El acoso sexual a promotoras que escandaliza a Gran Bretaña
Las situaciones se produjeron en un evento benéfico tradicional al que asisten los hombres más ricos del país. Un funcionario del Gobierno tuvo que renunciar por haber participado en la cena.
LONDRES. Sólo había hombres invitados a la Cena de los Presidentes, un evento que se organiza en Londres y cuyo objetivo es recolectar dinero para organizaciones benéficas. En la última se recaudaron dos millones de libras para un hospital de niños. Pero el Club de los Presidentes, la organización responsable del evento, anunció que lo cancelará de modo definitivo después de que una investigación encubierta del diario Financial Times descubriera que, al menos en la última cena celebrada, las promotoras eran toqueteadas, acosadas y objeto de proposiciones sexuales.
Los patrocinadores, entre los que se contaban millonarios, famosos y políticos, explicaron en un comunicado que todos los fondos recaudados en la cena de etiqueta, celebrada en el hotel Dorchester, serían “distribuidos entre organizaciones que trabajen con niños”. Sin embargo, el hospital Great Ormond Street afirmó que devolverá las donaciones.
La City entera, entre cuyos altos ejecutivos la Cena de los Presidentes era un símbolo de estatus, dio la espalda a la organización. Las compañías que cedían objetos para la subasta anunciaron que no seguirán con sus donaciones. Los premios incluían –además de un vale para una operación de cirugía estética promocionada como “añada picante a su esposa”– un té con Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra, y una comida con Boris Johnson, ministro de Exteriores.
Johnson dice que no había acordado apoyar el evento y que desconocía que estaba incluido en la subasta. El Banco de Inglaterra asegura que el té con Carney queda inmediatamente cancelado.
Los 360 invitados del mundo de las empresas, las finanzas y la política se apuraron a distanciarse. David Meller, copresidente del Club, era un donante del Partido Conservador que acabó con un cargo intermedio en el Ministerio de Educación. Tras el escándalo, se vio obligado a renunciar. Nadhim Zahawi, secretario de Estado de Infancia y Familias, fue amonestado en Downing Street por asistir y no dar cuenta a la primera ministra Theresa May de lo ocu-
rrido en la gala.
En la cena se sirvió salmón ahumado con caviar, carne de vaca de larga maduración y Dom Pérignon. Después se pujó en la subasta. Según la investigación del Financial Times, algunos invitados sometieron a las 130 mujeres empleadas como promotoras a un acoso sexual constante.
Antes de la cena, la organización informó a las promotoras, como pudo comprobar la periodista infiltrada Madison Marriage, que debían llevar ropa interior negra, a juego con las minifaldas que se les proporcionarían, y que debían dejar afuera sus teléfonos móviles. Se les hacía firmar acuerdos de confidencialidad, se las acompañaba de vuelta a la sala si pasaban demasiado tiempo en el cuarto de baño y se les ofrecía reiteradamente vino. Las anfitrionas debían ser “altas, delgadas y bellas”.
Marriage asegura que fue manoseada reiteradamente y que otras mujeres fueron invitadas a habitaciones de hotel. Una de las mujeres asegura que uno de los invitados le mostró el pene.
Las revelaciones coinciden con un creciente debate global sobre el tratamiento de la mujer en diversos sectores de la sociedad, desde el cine hasta la política. El Financial Times no es un periódico que acostumbre a trabajar con periodistas de incógnito, técnica más utilizada por los tabloides sensacionalistas británicos.