La fortaleza “Gigante” y los que son sus caudillos
El nivel individual de varios jugadores levantó y, para Lavallén, esa es la clave la solidez del equipo como local.
La palabra que describe el transitar de Pablo Lavallén en Belgrano es “comodidad”. Con los resultados a su favor, un equipo que da señales de confianza y jugadores que levantaron su nivel, el surgido de River tiene credenciales para animarse a pensar en algo grande con este plantel.
Parece que su destino está ligado al fútbol de interior. Arrancó su andar en San Juan y luego pasó a otra plaza futbolera como es Tucumán. Pero encontró en Córdoba el punto de madurez necesaria para dejar de ser promesa y volverse un entrenador por observar.
Uno de los principales aliados de este buen inicio del ciclo de Lavallén es sin dudas el Gigante de Alberdi. Si bien el equipo anda muy bien tanto de local como de visitante, el cambio rutilante desde un año a esta parte jugando en casa es fundamentalmente el gran salto de este Belgrano.
Alberdi es una fortaleza. La mística que rodeó su vuelta, la construcción de la nueva tribuna, la espera, el triunfo inicial ante San Martín de San Juan, hacen del Gigante una parada complicada para cualquier equipo.
Para Lavallén, la palabra que resumen el sentir de su equipo en ese estadio otra vez es “comodidad”. “Belgrano siempre se va a sentir mejor en Alberdi. La presión hacia los rivales es otra y también el aliento se siente distinto. Uno se siente cómodo, es tu casa”, afirmó el DT.
“El jugador cuando está en Alberdi sabe que tiene un plus por sentirse cómodo en el lugar en donde juega. Igualmente, yo siempre digo que lo ideal es que desde adentro de la cancha se contagie hacia afuera. Cuando el equipo está bien, el apoyo de la gente multiplica las fuerzas. Lo sentimos nosotros y lo sienten los rivales”, sostuvo.
Para Lavallén, dirigir en canchas donde la gente está cerca, donde el ruido se hace más pronunciado y la presión influye tanto a su equipo como hacia el rival, es un tema conocido. La cancha de Atlético Tucumán tiene muchas similitudes con la del Pirata, y el DT así también lo siente.
“Es muy parecido. Tucumán es muy futbolera al igual que Córdoba. Lo que pasa es que me tocó llegar en momentos diferentes. En Atlético la gente estaba eufórica por la chance de jugar una Copa. Acá la gente venía golpeada por un par de malas campañas y venía a alentar para ver si podía ayudar al equipo a salir del mal momento”, comparó el exjugador de River.
Toda fortaleza para seguir sien-
El volante Joel Amoroso está totalmente recuperado de la lesión en su rodilla y ayer se sumó al grupo. Para el DT Lavallén es una variante importante por las bandas, lugar del campo donde todavía no termina de definir su ideal. Por su parte, Federico Lértora recién podrá trabajar a la par del grupo la semana próxima. El entrenador no quiere arriesgar a un jugador que considera fundamental y por eso irán evaluando la recuperación del desgarro. ¿Repite 11 titular?
do tal necesita de esos referentes que la protejan, que la sostengan y que la reivindiquen en cada oportunidad. El Gigante de Alberdi los tiene. Pablo Lavallén, en tan sólo ocho partidos, logró convertir a un equipo sin confianza y desacostumbrado a ganar, en un hueso duro de roer para cualquier conjunto de esta Superliga.
Lo individual y lo grupal
“Estaba construido de atrás para adelante el equipo, sólo le fuimos dando algunas variantes, no desde los nombres sino desde el estilo. A veces es difícil cambiar los paradigmas históricos de algunos equipos. Los hinchas no quieren o piensan que lo pasado es lo mejor. Queremos darles las variantes y las herramientas para que puedan hacer cosas”, contó.
Entre esos líderes dentro y fuera de la cancha que tiene Belgrano, Lavallén identifica varios tipos, cada uno cumpliendo su rol de forma importante. “Hay liderazgos anímicos y creo que Federico Lértora es uno que lo encara muy bien. Jorge Ortíz es un líder desde lo futbolístico. Cristian Lema lo es desde lo temperamental, desde lo que transmite con su empuje y entrega en la cancha”, afirmó.
Un capítulo aparte le dedicó a Matías Suárez, el “10” Pirata que no sólo se reencontró con su nivel sino con el gol: “Es un jugador inteligente, que entiende el fútbol. Por ahí no pega un grito pero sí con una indicación termina siendo importante para el grupo”.
A su vez, el técnico destacó la labor de dos jugadores que vienen sorprendiendo de muy buena forma tanto al cuerpo técnico como la los hinchas. “Lo de Tomás Guidara me parece muy importante. Es un chico que está bien centrado, escucha y demuestra con su forma de jugar que tiene temperamento. Erik Godoy, sin ser un tipo verborrágico, habla poco pero lo que dice es importante, lo justo”.
Godoy Cruz, el próximo domingo a las 17 en Mendoza es el siguiente desafío de los soldados de Lavallén, que fuera de casa también demostraron su fortaleza. Y quizá haya algo de Alberdi allá: hoy se define si podrán ir al estadio los hinchas de la “B”.