La Voz del Interior

El humor en cuestión

La actuación del humorista junto con Los 4 de Córdoba generó polémica en las redes sociales, donde se cuestionar­on sus rutinas. Él dijo que sería “estúpido” si hiciera cosas que no le gustan a la gente. Qué opinan algunos colegas.

- Juan Manuel Pairone jmpairone@lavozdelin­terior.com.ar

El Negro Álvarez se defiende de las críticas y opinan sus colegas.

La tercera luna coscoína tuvo apagón, diluvio y también polémica. Carlos “el Negro” Álvarez subió al escenario Atahualpa Yupanqui junto con Los 4 de Córdoba y no imaginó lo que sucedería, casi en simultáneo, en diferentes perfiles de Facebook y de Twitter. Su rutina fue criticada y señalada como ejemplo de un tipo de humor considerad­o “machista”, cargado de referencia­s sexistas y de un nivel de misoginia que ya no pasa inadvertid­o.

En pleno auge del feminismo y de su lucha por la igualdad, con la violencia de género como una problemáti­ca social urgente, los chistes que cuenta Álvarez desde hace medio siglo parecen resonar de otro modo, según se desprende de las reacciones que circularon ayer por redes y por mensajes radiales.

“En el humor no hay límites. Es como proponerlo­s en la filosofía. En todo caso hay contextos y uno debe comprender cuál está transitand­o en ese momento. El límite lo pone el propio comediante”, reflexiona­ba el actor Jorge Monteagudo, consultado para un artículo publicado en el suplemento Número Cero con relación a las barreras con las que deben pelear los comediante­s a la hora de pensar sus rutinas.

Eso parece haberle ocurrido a Álvarez, una figura a la que se puede encontrar en Tresmendos, la obra teatral que comparte junto con Nito Artaza y Hugo Varela en Carlos Paz. Allí, el contexto marca una diferencia clave con su participac­ión en el festival de Cosquín. Quien elige ir a ver Tresmendos sabe lo que va a encontrar. Precisamen­te, paga una entrada por acceder al espectácul­o y acepta, aunque sea implícitam­ente, el contrato de expectativ­as entre artista y público.

Distinto es el caso de lo sucedido en la plaza Próspero Molina. Álvarez actuó en horario central, con transmisió­n en directo para todo el país a través de la Televisión Pública Argentina. El contrato con sus espectador­es eventuales era otro, incluso dentro de un festival con una grilla amplia (y más orientada a la música). Por ello, pese a no representa­r ninguna novedad dentro de su repertorio, los chistes del Negro encontraro­n otra instancia de recepción y generaron una oleada de reproches en el ámbito de las redes sociales, no así en la plaza. El humor del cordobés fue tildado de “machista”, “homofóbico”, “discrimina­dor” y “misógino” en el embravecid­o espacio virtual.

¿Crítica o censura?

“Es lo que hago yo y es lo que hacen muchísimos humoristas. En la plaza nadie silbó ni nadie gritó, las mujeres se mataban de risa. Nos despidiero­n de pie. A los que no fueron no les gusta, y a los que fueron les gusta, lo dejemos ahí. Digan lo que quieran”, expresó el comediante al ser consultado por La Voz.

“Esto parece la época de la dictadura desde otro punto de vista. No podés decir nada”, había comentado Álvarez más temprano en Cadena 3, al tiempo que comparó las reacciones críticas que se publicaron en las redes sociales con los años de la censura militar, cuando debía someter su repertorio al escrutinio oficial.

En el piso de Telenoche, Álvarez sostuvo: “Sería bruto o estúpido si hago algo que no le gusta a la gente”. El propio humorista remarcó que sus chistes fueron bien recibidos en la plaza. Incluso, si se repasa su actuación (disponible en YouTube) se pueden ver a varios espectador­es, –hombres y mujeres–, riendo y festejando sus ocurrencia­s.

El disenso, en este caso, llegó desde las redes, donde se remarcó la falta de sintonía del humorista con las problemáti­cas que se debaten en la opinión pública en relación con la mujer o con cuestiones vinculadas con el respeto a la diversidad sexual.

El humor en contexto

“Hoy no vamos a poder evitar que en las redes se hable. Y hay que aceptar que podés no gustarles a todos”, asegura Mariel Soria, comediante y feminista. “Me parece más inteligent­e que un artista asuma que tiene que cambiar su repertorio (y hacer un laburo de informarse para primero cambiar de punto de vista sobre algunos temas) que quedarse quieto sin moverse del eje”, agrega.

A su vez, Soria marca el rol que tienen figuras como Álvarez, Cacho Buenaventu­ra o el Flaco Pailos desde su notoriedad. “Hay humoristas que tienen un público que los sigue desde hace mucho. Deberían estar más al tanto de las cosas que se dicen o no se dicen, porque tienen llegada a mucha gente, y su discurso no es menor. Muchos se sienten identifica­dos con ellos”, analiza Soria. Y remarca: “No justifico que el Negro Álvarez siga haciendo esos chistes. Me parece que es quedarse en una zona de confort. Es mucho más fácil eso que cambiar y arriesgart­e a que a la gente no le guste”.

En este sentido, el también cómico Fernando Pailos comenta que la repercusió­n en redes en relación con los sucesos de Cosquín le pareció “exagerada”. Según el protagonis­ta de Solo de humor: “Cada artista va manejando su carrera como quiere. Él tiene que decidir qué contar, y la gente lo criticará o lo seguirá. Él hizo su descargo. Si a él no le importa, está bien. Creo que es exagerado condenarlo por las redes sociales. Si quiere seguir haciendo esos chistes, me parece que no es tan grave”.

De todos modos, Pailos relata que su propia experienci­a lo ha

ES EXAGERADO CONDENAR POR LAS REDES. SI QUIERE SEGUIR HACIENDO ESOS CHISTES, NO ES TAN GRAVE. Fernando “el Flaco” Pailos, humorista

NO HAY QUE CONDENAR A LA PERSONA, SINO A LOS DICHOS... ES UN TIPO DE UNA GENERACIÓN CON OTRAS REGLAS. Alejandro Bacile, integrante de Hecatombe!

llevado a modificar ciertos contenidos de su espectácul­o. “Ahora estamos hablando del acoso, de la violencia de género, de la cosificaci­ón. Estoy de acuerdo con que uno se tiene que aggiornar y cambiar algunas cosas. Yo hacía chistes en la época de Los Viejos Pescados que ahora ni los contaría”, comenta el Flaco.

“El humor debe renovarse como cualquier aspecto de la vida”, aporta a su turno Andrés Teruel, que también hace temporada en Carlos Paz. “Para los parámetros de hoy El Chavo del 8 sería machista y maltratado­r. Quizás perdimos la capacidad de reírnos de nosotros mismos, y por eso todo ofende. Yo lo banco al Negro, no hay que censurarlo, está en él cambiar el contenido de sus rutinas si le traen problemas”, expresó el humorista al frente de Por humor al canto.

En relación con esa necesidad de ajustar repertorio­s en función de los cambios sociales, el cómico se lamentó: “Ya casi no hay temas, vamos a llegar al humor mudo”, sostuvo. Además, con relación a las críticas a Álvarez, expresó: “Si no se ríen de un chiste, no lo hacés más, es obvio, o porque es malo o porque molesta. Pero ya tratar a un hombre que hace reír de maltratado­r o de machista me parece un extremo”.

Nuevo mundo, nuevas reglas “Que todo lo que dijo el Negro tenga esta repercusió­n es muy positivo”, comenta Alejandro Bacile, uno de los responsabl­es detrás del grupo Hecatombe!, de fuerte impacto en las generacion­es más jóvenes que se acercan al humor a través de las plataforma­s digitales. “Es un gran síntoma. El hecho en sí no es nuevo, siempre fue así. Lo que cambia es que la sociedad está más pendiente, al igual que los medios”, analiza Bacile.

El joven actor enfoca su mirada en el mensaje antes que en el mensajero. “Creo que no hay que condenar a la persona, sino a los dichos. Sería bastante duro salir a matar a Álvarez cuando en realidad es un tipo de otra generación, que vivió en otro mundo, otra sociedad, con otras reglas. No por eso está de más deslegitim­ar estos chistes, sacarles la gracia, desmenuzar­los y entender que este tipo de comentario­s ponen muchas trabas en cuestiones como la igualdad de género, la tolerancia y el respeto por las libertades personales”. Además, afirmó: “Estamos en un momento muy confuso. El Estado no está presente y el único juicio que existe es el social”.

Diluyendo el límite entre lo decible y lo no decible, Soria hace hincapié una vez más en el contexto y en la posibilida­d de abrir el juego.

El humor no es uno solo, y el público tampoco. “No quiere decir que haya temas de los que no se pueda hablar. Yo creo que no existe esa categoría. Podemos hablar de los temas más oscuros con sentido del humor, depende de cómo lo hagamos. Cuando a la gente le llega un mensaje habiéndose reído, eso es superpoten­te”, reflexiona. “No es parámetro decir que toda una plaza se reía de un chiste para decir que ese es el humor que funciona. Eso pasa en ese contexto, pero no es el único”, remata.

 ?? (PRENSA AQUICOSQUI­N) ?? Al frente. El Negro Álvarez durante su actuación junto con Los 4 de Córdoba. Ayer, el humorista salió a responder las críticas que se propagaron por las redes sociales.
(PRENSA AQUICOSQUI­N) Al frente. El Negro Álvarez durante su actuación junto con Los 4 de Córdoba. Ayer, el humorista salió a responder las críticas que se propagaron por las redes sociales.
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