Un jinete chileno se lesionó en Jesús María y no puede volver a su país
Se salvó de milagro tras caerse durante su faena en la jineteada de Jesús María. Estuvo en coma. Hoy se recupera, pero precisa traslado urgente a su país para rehabilitarse.
JESÚS MARÍA. José Luis Guerra Rivera (32) llegó al Festival de Doma y Folklore de Jesús María con un sueño: convertirse en el mejor jinete chileno representando a su país en la cita de enero pasado. No tuvo suerte. Y tuvo suerte, a la vez. No la tuvo porque jineteando se cayó en dos noches consecutivas y en la segunda se retiró inconsciente del campo de doma. Y la tuvo porque logró salvarse de lo que en principio parecía una muerte cerebral irreversible.
Vale tomar dimensión del estado en el que llegó al sanatorio Caroya: tenía hematomas varios y un derrame cerebral de magnitud en la zona del hipotálamo. La pericia del neurocirujano Claudio Centurión fue clave para evitar su muerte. Guerra Rivera pasó por una traqueotomía y por una incisión en la zona craneana para evitar inflamación interna. Estuvo en coma inducido durante casi diez días. Cuando despertó, fue considerado como un milagro.
El jinete que representó a Chile durante el pasado festival es soltero, no tiene hijos, vive en Puerto Natale y trabaja como camionero. Su familia está pidiendo hoy que lo trasladen a Rancagua, donde residen, para poder comenzar con su rehabilitación urgente. Pero ese trámite también se le complicó.
José (67), padre del jinete, así lo resumió: “Quiero que me ayuden a trasladarlo porque no tengo recursos económicos para hacerlo. Él ya se está parando, pero se quiere ir, está muy enojón y lo menean de aquí para allá. Yo no pido nada, sólo que me den la autorización para llevarlo”.
Respecto del estado de salud del joven domador, su padre apuntó: “A veces me reconoce y a veces no. Por ahí está hablando conmigo y me pregunta por su papá. No se acuerda de que su hermano mayor y su abuelo fallecieron. Ni siquiera se acuerda del accidente. Él dice que tuvo un golpe en la cabeza, pero no sabe cómo se lo hizo”.
Desde que Guerra Rivera está internado, el centro de salud emitió partes médicos que fueron retransmitidos por la Secretaría de Prensa del festival. En ninguno se mencionó diagnóstico alguno. Lo que sí está claro es que –más allá de las sesiones de fisioterapia que recibe a diario y de curaciones en proceso– el jinete no está recibiendo un tratamiento de rehabilitación.
La preocupación de la familia es que esté perdiendo funciones y que ese proceso resulte irreversible si no apuran el traslado a Chile y comienza con la rehabilitación urgente.
Burocracia
Hace tres años, el festival vivió una situación similar con el jinete Cristian Rollari, de Salta, quien tuvo una caída que lo dejó con una parálisis permanente de la cintura para abajo. Estuvo 30 días internado hasta que en un avión sanitario fue trasladado a su provincia. En este caso, la situación es más compleja por tratarse de gestiones que hay que encarar en conjunto con las autoridades diplomáticas chilenas.
Esta semana, a través del consulado de Chile en Córdoba, se conoció que el jinete será admitido en el centro de salud O’Higgins por un equipo de neorocirujanos que lo evaluará para continuar el tratamiento, en Rancagua. Pero el aeropuerto de esa ciudad chilena no tiene aduana y entonces autoridades militares tendrán que acompañar el momento del aterrizaje. Para sumar demoras, Guerra Rivera tiene vencida la visa y también hay que tramitarle eso.
Juan López, vicepresidente segundo del festival de Jesús María, explicó: “Estamos en contacto permanente con autoridades de la Provincia porque, por el estado de salud del paciente, no podemos enviarlo en un vuelo comercial, cosa que ya hubiéramos hecho. Entonces, tenemos que evaluar, primero, qué tipo de avión podría trasladarlo y, luego, coordinar con ambulancia, aeropuerto y el hospital de Chile todo”.
“Además, la comunicación oficial del consulado chileno era imprescindible para poder continuar con el trámite y ese papel nos llegó con fecha 21 de febrero”, añadió López.
Desde que se anunció que el paciente estaba en condiciones de su traslado a Chile, el 1° de febrero, ya pasó una quincena. Guerra Rivera no ve las horas de cruzar la cordillera para afrontar lo que viene en su país natal, si la burocracia se lo permite.