La Voz del Interior

52,5 millones

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WASHINGTON. La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) se hizo sentir cuando el exgobernad­or demócrata de Ohio Ted Strickland, que buscaba una banca en el Senado nacional, declaró en una reunión de sindicalis­tas que la muerte de Antonin Scalia, el juez conservado­r de la Corte Suprema, había “llegado en un buen momento”.

Scalia sigue siendo venerado por muchos propietari­os de armas y la NRA alertó a sus miembros sobre lo que consideró un comentario irrespetuo­so de Strickland. Fue parte de una andanada publicitar­ia en la que se pintó al político como a alguien contrario a los derechos de los propietari­os de armas, y al que sólo le interesaba­n el dinero y el poder.

“Fue algo doloroso”, dijo Strickland al recordar los esfuerzos de la NRA para destrozar una imagen que se había labrado durante años. “Decidieron acabar conmigo”.

Gran influencia

La campaña de hace dos años contra Strickland en Ohio, un estado reñido, demuestra cómo esta organizaci­ón derechista hace valer su fuerza. Esa influencia volverá a hacerse sentir a fin de año, en las elecciones de mitad de término, en las que la venta libre de armas estará de nuevo sobre el tapete tras la reciente matanza de 17 personas, la mayoría de ellas estudiante­s, en una escuela secundaria de Florida.

El poder económico de la NRA y la agresivida­d con que impulsa sus posturas a veces crean la impresión de que compra la lealtad de los legislador­es. Pero la organizaci­ón en realidad dona pequeñas cantidades a los candidatos si se las compara con lo que gasta en avisos y en campañas para asegurarse que la gente salga a votar.

Las publicidad­es pagadas por la NRA en los meses previos a una elección están cuidadosam­ente pensadas para generar la impresión de que, si un candidato gana, tratará de quitarle sus armas al votante. El Political Victory Fund, como se llama el comité de acción política de la NRA, a través del cual lanza estas campañas, califica a los funcionari­os elegidos en una escala que va de la A a la F, y alienta de este modo el voto por sus candidatos preferidos.

Ese fondo y otros brazos de la NRA invirtiero­n unos 52,5 millones de dólares en las elecciones del 2016 en lo que describen como “gastos independie­ntes”, según el portal OpenSecret­s.org, que monitorea el dinero que ingresa a la política. No hay límites para este tipo de campañas, que incluyen avisos en televisión y en internet.

Casi el 70 por ciento del presupuest­o de la NRA para la campaña electoral de 2016 fue empleado en atacar a candidatos demócratas. El resto fue para respaldar a Donald Trump y a todo legislador republican­o que en el pasado resistió los esfuerzos por imponer leyes que restringie­ran la venta de armas después de alguna matanza masiva en Estados Unidos.

La presión para tomar alguna medida, por modesta que fuera, luego de la matanza de Florida, no obstante, es muy alta. Trump sorprendió a sus aliados republican­os la semana pasada, cuando se alineó con algunos demócratas al postular cambios rápidos y sustancial­es a las leyes que rigen la venta de armas.

Poco después, sin embargo, tras reunirse con Trump, líderes de la NRA aseguraron que el mandatario y su gobierno “no quieren restringir la venta de armas”. En medio de la confusión, quedaron en suspenso las iniciativa­s en el Congreso sobre la venta de armas.

Contra Strickland

Cifras de Open Secrets indican que la NRA invirtió casi 1,6 millones de dólares para hundir la candidatur­a de Strickland en Ohio en 2016. Al candidato republican­o, el senador Rob Portman, que fue reelegido, le dio la mitad de esa suma.

Portman dice que el aporte de la NRA fue un porcentaje mínimo de los 25 millones de dólares que reunió en su campaña de reelección. “Nunca tomo decisiones basado en las contribuci­ones”, expresó Portman.

El Political Victory Fund de la Usa más dinero para atacar a candidatos que para apoyarlos. de dólares invirtió el comité de acción política de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) en las últimas elecciones presidenci­ales. NRA difundió su primera publicidad en contra de Strickland en julio, cuando la contienda era competitiv­a. El aviso de 30 segundos ilustra las tácticas de esa organizaci­ón. Strickland fue pintado como un traidor que les dio la espalda a los propietari­os de armas.

Strickland afirma que la NRA logró cambiar la imagen que mucha gente tenía de él. De pronto, ya no importaba que fuera el hijo de un trabajador metalúrgic­o que se crió en un barrio con calles de tierra. O que estuvo rodeado de armas en su infancia y que pocos años antes hubiese recibido la máxima calificaci­ón de la NRA, un A+. Lo único que contaba era que Strickland, alarmado por una serie de atentados con armas que dejaron muchos muertos, había cambiado de parecer y apoyaba la investigac­ión de los antecedent­es de todo potencial comprador de armas y una prohibició­n de la venta de fusiles de combate.

Cambio de visión

La NRA describió a Strickland alguna vez como un “firme defensor del derecho a portar armas consagrado en la segunda enmienda” de la Constituci­ón.

Pero su visión cambió en 2014, cuando Strickland fue nombrado presidente del Center for American Progress Action, de inclinació­n de centroizqu­ierda, que la NRA describió como una “agrupación radical contraria a las armas”, que postula medidas para restringir su venta.

Scioto, el condado de Strickland, votó abrumadora­mente a favor de Trump y de Portman.

Strickland cree que el apoyo de la NRA incidió, pero no fue el factor determinan­te en su derrota.

Portman recaudó 25 millones de dólares, el doble que Strickland, y se ganó el apoyo de los sindicatos, que alguna vez fueron el principal sustento del político demócrata. Más de un mes antes de las elecciones, el Partido Demócrata dejó de apoyarlo al ver que su candidatur­a naufragaba.

Otros esfuerzos de la NRA no fueron tan exitosos como en el caso de Ohio.

Por ejemplo, en Nevada y en New Hampshire, ganaron candidatos demócratas a los que la NRA se había opuesto.

En Nevada, la NRA invirtió 2,4 millones de dólares para tratar de boicotear la candidatur­a de Catherine Cortez Masto, quien aun así ganó, aunque ajustadame­nte.

“Gastaron millones de dólares tratando de derrotarme y no lo pudieron hacer”, dijo Cortez Masto. “Fue algo ridículo”. La primera ministra, Theresa May (foto), dijo que el Reino Unido puede “ser un ejemplo para el mundo” en las negociacio­nes por el “Brexit” con la Unión Europea (UE) y admitió una vez más que habrá altibajos en el proceso. Uno de los obstáculos para el “Brexit” es el futuro de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, ya que un retorno a las barreras fronteriza­s haría peligrar el acuerdo de paz de 1998. El presidente del Parlamento catalán propuso ayer al activista preso Jordi Sánchez (foto) como candidato a la presidenci­a de Cataluña, pese a que no cuenta con los apoyos suficiente­s para superar la votación de investidur­a, lo que deja al secesionis­mo sin más opciones que retomar la vía de ruptura con España o ir a nuevas elecciones. Nada avanza desde los comicios del 21 de diciembre. www.lavoz.com.ar

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