“Fue un error: iban por algo común y había profesionales”
El padre de Franco Ferraro dice que no se les advirtió de la gravedad a que se enfrentaban. Quebrados, sus familiares lamentan que habían pedido varias veces el traslado del joven.
“Ese día, el del velorio, fue todo el pueblo. Mayores, menores, vecinos, desconocidos. Adhirió todo el pueblo, porque Franco era lo que nosotros dijimos, una excelente persona y buen policía. Pero… ¿de qué vale hoy ser buena persona?”.
Francisco Ferraro habla pausado hasta que acelera y va más allá de sus creencias, como en su pre- gunta sobre qué tan importantes son los valores frente al dolor.
Él mismo se responde al sostener que el apoyo y la contención recibida son producto de una vida de buenas acciones, que todo lo positivo que se hace vuelve.
Entonces pide disculpas por poner en duda si es necesario hacer el bien.
Dos semanas atrás le informaban que su hijo, Franco, había sido abatido en el tiroteo ocurrido a la la madrugada en Nueva Córdoba.
“Creo que fue un error el operativo, cómo fueron. Estos niños han ido pensando que era una falsa alarma, o un procedimiento más, y no era así: estaban con profesionales de la delincuencia”, explicó a LaVoz Francisco Ferraro.
“Él hizo lo que yo le pedía que no hiciera. Le decía que tuviera desconfianza en cada procedimiento, pero el hecho de ser joven y de tener poca antigüedad hizo que fuera así, y terminó encontrándose con esta mugre de personas, si se las puede llamar así”, agregó.
¿Cómo lo mataron?
Siguiendo con la investigación judicial, el fiscal Rubén Caro aún está intentando esclarecer lo acontecido en el ingreso al edificio de Rondeau 84. Por el hecho hay dos delincuentes abatidos, dos detenidos e igual cantidad de prófugos identificados como integrantes de la banda.
Franco trabajó cuatro años en la Policía, alquilando un departamento en la ciudad de Córdoba y volviendo constantemente a San Carlos Minas.
Durante ese tiempo su familia pidió incansablemente su traslado, tanto para poder estar cerca de sus afectos como por “la vida que se lleva en la ciudad”.
Criado en el pueblo
“Lo veía preocupado por lo que es el ritmo de la ciudad de Córdoba, y principalmente por la delincuencia latente. Habíamos hablado con muchas personas para conseguir un traslado hacia el interior, nos habían dicho que capaz después del operativo verano, pero en cuatro años nunca pudieron hacer el cambio”, indicó Ferraro.
Con 30 años en la fuerza, Francisco intenta entender la negativa. A Magdalena, la madre de Franco, le cuesta mucho más comprenderlo y pidió directamente al jefe de la Policía que escuche a las familias y que contemple este tipo de pedidos, además de considerar que mandar a un joven policía criado en un pueblo a patrullar Córdoba es mandarlo a la boca del lobo.
“Yo la entiendo por el sufrimiento de madre. Está muy dolida con todas las personas a las que hablamos pidiendo el traslado; también está sentida con Dios, pero el tiempo va a aliviar la herida. A mí esto me alcanzó a doblar, pero no me quebró; no me puede quebrar porque tengo que estar para mi familia. Lo recordamos todos los días, nos reímos de su alegría”, añadió.
Si bien no culpan, los constantes pedidos de traslado y el resultado final los hacen enojar: piensan que, si alguien hubiera escuchado, tal vez Franco no habría ingresado al edificio esa noche de febrero.