ITV y el negocio con los matafuegos
La empresa encargada de la ITV en avenida Cárcano, Opus Inspection, ha incorporado –sin aviso– un nuevo rubro.
Verifica el estado del matafuegos, y si no está en condiciones (lo usual es “fecha de recarga vencida”), no entrega la oblea habilitante y otorga un mes de plazo para volver con ese requisito cumplido.
Aunque se saque turno online, hay que hacer colas, por falta de personal o por congestión imprevista de usuarios o por lo que fuera, y la noticia más desagradable es, entonces, tener que repetir esa experiencia de pérdida de horas o de mañanas enteras (muchos vienen de otras localidades).
Pero el técnico que nos atiende saca de la manga una “sugerencia”: se puede hacer ahí mismo, en una oficina ubicada dentro de la propia planta.
Por $ 250 (efectivo, “el posnet no funciona”) te “recambian” el matafuegos. Breve cola y el encar- gado de esa operación recibe el mío (era el original entregado cuando compré el auto, dos años de antigüedad, limpito, lustrado, sin uso) y en el acto me entrega otro, un poco más usado y sucio, previo a pegarle un sticker y escribirle –delante de mis narices– “fecha de carga: 22-02-2018”.
Es obvio que no lo habían cargado en ese momento y ni siquiera sé si tienen los equipos adecuados. Idéntico procedimiento repitieron con los demás usuarios.
Por otra parte, el matafuegos –imprescindible y obligatorio tenerlo en el auto con perfecto mantenimiento– es un accesorio: no forma parte del vehículo.
En ese sentido, es comparable a los triángulos reflectantes, cinturones de seguridad, botiquín de primeros auxilios, etcétera. Cosas estas que también son obligatorias y que sin embargo la ITV no puede controlar, porque no son parte del vehículo.
Hace muchos años que acudo a la ITV, y siempre me habían dado, además de la oblea, una hoja con el detalle de todos los puntos verificados y con la evaluación resultante para cada uno.
Algo muy útil porque indicaba lo que estaba funcionando bien, regular o mal, y uno podía ir a su mecánico particular para corregir esas fallas. Además, era una constancia de las tareas realizadas.
Ahora, no: te dan un simple papel llamado “informe”, pero que no informa nada, sólo que vale por un año. El técnico me dijo –verbalmente– que debería revisar los frenos, porque estaban dentro de lo considerado como “defecto grave”. ¿Y? ¿Y el informe?
Solicito a las autoridades que otorgaron la concesión para la ITV que verifiquen el cumplimiento de normas y la legalidad de estos procedimientos.