a tener la mejor educación en Córdoba.

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