Unaediciónexitosa y permeablealoscambios
Cosquín Rock 2018 fue de fractura en varios niveles. Sobre todo en el artístico, donde mostró un perfil diverso y consistente. Y, pese al clima, convocó a 80 mil personas. ¿ Es mejor la oferta concentrada en dos días?
La edición 2018 de Cosquín Rock tuvo un saldo favorable en varios niveles, ya que son más los detalles rescatables que los olvidables, según el criterio de VOS. Y se plantean a continuación.
El salto artístico. El evento atendió los cambios que se manifiestan en las escenas emergentes. Y José Palazzo, el organizador, supo delegar la producción de espacios que lo excedían en cuanto a gusto y entendimiento. El Mató y Los Espíritus en el escenario principal dieron cuenta del asunto, como así también una lista sábana de los tablados alternativos.
El conservadurismo, interpelado. Mientras en los escenarios chicos las bandas nuevas se rein- ventan y se jaquean a sí mismas ( Usted señálemelo como caso revelador), las consagradas tocan listas al carbónico y repiten tics año a año. Aun así, hay que rendirse ante la evidencia de que son ellos los que cortan tickets.
La duración. Quedó demostrado que Cosquín Rock intensifica su impacto con una duración de dos días. Sobre todo, en un contexto de economía recesiva como el actual. En una oferta de tres, una de las jornadas palidece.
El amparo gubernamental. La experiencia CBA X, la pata oficial que impulsa el desarrollo de los deportes extremos, desplegó todo su ímpetu en el aeródromo de Santa María de Punilla. Y de esa manera, visibilizó un respaldo decidido del Gobierno provincial, que por otra parte se tradujo en la puesta de un escenario con buena técnica y producción exclusivamente para bandas cordobesas. Antes, este respaldo sólo redundaba en cartelería institucional.
Cambió el paradigma. Antes de esta edición, el evento se permitía filtrar en la programación compromisos y gauchadas. Pero en la actual no hubo margen para eso. Se impuso un sentido común tuteado con el profesionalismo y el buen gusto, algo que demostraron los sendos muestreos reggae y heavy de los temáticos. Por otro lado, Cosquín Rock ya no parece ser sólo el termómetro para saber qué banda de extracción “chabona” protagonizará el próximo fenómeno de aceptación. En un contexto de éxtasis indie hipster, Sueño de Pescado es una rareza.
Feminismo sin mujeres. En tiempos de empoderamiento femenino, el evento no tuvo bandas de ese género. Pero al cierre, Los Gardelitos atenuaron la omisión al invitar a representantes de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina ( Ammar). “No hay revolución sin feminismo, no hay feminismo sin las putas”, advirtió Eli Suárez.