La Voz del Interior

Eventos adversos en Córdoba y en todo el país

- Héctor Maisuls Médico*

Se define como “evento adverso” a la injuria o complicaci­ón no intenciona­l consecuenc­ia del cuidado médico o a todo aquel derivado del cuidado de la salud y no de la enfermedad misma del paciente. Se clasifican como significat­ivos sólo aquellos que producen prolongaci­ón de la estadía de la internació­n, necesidad de reinternac­ión, secuela transitori­a (menor que un año), secuela definitiva o muerte.

En 1999, la publicació­n Errar es humano, del Instituto de Medicina de los Estados Unidos, estimó que los errores médicos causan entre

44 mil y 98 mil defuncione­s cada año en sus hospitales, más que los accidentes de tránsito, el cáncer de mama o el VIH.

El Departamen­to de Salud del Reino Unido, en su informe del año 2000, estimó que se producen eventos adversos en aproximada­mente el 10 por ciento de las hospitaliz­aciones, o alrededor de

850 mil eventos adversos al año. El grupo de trabajo sobre calidad de la atención hospitalar­ia de hospitales para Europa calculó en

2000 que uno de cada 10 pacientes internados sufre daños que se pueden evitar.

Por estos hallazgos, en 2004, la OMS lanzó la Alianza Mundial por la Seguridad de los Pacientes con recomendac­iones para todos los países. En 2008, la provincia de Córdoba estableció la Seguridad de Pacientes como política de Estado a través de la resolución ministeria­l 965/08, por la cual se crean los comités de seguridad de pacientes en los hospitales de alta complejida­d, y por resolución ministeria­l 1091/15 se estableció el Programa de Vigilancia, Control y Prevención de Infeccione­s Asociadas al Cuidado de la Salud.

El único estudio en América latina sobre eventos adversos es el Ibeas, con la participac­ión de México, de Perú, de Argentina, de Costa Rica y de Colombia, con resultados generales para el subcontine­nte. La prevalenci­a encontrada fue de 10,5 por ciento de pacientes internados con eventos adversos y la incidencia anual alcanzó el 19,8 por ciento.

Los eventos adversos más comunes fueron, en orden de frecuencia: infeccione­s asociadas al cuidado de la salud (37,14 por ciento) y a procedimie­ntos (28,69 por ciento), cuidado directo del paciente (13,27 por ciento), por medicación (8,23 por ciento) y errores diagnóstic­os (6,15 por ciento).

No existen otros registros de países o regiones de América latina por problemas legales para la notificaci­ón oficial de eventos adversos, debido a la amenaza cierta que perciben los profesiona­les frente al error y al consecuent­e juicio de mala praxis.

Las nuevas doctrinas de la seguridad de pacientes establecen que muchos errores no son por negligenci­a, impericia e imprudenci­a, sino debido al azar o a errores de sistema. La controvers­ia persiste.

La única forma de estudiar y de prevenir los eventos adversos es que su notificaci­ón no sea punitiva y que se pueda aprender y corregir desde el análisis de la causa raíz establecid­a para los pacientes fallecidos .

* Subsecreta­rio de Coordinaci­ón de Atención Médica, Calidad Hospitalar­ia y Seguridad del Paciente del Ministerio de Salud de Córdoba

LA ÚNICA FORMA DE ESTUDIAR Y PREVENIR EVENTOS ADVERSOS EN LOS CENTROS DE SALUD ES QUE SU NOTIFICACI­ÓN NO SEA PUNITIVA.

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