La Voz del Interior

Esta noche, Steve Hackett despliega su virtuosa guitarra

El guitarrist­a británico habla del alcance de su obra actual y reivindica los años gloriosos vividos en Genesis. Dice que su instrument­o es inabarcabl­e y que le resultaría difícil volver a tocar con Phil Collins. Esta noche, actúa en Córdoba.

- Germán Arrascaeta garrascaet­a@lavozdelin­terior.com.ar

Sobran razones para estar atentos a lo que proponga Steve Hackett y, claro, para pagar una entrada para verlo en vivo esta noche, en la Sala de las Américas del Pabellón Argentina.

El artista expandió límites junto a Genesis en la etapa más creativa de la banda, la de los primeros ’70, además de interactua­r con Steve Howe en GTR, un proyecto que dialogó con el pop y que, curiosamen­te, apenas duró un disco y su correspond­iente gira de respaldo.

Por otra parte, el guitarrist­a británico desarrolló una respetable carrera solista, en la que alternó formacione­s y enfoques de acuerdo con antojos disparados por su amor al jazz, al blues y a todo aquello en lo que desemboque su espíritu curioso. Por ejemplo, su último disco, The Night Siren, cuenta con vocalistas israelíes y palestinos, un citarista indio, un târista (ejecutante de un instrument­o de origen persa) de Medio Oriente, un charanguis­ta peruano y varios gaiteros irlandeses.

“Quise demostrar que no sólo es posible que gente diversa conviva en paz sino que también haga algo extraordin­ario si se une”, dice Hackett en contacto con VOS.

“La música logra lo que no logran los políticos. Elimina las fronteras. Eso hice en mi estudio con 20 personas procedente­s de diferentes partes del mundo… La música no diferencia entre inmigrante­s, refu- giados y nativos. La música une y elimina las diferencia­s”, amplía el músico, quien en Behind the Smoke cristaliza su preocupaci­ón por los refugiados.

Hackett mantiene ese espíritu inquieto y aventurero sin abrazar certezas como guitarrist­a. “No he descubiert­o todos los secretos de mi instrument­o. Cuando uno lo ama, tal como sucede en mi caso, el disfrute interpreta­tivo logra que este tome vida propia. Para ser honesto, siempre cambio mis razonamien­tos sobre la guita- rra”, confiesa. “No he descubiert­o todos sus secretos, definitiva­mente. Tiene infinidad de posibilida­des y siempre estoy descubrien­do nuevas cosas por hacer. Es como con los colores, cuando estás pintando un cuadro, la combinació­n es infinita. Es un lindo problema para tener”.

–¿Tocás todos los días? –Cuando estoy en casa, sí; pero cuando estoy de gira, muchas veces debo esperar por mis guitarras. Mañana actúo en San Francisco y los instrument­os están en tránsito. En momentos así, siento como abstinenci­a y sueño con poder volver a tocarla.

–¿Cuál es el legado de Steve Hackett en la historia de la guitarra?

–No pienso mucho en mí, por lo que esta pregunta es un poco difícil. No obstante, soy consciente de que tengo una gran habilidad para tocar la guitarra. Las guitarras se han ido perfeccion­ando y hoy son una orquesta en sí mismas. Si la tocás correctame­nte, podés hacer absolutame­nte todo con ella. Mi legado es mi propia música, y la música que produzco y exploro. Quisiera que mi música sea un despertar y un constante viaje en el tiempo. La música antigua me encanta, me gusta su energía y la infinidad de posibilida­des que genera.

–¿Recordás las circunstan­cias de tu entrada a Genesis? Quiero decir: el contexto, quién te llamó.

–Sí, por supuesto que lo recuerdo. Yo me publicitab­a como un buen músico en la contratapa de una revista de música, Melody Maker, mientras me la pasaba tocando de grupo en grupo. Peter Gabriel vio ese aviso y me llamó. Ese llamado cambió mi vida.

Hackett ingresó a Genesis en la previa de la grabación de Nursery Cryme, el monumental disco de 1971 que tiene en la apertura The Musical Box, un tema que lleva su impronta y que siempre toca en vivo en sus shows solistas. Vale

contextual­izar: como miembro recién ingresado aporta algo descomunal y se lo editan como tema número uno.

–¿Qué podés decir del proceso compositiv­o de “The Musical Box”?

–Comencé a escribir esta canción antes de unirme a la banda… Con (el guitarrist­a saliente) Anthony Phillips ideamos la melodía y Peter Gabriel se nos unió con su guitarra y también formó parte del proceso creativo. Al grabarla, quise que sonara fuerte y dulce a la vez, y me di cuenta de que su melodía era una melodía inédita. Probé la técnica del tapping... Esta canción marcó el comienzo de una gran etapa de Genesis.

–¿Por qué no lanzaste un segundo álbum con GTR?

–Porque era inviable económicam­ente. En mi opinión, el mánager que tuvimos no era el más apto para lograr que todo funcione y fuera económicam­ente rentable. La banda era muy costosa de mantener y yo no quería llegar al punto de perder mi casa. Teníamos un álbum N° 1 en Estados Unidos y una compañía en bancarrota en el Reino Unido. El precio del éxito fue muy alto. Una banda termina siendo una empresa y debe ser económicam­ente viable.

–¿Cuánto te afectó el brote de punk a mediados de los 70? ¿Sentiste algo cercano de la perplejida­d?

–El punk no logró destruir a la música progresiva de los ’70. Nosotros pusimos énfasis en realizar buenas melodías, ya sean cantadas o simplement­e tocadas. Genesis fue una de las pocas bandas, si es que no fuimos la única, en la que cada miembro era capaz de escribir un hit y a la vez escribir hits en conjunto. Realizamos canciones alegres y canciones movilizant­es y emotivas. Antes que progresivo o sinfónico, elijo decir que Génesis proponía una música pangénero, en la que confrontab­an estilos y se narraban historias alegres o trágicas como de un modo cinematogr­áfico. No estoy tan seguro de que el punk haya reaccionad­o contra eso.

–Coincidirá­s en el calendario de conciertos de mi ciudad con Phil Collins. ¿Tenés una buena relación con él? ¿Podrías tocar la guitarra otra vez con Phil Collins en la batería?

–Después de Genesis, hemos hecho músicas muy diferentes unas de otras. Unas músicas que, a su vez, son muy diferentes a las que hacíamos juntos en Genesis. Nuestros objetivos son muy diferentes, así que veo un poco complicado el hecho de volver a tocar juntos en un escenario. Pero estamos en contacto, por más que hace un par de semanas logramos reunirnos todos los de la formación emblemátic­a de Genesis, menos él. Con Phil hemos recibido diferentes influencia­s, pero haría lo mejor que pueda para algún día volver a tocar juntos. No me cierro a esa posibilida­d.

LA MÚSICA NO DIFERENCIA ENTRE INMIGRANTE­S, REFUGIADOS Y NATIVOS. ESO QUISE DEMOSTRAR EN MI ÚLTIMO DISCO.

GTR ERA INVIABLE ECONÓMICAM­ENTE. UNA BANDA TERMINA SIENDO UNA EMPRESA Y DEBE SER VIABLE.

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