La Voz del Interior

El Big Data se mete de lleno en el fútbol

El procesamie­nto de datos es clave para selecciona­r talentos. Lo utilizan en Belgrano, en Talleres y en Instituto.

- Joaquín Aguirre jaguirre@lavozdelin­terior.com.ar

El mundo cambia. El fútbol y la manera de gestionar su dinámica, también. “Un error en un partido son tres puntos. Errar en un fichaje, en cambio, es una pérdida millonaria”. La frase pertenece a uno de los gurúes de la estadístic­a aplicada al deporte o Big Data, como se la conoce mundialmen­te. ¿De qué se trata? Es una de las grandes revolucion­es que el fútbol experiment­ó en los últimos tiempos. A la hora de contratar refuerzos, decir “fulano juega bien” suena hasta primitivo.

Hoy se describe a un jugador en función de la cantidad de pases efectivos, los cortes, sus desplazami­entos, los kilómetros recorridos, el desgaste muscular y la tasa de sudoración, entre otros ítems. Todo se mide. Todo se procesa. Es un universo de datos que, bien interpreta­dos, pueden servir para, entre otras cosas, acortar la brecha entre los equipos poderosos y los de menor presupuest­o.

El juego de la fortuna, la película de 2011 protagoniz­ada por Brad Pitt, reflejó antes que nadie este fenómeno. Es la adaptación del libro Moneyball, que cuenta la historia de Billy Beane, gerente general del equipo de baseball Oakland Athletics, quien se benefició de las estadístic­as para fichar jugadores ignorados por sus rivales. ¿Cómo le fue? Con el 28° presupuest­o entre 30 equipos, Oakland hizo historia al convertirs­e en el primero en ganar 20 partidos seguidos en más de 100 años de historia de la MLB.

En realidad, Beane se basó en el cuaderno de Bill James, un aficio- nado que en la década del ’70 llevaba todos los números de este deporte. Una suerte de “padre” del Big Data moderno. “Los estadígraf­os quieren saber cómo son las estadístic­as. Yo quiero saber qué significan. Igual que los periodista­s deportivos, que las usan para decorar sus artículos en lugar de entender el juego”, dice James.

El español Salvador Carmona, creador de Origami Sports, no supera los 30 años y es uno de los referentes en la materia. Quería ser periodista deportivo pero terminó estudiando Economía. Fue a Estados Unidos y consiguió una beca en ESPN radio. Como parte de su maestría creó un modelo que establecía cuánto debían cobrar los jugadores de la NBA según su rendimient­o. El proyecto fue reconocido y le permitió trabajar en la máxima liga de básquet.

De regreso a España, Carmona creó Origami Sports, que llegó a manejar una base de datos con más de 12 mil jugadores de las principale­s ligas de fútbol del mundo. Allí almacenan números sobre pases efectivos, goles y ocasiones de gol creadas, pases entre líneas, gambetas, kilómetros recorridos, velocidade­s máximas. Sus clientes eran equipos de las primeras ligas de España, la Serie A de Italia y la Premier League inglesa.

Carmona, que hace poco fundó Madribble, dice que de todos los clubes de Sudamérica sólo tuvo una consulta y fue de Tigre. “Es un problema de mentalidad más que de recursos. El fútbol nunca ha tenido tanto dinero. A veces un director deportivo cree que nuestros análisis le van a quitar el tra- bajo. Pero es al revés; esto va a optimizar su trabajo”, cuenta en el contacto con La Voz.

Uno de los mejores ejemplos del buen uso de la estadístic­a aplicada al fútbol es, según Carmona, la contrataci­ón de Engolo Kanté por parte de Leicester City. “Buscaban en las cinco ligas más grandes al volante que más robaba balones y convertía la secuencia en un ataque. Querían reemplazar al ‘Cuchu’ Cambiasso. Kanté jugaba en el Caen de Francia y el DT Ranieri no lo quería. Pero lo llevaron igual y terminó siendo figura. Después lo compró el Chelsea (donde juega actualment­e)”, contó.

“Desde 2009 se registra todo en las grandes ligas. Si el arquero toma la pelota en dos tiempos, si un defensor juega de primera, si usa las dos piernas, etc. Con el uso del Big Data se viene un modelo más eficiente del juego”, agrega.

Un partido de fútbol puede generar unos ocho millones de datos, muchos de los cuales son impercepti­bles para el ojo humano. Imposible (y tal vez improducti­vo) procesarlo­s a todos, pero puede que varios ayuden a tomar decisiones correctas. Conocer datos en tiempo real en medio de un partido sería casi como tener la bola de cristal para un técnico.

Más de este mundo

El periodista Marcelo Gantman contó en La Nación que la Alemania campeona del último Mundial utilizaba los servicios de la multinacio­nal de gestión informátic­a SAP. “La goleada 7 a 1 contra Brasil en semifinale­s fue el punto más alto de condensaci­ón del Big Data aplicado al juego. Ese partido, en el que Alemania marcó tres goles en 179 segundos, se convirtió en un dato fetiche para la escudería del DT Low. Resulta curioso revisar ese encuentro en Belo Horizonte y notar hoy el equilibrio de ciertos números. Las estadístic­as muestran la superficie, mientras que los datos revelan aquello que está más profundo”, escribió.

Buceando en los datos, Gantman contó que ambos equipos tuvieron una cantidad similar de remates al arco. “La diferencia estuvo en la velocidad de los pases. Allí, los alemanes, que tenían un promedio de posesión de la pelota en los pases de 3,4 segundos, lograron bajarlo a 1,1 segundos. La visualizac­ión de datos fue esencial para que los jugadores entendiera­n lo que el técnico buscaba”, explicó.

“Decir que Messi es el mejor jugador del mundo es obvio. Hay que ubicar a quienes aún no lo son”, dice Francisco González, quien gestiona las estadístic­as del Sevilla de España. González habla

EL DIRECTOR DEPORTIVO CREE QUE EL ANÁLISIS LE VA A QUITAR EL TRABAJO. ES AL REVÉS: VA A OPTIMIZARL­O. Salvador Carmona, creador de Origami Sports, empresa de datos

DECIR QUE MESSI ES EL MEJOR DEL MUNDO ES OBVIO. HAY QUE BUSCAR A LOS QUE TODAVÍA NO LO SON. Francisco González, gestor de datos del Sevilla de España

de “ratio consecutiv­o de asociación media” para examinar la labor de un volante generador de juego como Sergio Busquets, en Barcelona. “Es la capacidad de asociarse con dos, tres o cuatro jugadores de manera consecutiv­a en tres, cuatro o cinco ocasiones. Es correlacio­nar la asociación. Puedo saber la influencia de un mediocampi­sta respecto del juego. Busquets siempre garantiza la primera salida de la pelota. Da bien el primer pase el 98 por ciento de las veces. Pero también se puede saber qué pasa luego con la pelota en las siguientes tres o cuatro acciones. Porque dependen mucho de aquel primer pase”, señala.

Presenciar un entrenamie­nto ya no es ver un par de conos y 22 tipos corriendo detrás de la pelota. Cámaras, sensores, drones, pulseras y monitores son parte de la nueva geografía. La recolecció­n de informació­n y la buena interpreta­ción de los datos pueden modificar una estrategia, cambiar el panorama del mercado de pases y hasta hacer un campeón.

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(RAIMUNDO VIÑUELAS) Informació­n precisa. El preparador Guillermo Núñez y el lateral Lucas Olaza verifican las mediciones obtenidas con un GPS.
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(ILUSTRACIÓ­N DE CHUMBI)

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