Para matarte otra vez
Las series inspiradas en casos reales son tendencia en la TV por cable y “streaming”. Se trata de historias policiales recientes que tuvieron gran resonancia mediática.
Cada vez más series se inspiran en casos criminales reales.
Los crímenes y criminales de la vida real han inspirado a la ficción desde tiempos inmemoriales. En 1830, ocurrió un homicidio horroroso en el norte de los Estados Unidos: unos sobrinos con problemas financieros se complotaron y contrataron a un hombre para asesinar a su tío y así cobrarse luego una millonaria herencia. Se dice que este caso verídico disparó en la mente de Edgar Allan Poe el fantástico y famoso cuento El corazón delator, en 1843, sobre un hombre que decide asesinar a un anciano con el que vive.
También Agatha Christie habría tomado datos del secuestro y homicidio de un niño para componer su célebre Asesinato en el expreso de oriente publicado en 1934. Y el escritor Thomas Harris estudió el caso de un señor que despellejaba y cosía la piel de sus víctimas para hacerse la ropa, que luego influiría a El silencio de los inocentes.
Como dice el refrán, la realidad supera a la ficción y, a veces, de manera escalofriante. Esto parece ser muchas veces una fuente de iluminación para los autores pero, además, se constituye también como material de estímulo para lectores: la mente criminal, la psicología del asesino, lo sanguinario de un homicidio y, en especial, los casos seriales o los que involucran a algún famoso son temas que copan la atención.
Más cerca en el tiempo y adaptada al formato televisivo, la realidad también ha influido el argumento y los protagónicos de varios programas y televidentes. Por estos días, la pantalla nos trae un poco de todo: asesinos seriales, locos y criminales de guerra. Todo ellos existieron en la vida real.
Versace y O.J.
Por ejemplo, en la señal Fox se puede ver la segunda temporada de la serie antológica American Crime Story, que esta vez cuenta el asesinato del modisto Gianni Versace en 1997 a manos de Andrew Cunanan. No se trata de una versión oficial, como se encargaron de explicar en varias oportunidades los productores, sino más bien de una reinterpretación de los hechos y un intento de acercamiento a la mente del asesino, modelada por la ficción.
Lo interesante de esta serie, que ya se había visto en la primera temporada con el caso del atleta y actor O.J. Simpson, es la reconstrucción del clima de la época cuando se cometieron los crímenes: el rol de la mujer, el VIH y la brutalidad policial son algunas de las temáticas que contextualizan y le sacan un poco el tono de thriller a la trama.
La plataforma Netflix tampoco ha estado ajena al fenómeno de la
reconstrucción y lanzó varias series inspiradas en casos reales. Por un lado, Mindhunter , de David Fincher, que sigue a dos agentes del FBI en la década de 1970, encargados de hacer el perfil de asesinos seriales cuando todavía no se conocía el término. El valor agregado de esta historia reside en la incorporación de personajes de la vida real como Ed Kemper y Richard Speck, condenados a prisión por crímenes horrendos: el primero asesinó a varias colegialas y a miembros de su familia; el segundo se desquitó con estudiantes de enfermería.
Netflix también ofrece en su plataforma de streaming Manhunt:
Unabomber. La serie sigue, también con licencias, la vida y captura de Theodore Kaczynski, un terrorista estadounidense que se erradicó en la montaña y que espantó a su país durante casi dos décadas enviando cartas bomba para exponer sus ideas sobre la sociedad moderna. Los sobrecitos se cobraron tres vidas y decenas de heridos a fines del siglo pasado.
Europa Europa, por su parte, está emitiendo desde esta semana la miniserie Riphagen ,quesigue al criminal del mismo nombre, un tipo de nacionalidad holandesa que se alió con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y además aprovechó para robarles a los centenares de judíos que estafó antes de entregarlos al régimen de Hitler. Los más llamativo de esta historia es que en la vida real, una
vez finalizada la guerra, Riphagen se escapó a la Argentina, en donde terminó haciendo tareas para el gobierno de Perón.
La tevé estadounidense también estrenó esta semana (sin fecha local aún) una nueva serie sobre la masacre de Waco (con protagónicos de Michael Shannon y Taylor Kitsch), centrada en la figura de David Koresh, el líder de una secta religiosa, acusado de traficar armas y abusar de niños. Según la historia oficial, Koresh y su grupo resistieron un asedio policial durante semanas en un rancho de Texas en 1993, y el asalto terminó 71 días más tarde con un incendio y más de 80 personas muertas.
Los criminales reales reviven en la pantalla, para todos los gustos.