Perramus de piel de camello
La última vez que cayó preso Rolando Ricardo “Ciego” Hidalgo
(62), el peligroso delincuente abatido en el asalto de Nueva Córdoba, fue en 2014.
Por ese entonces, el fiscal Marcelo Fenoll se desempeñaba en el fuero Narcotráfico y ordenó un procedimiento en un barrio del sudeste de la ciudad. En el allanamiento a la vivienda, dos personas escaparon por los fondos de la propiedad y, minutos después, se los vio escapando en una camioneta, a toda velocidad.
La persecución terminó con la detención de quien había actuado como chofer de la Toyota Hilux Limited, “el Ciego” Hidalgo. Llevaba un bolso con más de 300 mil pesos. Los policías le preguntaron por ese dinero y respondió: “Vos sabés de dónde viene, agarrala y dejame seguir”.
Imputado por Fenoll de cohecho (coima) y encubrimiento (por ayudar a escapar a los narcos), Hidalgo fue juzgado en diciembre de
2017 y terminó absuelto en la Cámara 6ª del Crimen. “La sola declaración de los policías no alcanzaba”, sostuvo el veredicto del debate.
Lo más llamativo es que además del perdón judicial, al “Ciego” le devolvieron la camioneta y hasta el dinero secuestrado.
Pero lo que impresionó a quienes asistieron a los actos instructorios fue el trato que le dispensó este pistolero a Fenoll en una de sus visitas a Tribunales 2, luego de que el juez de Control lo excarceló.
“Llegó vestido con un Perramus de piel de camello auténtica”, relató ayer Fenoll a este diario.
Algunos dependientes que acompañaban al fiscal relataron que llegó acompañado de su mujer, “jovencísima y despampanante”. Tenía unos 25 años.
Fenoll dice que lo impactó el trato que le dispensó Hidalgo: “Tenía un porte impactante y me trató con mucho desdén, como si yo fuera poca cosa para él”.