La Voz del Interior

“No me acuerdo de nada”, la coartada del acusado de matar a Abril

Aunque Ludueña indicó a los policías el lugar en el que estaba el cadáver, ahora niega cualquier relación con el homicidio. El hombre de 35 años permanece detenido desde el lunes. Está en un pabellón especial de Bouwer.

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Daniel Alberto Ludueña (35) hace siete días que está en el centro de todas las miradas. Acusado de haber raptado, abusado y asesinado a Abril Sosa (4) el sábado 13 de este mes en barrio General Bustos, de la ciudad de Córdoba, está preso desde el lunes último luego de que guiara a los policías hasta el descampado donde hallaron el cadáver.

Sin embargo, con el correr de las horas, y aunque todavía no ha brindado ninguna declaració­n formal ante alguno de los cuatro fiscales que ya tuvo el caso en sólo una semana, Ludueña ha empezado a dejar en evidencia cuál será parte de su estrategia.

Lo hizo ante policías, agentes de la Policía Judicial y también con los guardiacár­celes que lo alojaron en un pabellón especial de la cárcel de Bouwer, donde fue ingresado en el llamativo horario de las 3 de la madrugada del martes para intentar que pasara lo más inadvertid­o posible para el resto de la población carcelaria.

El libreto, en todos los casos, según contaron distintas fuentes a La Voz, fue el mismo. “No me acuerdo de nada” y “no soy de entender mucho”, fueron las frases que repetía cada vez que se encontraba con una mirada de desprecio por parte de aquellos que tuvieron que tener contacto con él durante esas horas.

Ya su madre, el martes último, había adelantado algo en relación con estos dichos.

“Mi hijo tiene problemas psiquiátri­cos”, aseguró la mujer cuando fue entrevista­da por Canal Doce.

Antes, Ludueña había intentado otra estrategia. El lunes a las 14, cuando los policías de Homicidios lo encontraro­n en la casa de su novia en barrio San Pablo y lo llevaron para que declarara en Jefatura, empezó mal.

Dijo que el domingo a la madrugada se había ido a buscar a sus dos hijos menores de edad, que viven con su expareja.

Sin embargo, la coartada se cayó más que rápido: los policías fueron hasta la casa de la madre de los niños, quien dijo que Ludueña hacía por lo menos cuatro meses que no los veía. La mujer remarcó que existe una orden judicial de restricció­n que impide que él se acerque a esa casa.

Cuando los agentes regresaron a la Central de Policía con este dato, los investigad­ores comenzaron a asfixiar a Ludueña con un largo interrogat­orio, hasta que, cerca de las 19, terminó por señalar el descampado de calle Anacreonte, a dos cuadras del Hospital Infantil de Alta Córdoba, donde estaba el cadáver de la pequeña.

Sin embargo, esto no configura una “confesión” ni tiene valor legal para incriminar­lo judicialme­nte. Por eso, sospechan aquellos que siguen de cerca del caso, ahora Ludueña sostiene que no recuerda nada e insiste con que tiene algún problema mental.

El joven, que tiene antecedent­es por robo por escalamien­to, drogas y una denuncia por violencia familiar, desde el lunes a la noche está imputado por el delito de homicidio agravado por alevosía.

La Justicia provincial intenta probar que la niña fue abusada para agravar la imputación en su contra.

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Sospechoso número 1. La foto de Ludueña comenzó a circular desde el lunes a media mañana.

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