“Buscamos ofertas y nos ajustamos en las salidas”
Este es el segundo año de Facundo Bazán y Arturo Marengo en la ciudad de Córdoba. Cada vez que arman juntadas con sus amigos de Morteros, localidad del nordeste provincial de donde son oriundos, salen casi con lupa a inspeccionar ofertas. Cuando alguien de la banda encuentra una “promo irresistible”, manda un mensaje por WhatsApp, coteja precios y si encontró lo mejor, recién ahí lo compra.
La búsqueda de ofertas, así como el recorte en las salidas nocturnas, fueron las dos principales variables de ajuste para Facundo, quien estudia Kinesiología en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y alquila un departamento en Chacabuco al 100 que comparte con su hermana Camila.
“Lo bueno es que en Córdoba tenés más comercios y todos a mano. Somos buscadores de ofertas, y más cuando nos juntamos con los chicos”, asegura el joven de 19 años. Para las compras mensuales recurren a la tarjeta de crédito de sus padres, quienes trabajan en la ciudad de origen de los chicos, ella como maestra primaria y él como empleado en Sancor.
En las salidas a boliches también está economizando “Facu”. “Las entradas están caras y de eso soy consciente. Si gastamos mucho en el mes, me quedo en el departamento. Si rendí bien, ahí sí que salgo a festejar”, comenta el joven.
Su amigo Arturo –de 19, estudiante de Agronomía en la Universidad Católica de Córdoba– también limitó las salidas y se hizo amigo de los mercados. “Hacemos una compra al mes y dividimos lo que gastamos por día. No recortamos en comida, porque necesitamos alimentos nutritivos para poder estudiar”, comenta el universitario, quien comparte departamento en Nueva Córdoba con un compañero de la facultad.
El costo de la universidad privada fue el mayor gasto de sus padres, aunque ellos siguen prefiriendo la calidad y la atención personalizada que allí encuentran. A mediados del año pasado, la cuota trepó de 7.900 a 8.750 pesos. El costo promedio mensual de los últimos siete meses sólo para alquiler, expensas e impuestos fue de cinco mil pesos.
“Nos cuidamos de no gastar tanto en salidas. Como tenemos prácticas los lunes y los martes, tampoco podemos trasnochar siempre”, asegura Arturo. Y como buen estudiante, recibe comida que le envía su mamá: inigualables tartas, empanadas y salsas que congela cuando no las consume en el momento. Para él, como para tantos otros universitarios, no hay nada mejor que la cocina de casa. después me mudé con mi familia a Brinkmann. Siempre viví en lugares chicos, en pueblo pequeños. Pero nunca tuve miedo de moverme en una ciudad grande, pero en estos días ya me perdí varias veces en Córdoba. Como no conocía mucho, hice una compra en un supermercado grande y creo que me cobraron bastante caro”.
CUANDO HAY UNA BUENA OFERTA, LA COMPARTIMOS POR WHATSAPP.
Facundo, estudiante de Kinesiología de la UNC
NOS CUIDAMOS DE NO GASTAR TANTO EN SALIDAS. Y DE PASO NO TRASNOCHAMOS TANTO. Arturo, estudiante de Agronomía en la UCC