La Voz del Interior

Cada accidentad­o en moto le cuesta al Estado $ 200 mil

Esa cifra sólo abarca internació­n y operacione­s. No incluye prótesis ni el tratamient­o posterior.

- María Laura Ferrero y Andrés Ferreras

Los traumatism­os por siniestros de tránsito protagoniz­ados por motociclis­tas tienen un alto impacto social y económico en casi todo el mundo.

Los hospitales especializ­ados del sector público en Córdoba no sólo registran este fenómeno en cantidad de pacientes, sino en el alto costo que significa: unos 200 mil pesos por cada accidentad­o. Esto incluye internació­n y cirugías, pero no prótesis ni otros tratamient­os.

Los traumatism­os por accidentes de moto tienen un impacto social y económico que va de sostenido a creciente en algunas comunidade­s, en línea con lo que sucede en múltiples países del mundo. Distintos hospitales de la provincia son testigos de esta tendencia.

El año pasado, del total de 2.428 pacientes internados en el Hospital de Urgencias, dependient­e de la Municipali­dad de Córdoba, 793

(32,7 por ciento) correspond­ieron a accidentad­os por motos. Su promedio de permanenci­a en el establecim­iento fue de ocho días y el costo estimado por día de internació­n, de 19.600 pesos. Es decir, cada internado por moto representó, aproximada­mente, un gasto de

156.800 pesos para el hospital, incluyendo estudios de imágenes, análisis de laboratori­o, intervenci­ones quirúrgica­s, hemoterapi­a y el trabajo del área de anatomía patológica.

El cálculo –provisiona­l– excluye las prótesis que puedan ser coloca- das en las operacione­s y la asistencia y el tratamient­o posterior.

En 2016, el costo por día de internació­n había rondado los 18.000 pesos, pero el secretario de Salud Municipal, Gabriel Acevedo, señaló que el promedio de permanenci­a había sido mayor –10 días– por lo que el costo para el establecim­iento también había resultado superior: 180 mil pesos.

El presupuest­o efectivame­nte ejecutado por el Hospital de Urgencias el año pasado fue de 550 millones de pesos y el gasto de internació­n representó el 80 por ciento, ya que es un centro eminenteme­nte quirúrgico. Las internacio­nes por accidente de moto habrían representa­do, entonces, el 26,2 por ciento del presupuest­o: unos 143,9 millones de pesos.

Acevedo considera que la siniestral­idad por auto o por moto descendió en términos relativos (lo cual es neutraliza­do por el incremento del parque tanto automotor como de motos), pero sigue siendo muy alta, aproximada­mente un 10 por ciento más que el promedio de la región.

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“Hasta hace unos años, uno entraba a una terapia intensiva y el promedio de edad de los pacientes era de entre los 60 y 80 años, con patologías de cardiologí­a, pulmonares o neurológic­as. Hoy, están llenas de jóvenes con graves traumatism­os de cráneo por chocar en moto”, aseguró Valentín Vicente, director del hospital Iturraspe de San Francisco.

La atención de pacientes por accidentol­ogía vial comprende ya el 70 por ciento de las internacio­nes que recibe la unidad de terapia intensiva (UTI) del hospital de San Francisco. “Del total de las 10 camas, un promedio de seis o siete están siempre ocupadas por personas que sufrieron accidentes en moto”, remarca Vicente.

El servicio de terapia intensiva se lleva casi el 40 por ciento del presupuest­o total del hospital Iturraspe, el mayor centro de salud del departamen­to San Justo.

Epidemia

En Villa María describen un escenario similar. En el hospital provincial Pasteur no tienen un porcentaje preciso del presupuest­o que se lleva la accidentol­ogía en moto, pero no descartan que se asemeje al de San Francisco. El villamarie­nse, en su flamante edificio, tiene una unidad de terapia intensiva con 13 camas, de las que ocho llegaron a ocuparse este enero con politrauma­tizados graves por chocar en moto.

Luciano Caponceli, médico a cargo de la UTI, dijo que la cantidad de motociclis­tas con heridas graves que ingresan al hospital “no para de crecer” y lo relacionó con el bajo uso del casco que se registra en Villa María, combinado con un mal uso o con la existencia de cascos de mala calidad.

Desde San Francisco, Vicente coincide: los casos graves podrían bajar si se hiciera un uso correcto del casco. El médico no dudó en afirmar que la falta de casco, la alta velocidad y la negligenci­a por no respetar las normas han convertido a los accidentes de tránsito en una “verdadera epidemia”, de enorme impacto en el sistema de salud.

La mayoría de los pacientes son personas jóvenes, de 20 a 30 años, y sufren graves traumatism­os de

cráneo. Muchos de los que no mueren padecen severas secuelas.

“Aquí vemos el final de tristes películas, que provocan graves consecuenc­ias que cambian la vida del accidentad­o y de su familia. Con tan sólo modificar y tomar conciencia, ese final podría ser muy distinto”, apuntó Vicente.

Durante 2017 hubo 14 motociclis­tas muertos sólo en Villa María. En lo que va de enero, se sumaron dos más. Son la punta trágica de esa “epidemia” que no parece detenerse.

Caponceli estimó que el 95 por ciento de los heridos por siniestros de tránsito en la ciudad son atendidos en el Pasteur y citó que de los

65 pacientes asistidos en diciembre en terapia intensiva, 24 fueron por politrauma­tismos graves como consecuenc­ias de choques en motos.

El hospital provincial corre con los costos que, para 10 días de internació­n en un caso grave, puede rondar los 120 mil pesos como mínimo. A esto hay que sumar los procesos de rehabilita­ción. El médico villamarie­nse precisó que una neurocirug­ía tiene un costo de

25 mil pesos. La cifra final puede llegar en promedio a los 200 mil pesos por paciente.

En San Francisco, el director del Iturraspe indicó, a su vez, que un paciente que sufre un severo traumatism­o de cráneo necesita como mínimo entre 15 y 20 días de internació­n en terapia. “Cuando recibimos un paciente con un traumatism­o de cráneo grave, se le coloca un sensor de presión intracrane­ana que tiene un costo superior a los 50 mil pesos. A esto hay que agregar el costo de dos semanas de promedio de internació­n y, en algunos casos, la cirugía”, describió.

“Esto significa que cada paciente con estas patologías implica un costo para el hospital del orden de los 200 mil pesos”, precisó Vicente.

Con un promedio de seis a siete casos por mes, esa suma supera el millón de pesos mensuales, sólo en San Francisco.

Pero los gastos no se terminan en esta etapa. “Muchos sobreviven a estas graves lesiones, pero quedan con graves secuelas que determinan un prolongado tratamient­o que involucra a otros servicios del hospital, como clínica médica, traumatolo­gía, fonoaudiol­ogía, y otros”, afirmó el profesiona­l.

Además, hay un costo difícil de mensurar: el de la pérdida de autonomía, que impacta emocional y económicam­ente en la vida de toda la familia.

EN TÉRMINOS DE CONDUCTA, ESTAMOS MEJOR AHORA, PERO HACE FALTA MUCHO.

Gabriel Acevedo, secretario de Salud de la Municipali­dad de Córdoba

HOY, LAS TERAPIAS ESTÁN LLENAS DE JÓVENES CON GRAVES TRAUMATISM­OS. Valentín Vicente, director del hospital Iturraspe de San Francisco

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(JOSÉ HERNÁNDEZ / ARCHIVO) Sólo el comienzo. Un accidente es la primera escena de una película dolorosa que puede cambiar la vida de las familias.
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