Faltan docentes y controles de planes educativos
Una investigación académica detectó falencias, a las que se suman planteos de la UEPC. En Capital, estos espacios están en manos de ONG políticas y religiosas. La Provincia avanza en una regulación.
Una investigación académica y un planteo de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) señalan escasez de maestras jardineras, precarización laboral y falta de programas edu- cativos en las salas cuna de la ciudad de Córdoba.
Se trata de un programa social para chicos de 45 días a 3 años, emblema del Gobierno provincial, que admite que en la Capital no controla ni la selección ni la contratación de docentes. En este distrito, estos espacios están maneja- dos por ONG políticas y religiosas.
Estas falencias no le quitan mérito a la posibilidad de contención que se le brinda a una población vulnerable.
Sin embargo, el Ejecutivo enviará este mes un proyecto de ley para la regulación de estas salas.
¿Cuál es la calidad educativa que reciben los miles de niños de entre 45 días y 3 años que son atendidos en las 117 salas cuna de la ciudad?
Una investigación académica y un planteo de la Unión de Educadores de la Provincia (UEPC), que marcan la escasez de maestras jardineras y su precarización, además de la inexistencia de programas educativos, dan forma a este interrogante que surge a dos años de la puesta en marcha del programa social emblema del Gobierno provincial.
Y esto no le quita méritos en su rol de contención a una población vulnerable. “Los lunes los chicos llegan con hambre, y de acá se van bien comidos. Hay chiquitos que llegan sin saber caminar o comer solitos y acá aprenden, empiezan a evolucionar. Porque hay madres muy jovencitas que no tienen idea de cómo criarlos”, valora Walter “el Pollo” Díaz, uno de los referentes sociales de Villa La Tela y titular de la Asociación Benjaminos, que gestiona tres salas cuna y sintetiza el impacto que tiene la asistencia que se da en la vida cotidiana de un barrio vulnerable.
Laura Jure, la secretaria de Equidad y Promoción de Empleo, de quien depende el Programa Salas Cuna, dijo a La Voz que en estos jardines maternales se siguen “los lineamientos de organismos internacionales; se trabaja promoviendo la estimulación temprana, el desarrollo psicomotriz, expresivo y social a través de la actividad lúdica, favoreciendo el desarrollo de habilidades que garantizarán sus trayectorias educativas futuras”. Sin embargo, admitió que en la ciudad de Córdoba la selección de docentes y su contratación (así como su seguimiento y control) no están en manos del Estado.
Un estudio exploratorio realizado por el Colectivo de Educación Inicial y el Instituto de Formación Docente Garzón Agulla detectó que las salas cuna (al igual que otras instituciones que se ocupan de la educación maternal) no cuentan con una propuesta educativa avalada oficialmente por el Ministerio de Educación de la Provincia ni con un diseño curricular específico. También encontró una menor presencia de profesionales titulados en las salas cuna en comparación con los jardines maternales municipales y privados, lo que impacta en la calidad educativa que reciben estos niños.
Mientras que en los jardines privados aparecen estrategias didácti- Cuál es el criterio de la ordenanza de jardines.
Lactantes (0 a 1 año): un docente cada cinco niños. Deambuladores (1 a 2 años): un docente cada 10 niños. Maternales (2 a 3 años): un docente cada 15 niños. cas, en las salas cuna prima el cuidado del niño y la función asistencial. En los primeros, suelen trabajar más con profesoras tituladas en educación inicial, mientras que en las salas de la Provincia sobresale la figura del auxiliar.
La desregulación de la educación maternal prima en todos estos espacios. De hecho, no existe un diseño curricular común (proyecto institucional), supervisión pedagógica ni acompañamiento educativo estatal. “En algunos (jardines maternales) hay precarización laboral. La figura de la maestra se desdibuja y el Estado contrata trabajo en negro”, dice Liliana Simari, una de las integrantes del Colectivo de Educación Inicial.
Simari aclara: “No estamos en contra de las salas cuna. Es un gran avance que la Provincia comience a ocuparse de los más pequeños. Pero nuestra propuesta es que deben estar supervisadas por el Ministerio de Educación provincial, con articulación de otras dependencias. Y deben tener una orientación pedagógica uniforme para todas”, indica la referente. Expone así que el Programa Salas Cuna está bajo la órbita de la Secretaría de Equidad y Promoción Social, la megaestructura que hasta diciembre condujo Alejandra Vigo.
También hay una marcada desigualdad en la presencia de docentes en las aulas: mientras que la ordenanza que regula a los jardines en la ciudad establece que debe haber una maestra cada 15 niños de entre
2 y 3 años, en las salas cuna hay sólo una con título habilitante, que puede estar a cargo de hasta 60 niños, incluyendo lactantes desde los
45 días. Y aunque cuenta con auxiliares, estas no tienen título profesional habilitante, señala el estudio.
A esa sobrecarga, se suma la inequidad salarial: mientras que una docente que se desempeña en las salas cuna recibe una remuneración que varía entre los cinco mil y los seis mil pesos, en el Estado provincial el salario inicial de una maestra jardinera es de 14.851 pesos.
En el caso del Programa Salas Cuna, son las organizaciones sociales, políticas o religiosas las encargadas de la contratación de cada docente y sus auxiliares, sin obligatoriedad de que se concursen los cargos o que presenten aptos psíquicos. Por el trabajo, las docentes no reciben puntaje para sus carreras, lo que también desalienta que las profesionales se inscriban para cubrir estos puestos.
Planteo gremial
Estela Fauda, secretaria de Nivel Inicial y Primario de la UEPC, indicó que las salas cuna figuran en la agenda de debate de este año. El tema será planteado en la Mesa de Política Laboral del Ministerio de Educación provincial.
La gremialista destacó que, cuanto antes se anticipe la escolarización, mejores serán los resultados. Coincidió en que las salas cuna deben estar en la órbita de Educación y que deben garantizarse las condiciones laborales de esos docentes, así como un espacio propicio para trabajar. “No deben ser meras guarderías, donde se deja a los niños cuando los padres tienen otras necesidades. Estos espacios necesitan objetivos educacionales claros y docentes preparados”, agregó. “En los espacios donde la cuestión material está cubierta (por los jardines privados), las propuestas se enfocan más en lo educativo. En aquellos lugares donde las condiciones están vulneradas (por las salas cuna), se centran en lo asistencial”, insistió.
El costo de la labor social
“Acá (por la sala cuna) tenemos niños de familias enfrentadas de la villa que juegan, que son amiguitos; y ese es un salto hacia el futuro de estos pibes. Pero a veces las trabajadoras sociales del Gobierno sólo miran la planilla de asistencia, sin comprender lo complejas que son las relaciones sociales en la villa”, dice “el Pollo” Díaz, de la ONG Benjaminos, al explicar los desafíos que se presentan en contextos de extrema vulnerabilidad.
La ONG que él representa recibe mil pesos por cada alumno de sala cuna. Según sus cálculos, los costos apenas se cubren. Por ejemplo: los 60 mil pesos para una sala cuna con 60 alumnos en doble turno se esfuman en los 12 mil pesos que recibe cada una de las dos maestras, los 18 mil de las cuatro auxiliares, los 9 mil de la cocinera y la auxiliar de limpieza y los 5 mil del alquiler del inmueble. El resto es para comprar la comida: 13,3 pesos diarios por niño.
Educación no formal
“Las leyes nacionales y provinciales de educación consideran al nivel inicial como una unidad pedagógica que comienza a partir de los 45 días y termina en los 5 años del niño. Pero en Córdoba, sólo regula a partir de la sala de 3”, indicó Liliana Simari en su estudio sobre las salas cunas.
Fuentes del Ministerio de Educación provincial admitieron que esta dependencia no regula el funcionamiento de las salas cuna, que están en Equidad y Empleo.
“Las salas cuna no califican hoy como parte del sistema educativo obligatorio, que empieza en sala de 4 para los padres y en sala de 3 para el Estado, porque este debe garantizar espacios en zonas vulnerables. Eso no quita que también estas salas tengan su presupuesto y su personal calificado”, indicaron desde la cartera que conduce Walter Grahovac.
En este sentido, Jure defendió la participación de las agrupaciones sociales, políticas y religiosas y señaló que “la franja entre 45 días y 3 años corresponde al ámbito de la educación no formal, que implica una gestión asociada entre los organismos gubernamentales y otros actores sociales”.
En la ciudad de Córdoba, el 89 por ciento está a cargo de organizaciones políticas y religiosas.
Colaboró: Natalia Lazzarini
A dos años de implementado, el Programa Salas Cuna prevé girar durante 2018 el 67 por ciento de su presupuesto a distintas asociaciones civiles, fundaciones, iglesias y centros vecinales que tienen a su cargo la instrumentación de estos jardines maternales en la ciudad de Córdoba.
Se proyecta, de acuerdo con el Presupuesto de este año, que de los 311,5 millones de pesos que se invierten, 208,6 millones terminarán en este complejo mapa de ONG que tienen a su cargo 104 salas, de las 117 que hay en funcionamiento.
En esta red de organizaciones sociales, políticas y religiosas descansa el Estado para concentrar la educación de niños de 45 días a 3 años de sectores vulnerables: en la ciudad de Córdoba, son responsables de la instrumentación del 89 por ciento del programa. De este grupo, la mayoría está en manos de asociaciones civiles y fundaciones, muchas de ellas manejadas por referentes políticos vinculados a Unión por Córdoba. En el interior, en cambio, las salas cuna están en manos de los gobiernos locales.
La falta de regulación de las salas cuna fue admitida de hecho por el gobernador el jueves último, durante el inicio de sesiones de la Unicameral.
Ante los legisladores, Juan Schiaretti prometió enviar un proyecto de ley “para regular su funcionamiento”. Se refirió a las 323 salas cuna que hay en todo el territorio provincial, adonde asisten, según los datos del Gobierno,
15.020 niños, lo que posibilita que
13.429 madres tengan facilidades para estudiar y trabajar.
En el interior provincial, las salas cuna están en manos de las respectivas municipalidades.
En la ciudad de Córdoba, el Gobierno dice que invitó a la Municipalidad a adherir, pero a la vez se ocupó de tejer esta red de asociaciones civiles.
Punteros
Aunque no puede establecerse cuántas, sí puede asegurarse que muchas de estas ONG están vinculadas con dirigentes territoriales, generalmente de Unión por Córdoba y del Movimiento Evita. Al menos 31 salas cuna están a cargo de asociaciones civiles y fundaciones presididas por dirigentes territoriales del PJ capitalino, según pudo establecer La Voz a través de dirigentes de ese sector político y de perfiles de redes sociales de los referentes barriales.
Consultada sobre si existió un direccionamiento en las aperturas de las salas cuna, la secretaria de Equidad y Promoción de Empleo, Laura Jure, aseguró: “El programa está abierto para todas las entidades de la sociedad civil, municipios y comunas que cumplan con los requisitos. Esto implica que la instalación de una sala cuna se rige sobre requisitos objetivos, sin distinción política ni religiosa”.
Respecto de los criterios para impartir religión en estos establecimientos, la funcionaria indicó: “Todos deben ajustarse a los lineamientos del Programa Salas Cuna, que no distingue credos ni colores políticos. Es el equipo técnico de la Secretaría el que, con controles periódicos, realiza el seguimiento de lo que se imparte y se transmite en los espacios”.
Silvia Quevedo, dirigente de Barrios de Pie, asegura que en el marco de la última campaña electoral “se abrieron muchas salas cuna”, aunque ninguna gestionada por esa agrupación. “Sentíamos que no teníamos las mismas condiciones que el resto de las organizaciones que tenían una inclinación partidaria”, lamentó Quevedo, quien espera que este año la Provincia le otorgue al menos una sala cuna a su agrupación.
Durante el año pasado se inauguraron en la ciudad de Córdoba 41 salas cuna; 20 de ellas abrieron sus puertas después de mayo. De estas, al menos 14 pertenecen a asociaciones civiles o fundaciones cuyos referentes también lo son del peronismo.
Cinco centros vecinales tienen en sus sedes respectivas salas cuna. De estos, cuatro son “gobernados” por referentes de Unión por Córdoba: José Hernández, Renacimiento, Villa Páez y Ferroviario Mitre.
Otras 14 salas cuna están a cargo de iglesias cristianas, la mayoría del culto evangélico. Sólo un gremio cuenta con sala cuna: el Sindicato de Amas de Casas, el bastión de la estructura política de Alejandra Vigo, la exfuncionaria –ahora diputada nacional– que impulsó el programa.
HAY MUCHAS MADRES SOLTERAS QUE PUEDEN SALIR A TRABAJAR PORQUE DEJAN A SUS HIJOS ACÁ.
Pedro “Oso” Escudero, referente de la sala cuna de Campo de la Ribera
ALGUNO VE QUE
EN LA SALA CUNA LE CUIDAMOS EL CHICO A LA MUJER QUE VENDE DROGAS. SACAMOS A ESE NIÑO UN RATITO DE AHÍ.
“Pollo” Díaz, villa La Tela
SE ABRIERON MUCHAS SALAS CUNA, PERO SENTÍAMOS QUE NO TENÍAMOS LAS MISMAS CONDICIONES QUE EL RESTO PARA RECIBIRLAS. Silvia Quevedo, Barrios de Pie