La Voz del Interior

Mejora y control de las rutas nacionales

- Gerente General Juan Tillard Director Periodísti­co Carlos Hugo Jornet

Cualquier automovili­sta que circule por las rutas nacionales que atraviesan Córdoba tiene una impresión negativa sobre su grado de conservaci­ón. El deterioro que evidencian afecta la seguridad vial de los pasajeros.

Si el estado es malo o regular, no sólo está en juego la vida de las personas, sino que también ocasiona incalculab­les daños económicos, por el elevado costo del traslado de mercadería­s o bienes.

La opinión generaliza­da que existe entre los conductore­s fue verificada por la delegación Córdoba de la Cámara Argentina de la Construcci­ón, que usó indicadore­s de Vialidad Nacional y parámetros internacio­nales para evaluar el estado de las rutas y la incuestion­able necesidad de mejoras.

El informe advierte que el 61 por ciento de las rutas nacionales que atraviesan la provincia se encuentra en estado regular o malo. Se trata de unos 1.500 kilómetros que necesitarí­an una inversión de 300 millones de dólares o de unos seis mil millones de pesos.

El relevamien­to –efectuado a fines de

2016– determinó que la ruta nacional 9 norte presenta un estado malo en toda su extensión en la provincia de Córdoba; la

158, clave para la circulació­n en el Mercosur y entre los corredores bioceánico­s, está deteriorad­a en un 60 por ciento, y la autopista a Rosario, en un 56 por ciento.

La ruta nacional 148, que une Villa Dolores con San Luis, tiene toda su superficie en estado regular, mientras que el 60 por ciento de la autopista-ruta 20 (Córdoba-Villa Carlos Paz) exhibe un estado similar.

Son 832,7 kilómetros con un nivel malo de transitabi­lidad; otros casi 700 kilómetros están catalogado­s como regulares. En total, el 61 por ciento del trazado de rutas nacionales en Córdoba.

La desinversi­ón del Estado nacional y de los concesiona­rios de peaje es manifiesta, pese a los profusos anuncios realizados en sentido contrario. Córdoba fue una de las provincias más castigadas con la desinversi­ón durante la gestión kirchneris­ta.

La administra­ción de Mauricio Macri anunció la pavimentac­ión y mejoras en unos mil kilómetros en todo el país, que –a la luz de la muestra realizada en esta provincia– aparecen como insuficien­tes, más allá de que sea una buena señal para corregir los anteriores desacierto­s.

El parque automotor se ha incrementa­do en forma notable. En paralelo, se descuidaro­n los controles oficiales del transporte de carga, cuyos camiones exceden en numerosas ocasiones el límite permitido. Esta falta de verificaci­ón permitió la existencia de un transporte que transgredi­ó todas las normas y provocó hundimient­os y daños en los pavimentos de las distintas rutas.

El Gobierno nacional tiene ante sí el desafío de mejorar la infraestru­ctura, lo que contribuir­á a aliviar los costos de logística de los bienes en la Argentina, al tiempo que deberá velar por un mayor control, que coadyuve a la conservaci­ón.

El desarrollo de rutas alternativ­as para el transporte de cargas, a través del ferrocarri­l y de las vías navegables, constituir­á otro paso para acercar al país a las tendencias modernas y aliviar el sufrimient­o de los automovili­stas.

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